Papelón. No cabe otra definición. Exhibir al mundo el nuevo modelo, que además es el primer diseño ciento por ciento eléctrico de la casa, y tener que rebautizarlo a los pocos días de su presentación formal no hace más que dejar en off side a Alfa Romeo. ¿Qué pasó? Después de su esperado anuncio y ver el auto en vivo llegó la ola de controversia en el mundo político en la península. “Un coche llamado Milano no puede estar producido en Polonia”, fue la frase que lanzó el ministro de Industria de Italia, Adolfo Urso. El dirigente justificó su afirmación con la ley en mano. Esa misma que define el llamado Italian Sounding, que defiende la producción de los productos nacionales contra imitaciones y equívocos extranjeros. Una norma que está ideada y orientada a los productos agroalimentarios, pero que, como finalmente se vio, también puede extenderse a otras industrias. Tal es así que en este caso recayó sobre la automovilística. En consecuencia, ahora el coche pasó a llamarse Junior.
Milano venía siendo uno de los autos más esperados de este 2024. Y por varios motivos. Uno es que el SUV del segmento B destaca que la marca del biscione completa su catálogo siendo el primer modelo 100% eléctrico de Alfa y también su edición más accesible.
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La marca del biscione completa su catálogo siendo el primer modelo 100% eléctrico.
El nombre era uno de los favoritos de la gente y fue elegido para rendir homenaje a la ciudad donde comenzó la historia de la marca en 1910. No obstante, no es la primera vez que la terminal italiana pide la opinión del público a la hora de elegir el nombre de un modelo. Anteriormente se hizo en 1966 con el Spider 1600 cuando la marca lo propuso y finalmente se denominó Duetto.
En esta oportunidad, la historia no tuvo un final feliz. Desde que salió a la luz su denominación, se hizo una bola de nieve que terminó haciendo añicos todo lo que se había celebrado en la presentación del modelo, que promete ser una gran opción para los potenciales clientes.
Casi al unísono de la revelación del nuevo Alfa Romeo al universo tuerca, el ministro de Industria de Italia declaró ante los medios italianos que el auto no podía llamarse de ninguna manera así. Y justificó su argumento con la ley bajo el brazo. Se basó en la Italian Sounding, que se sancionó en 2003 para defender a la producción de los productos italianos contra imitaciones y equívocos extranjeros.
Es una norma que, principalmente, está orientada y dirigida a defender los productos agroalimentarios. Pero está claro que también se puede prolongar a otras industrias. Y en este caso recayó sobre la automovilística. Incluso, Urso no vaciló e hizo eje en el lugar de producción del ahora exMilano: Polonia. “Un coche llamado Milano no puede estar producido en Polonia”, retrucó el funcionario.
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El entonces Milano y ahora llamado Junior no es el primer modelo de Alfa Romero que se fabrica fuera de Italia.
La respuesta por parte de la empresa no se hizo esperar. Jean Philippe Imparato, director general de Alfa Romeo, salió rápido al cruce y manifestó que la firma aceptó cambiar el nombre del auto, pese a que consideró que cumple la ley. “A pesar de creer que el nombre Milano cumple con todos los requisitos legales, y teniendo en cuenta que hay cuestiones más relevantes que el nombre de un coche, Alfa Romeo decide cambiar la denominación de Milano a Junior para favorecer un clima de serenidad”, expresó.
Las declaraciones de Imparato fueron bien recibidas en el gobierno italiano. “Creo que es una buena noticia que llega precisamente el día del Made in Italy y que da valor al trabajo, el emprendimiento y la peculiaridad del producto italiano que todo el mundo envidia”, aseguró a su turno un victorioso Urso.
Otro tema que hizo eje Urso fue en la crítica a los volúmenes de producción nacional. Aunque lo parezca, puede que esta maniobra del Ministerio de Industria no sea tan inocente. El gobierno italiano quiere aumentar la producción de vehículos en su país y no vio con buenos ojos la externalización de máquinas históricamente suyas, como el Fiat 500 y el 600e.
El Grupo Stellantis es el mayor productor de autos en Italia y, tal y como apuntó Urso, no cubre las necesidades del mercado interno.
En la península itálica se producen 450.000 coches, de los cuales dos tercios son para exportación, mientras que las matriculaciones suben a los 1,4 millones. La diferencia se cubre con importaciones. Maniobras como esta pueden formar parte de una estrategia para reclamar más producción de automóviles en suelo italiano.
Es que el entonces Milano y ahora Junior no es el primer modelo que se fabrica fuera de Italia. El Fiat 500 se ensambla en Argelia, el nuevo 600e se monta también en Polonia (como la Dobló) y el Fiat Topolino, en Marruecos. Lo cierto es que este incordio generó cierto revuelo en el ambiente de los fierros.
No es usual mostrar oficialmente un auto y luego cambiarle el nombre. Puntualmente la política jugó un rol preponderante. Se plantó basándose esencialmente en que los nombres de las regiones están registrados como “denominaciones de origen” para evitar su uso comercial en otros lugares. Es algo similar a lo que sucede en Francia con los espumantes de la región de Champagne y los quesos azules conocidos como Roquefort.
También es verdad y sorprendente que nadie del Grupo Stellantis haya reparado en ese pequeño y gran detalle a la vez durante todo el proceso de desarrollo, diseño y lanzamiento del nuevo Milano, que es una SUV para el Segmento B (chico), que se posicionará como el vehículo más accesible de la marca italiana desde la desaparición del modelo Mito que diseñó el rosarino Juan Manuel Díaz.
La web colapsó tras la polémica
El CEO de Stellantis, Jean-Philippe Imparato, confesó que la web de la firma italiana colapsó tras la controversia en torno al nombre elegido para el primer. Recibieron una cataratas de mensajes. Y de toda índole, por cierto ante semejante papelón mundial.
“Tuvimos un número sin precedentes de visitas al configurador online, lo que provocó que la web colapsara durante un par de horas”, deslizó Imparato de manera escueta.
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El Alfa Romeo más pequeño no se fabricará en Milán sino en Polonia, en la planta de Tychy
Con el anuncio del ahora Junior, el Alfa más pequeño no se fabricará en Milán sino en Polonia, en la planta de Tychy, de donde también surgen los “primos” Jeep Avenger y Fiat 600e. con la misma plataforma que utilizan otros productos de esa empresa, como los Peugeot 2008 y Fiat 600, entre otros.
Aunque Alfa Romeo siempre presume de su sello italiano como valor agregado de compra, lo concreto es que el ahora Junior se fabricará en territorio polaco. Y desde el gobierno italiano le marcaron la cancha e hicieron ver a la compañía que un producto que no se fabrica en la península itálica no puede utilizar un nombre que dé lugar a confusión y que pueda hacer entender al cliente que se produjo dentro de sus fronteras. En síntesis, este caso generó un cortocircuito por el nombre casi al mismo momento de su lanzamiento.