¿Quién dejaría de darle a su hija o a su hijo una vacuna gratuita y obligatoria —que integra el Calendario Oficial de Inmunizaciones y que previene varios tipos de cáncer, el principal, el de cuello de útero— y que mata a 1800 mujeres por año, 5 por día, en nuestro país? La respuesta parece obvia: nadie. Sin embargo, no es así.
Especialistas locales señalan que el 82 por ciento de los chicos y chicos de 11 años reciben la primera dosis de la vacuna contra el Virus Papiloma Humano (VPH) pero sólo entre un 40 y un 50 por ciento completa el esquema, que actualmente es de dos dosis, la segunda a los 6 meses de la primera (como mínimo). "Inicialmente las dosis eran tres", explica la doctora Angela Gentile, Jefa de Epidemiología del hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. "Cuando se demostró que con dos la protecciones era suficiente pensamos que iba a completarse más fácilmente el esquema, pero no fue así".
La vacuna contra el VPH se aplica a los 11 años en ambos sexos junto con otras (hepatitis B, meningococo, etc) porque es "una edad ideal para lograr una muy buena respuesta inmune". agrega la doctora Carla Vizzotti, que preside la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), y advierte que "sin una segunda dosis de la vacuna contra el VPH la protección no es suficiente".
El 80 por ciento de la población se infectará con este virus en algún momento de su vida. Hay más de 200 serotipos del VPH. El contacto —aun el roce— de los genitales, las penetraciones vaginales y anales y el sexo oral lo esparcen. La infección puede no dar síntomas ni signos y sin embargo transmitirse. El preservativo y la vacuna son los métodos preventivos.
Algunos de los serotipos son de bajo riesgo para el cáncer (los tipos 6 y 11) pero, eso sí, son los responsables del 90 por ciento de las incómodas y dolorosas verrugas en genitales y ano. La lista de los tipos de VPH de alto riesgo para el cáncer es larga, pero los dos más contundentes son el 16 y el 18. El VPH es la principal causa del cáncer de cuello de útero, y también puede causar cáncer de pene, de ano, de amígdalas y de garganta. La vacuna del Calendario Oficial es tetravalente y protege contra esos cuatro serotipos. Entre las chicas, comenzó a darse en 2011 a las nacidas a partir de 2000; en los varones, desde 2017 a los nacidos a partir de 2006.
Marzo es un mes especialmente significativo porque el 4 se conmemora el "Día Internacional del Virus del Papiloma Humano" (VPH), en tanto el 26 (el martes) es el "Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino". En este contexto, 12 entidades médicas y científicas del país se reunieron en torno de la campaña: "No miremos para otro lado", para concientizar sobre el problema.
Misión ¿imposible?
La pregunta acerca de por qué no se completa la vacunación no parece tan sencilla de contestar. "No es lo mismo vacunar a bebés y chicos pequeños que adolescentes", dice Vizzotti, y la doctora Gentile asegura que los Programas de Salud Escolar deberían ayudar a mejorar la cobertura. La falta de tiempo y organización entre las familias también es un elemento que conspira contra los esquemas completos.
Además de los chicos de 11 años, el calendario indica la vacuna gratuita y obligatoria entre quienes viven con VIH y transplantados entre 11 y 26 años. Siempre que se inmuniza alguien mayor de 14 años deben darse tres dosis. La nueva Ley de Vacunas, sancionada a principios de año y que debería reglamentarse en breve, busca mejorar la cobertura en chicos y grandes.
La idea es tener la vacunación al día cada vez que se haga un trámite como obtener un documento, renovar el registro. "Eso no significa —afirma la doctora Florencia Cahn, de las Fundaciones Huésped y Vacunar—, que las personas que no acrediten su vacunación no puedan hacer el trámite. El objetivo es que funcione como un recordatorio". La nueva ley busca sortear barreras que puedan conspirar contra la vacunación. Por ejemplo, se justificará el día de ausencia en el trabajo si debe vacunarse un niño o un adulto de la familia.
"Lo ideal es vacunar en forma preventiva, antes del inicio de la vida sexual ", puntualiza el doctor Pablo Bonheví, jefe de Infectología del Cemic y coordinador de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Pero también es posible vacunarse después, hasta los 40 años, aunque la vacuna sólo protege contra tipos del VPH a los que la persona no haya sido expuesta.
Utopía hecha realidad
En varios países existen estudios que prueban la reducción de la infección después de la vacunación. Entre nosotros, un trabajo dirigido por la doctora María Alejandra Picconi, jefa del Servicio de Virus Oncogénicos del Laboratorio Nacional y Regional de Referencia para Papilomavirus (del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas ANLIS Malbrán) midió el impacto de la circulación viral entre dos poblaciones de adolescentes mujeres de 15 a 17 años en varios hospitales y centros médicos del país, un grupo vacunado y el otro no.
El estudio registró "una marcada reducción de los genotipos 16 y 18, responsables de la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino y protección contra serotipos 31, 33 y 45, lo que indicaría protección cruzada", dijo Picconi. En cuanto al impacto de la vacunación entre varones, todavía no existen estudios sobre reducción de cánceres producidos por VPH (pene, ano, recto) en población vacunada.
En la mayoría de los casos esta infección se autolimita (se cura sola), pero en otros continúa y puede manifestarse muchos años después como una lesión precancerosa.
"Por eso la vacunación no sustituye las pruebas de detección de lesiones de cuello de útero que, en algunas ocasiones, requieren de cirugías que pueden afectar la fertilidad de mujeres jóvenes", afirma la doctora Laura Fleider, del servicio de Ginecología del hospital de Clinicas al enfatizar la importancia del Papanicolau (Pap).
La doctora Carolina Ponce, de la Fundación para la investigación docencia y prevención del Cáncer (FUCA) señala que entre las mujeres que sobreviven al cáncer de cuello de útero, muchas lo hacen con mala calidad de vida. "Impacta sobre población joven, económicamente activa y en edad reproductiva", describe. "Esto es una prueba, además, de que el tamizaje a través del Pap no ha sido suficiente porque no es una alternativa accesible para muchas mujeres que viven en determinadas zonas del país. Pensar en la prevención a través de una vacuna no es una utopía sino una realidad."
Cifras que importan
La infección por VPH se relaciona con el 99% de los tumores cervicales: es la segunda causa de cáncer más frecuente en las mujeres, especialmente en las regiones menos desarrolladas del mundo, donde se producen el 84% de los nuevos casos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 murieron en el planeta 311.000 mujeres por esta causa. En nuestro país se producen 4000 nuevos casos de cáncer de útero cada año, que se cobra al menos 1.800 vidas de mujeres anualmente.
Instituciones que convocan a la campaña
Asociación Argentina de Oncología Clínica; Asociacion Civil Sostén;Asociación Argentina de Microbiología; Dirección de Ginecología hospital de Clínicas; FUCA; Fundación Helios Salud; Fundación Huésped; Fundación Vacunar; Instituto ANLIS-Malbrán; Sociedad Argentina de Infectología; Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica; Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología.