Más de 10 mil personas por año resultan lesionadas por siniestros viales en la provincia, y se estima que por cada fallecido registrado, hay tres personas que resultan con alguna secuela grave o moderada. El dato se difundió este domingo, en que se conmemora propósito del Día de la víctima con discapacidad por hechos viales, una fecha que busca sensibilizar sobre las secuelas que generan discapacidad causadas por siniestros viales. Una problemática no siempre tan visibilizada pero apremiante.
La información corresponde a un estudio realizado por la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV) que se difundió este domingo, en coincidencia con la fecha que intenta crear conciencia sobre las consecuencias vinculadas a los siniestros viales.
"Normalmente, cuando nos referimos a las consecuencias de la siniestralidad en el tránsito nos referimos a las personas que pierden la vida en esos eventos. Sin embargo, si bien esos son los hechos más dolorosos, tenemos que visibilizar que hay muchísimas más personas heridas de gravedad, con lesiones que les producen discapacidades de por vida. Y en su gran mayoría son personas jóvenes", advirtió Sebastián Kelman, director de Capacitación y Comunicación y del Observatorio Vial de la APSV.
De acuerdo al trabajo del organismo, en los últimos diez años, un promedio de más de 10 mil personas cada año sufrieron lesiones de distinto tipo en siniestros viales que tuvieron como escenario autopistas, rutas, avenidas, calles y caminos rurales que atraviesan la provincia.
El documento se basa en los registros que la agencia obtiene de distintas fuentes: la papeleta amarilla que confecciona la policía provincial cada vez que interviene en siniestros con lesionados, donde se registran lugar, hora, tipo de vehículo y los daños generados; además de los registros judiciales, del Instituto Médico Legal y de los hospitales que reciben a las personas lesionadas en hechos de tránsito.
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Choque de moto contra auto. En Circunvalación entre Uriburu y 27 de Febrero.
Foto: Francisco Guillén / La Capital.
El trabajo advierte que si bien el mayor impacto de colisiones, choques y despistes está relacionado con las muertes, la discapacidad como consecuencia de los mismos no es una problemática menor. Al respecto, se subraya que en el territorio santafesino se registran anualmente más de 10.000 personas lesionadas por siniestros viales, de las cuales 1.300 resultan con traumatismos graves.
En este sentido, está comprobado que aproximadamente una de cada diez personas que son parte de un siniestro vial resulta con "alguna secuela grave de traumatismo craneoencefálico, lesiones medulares o diversas amputaciones" que dificultan su desenvolvimiento normal.
El informe de la agencia encargada de velar por la seguridad vial en la provincia, destaca que por cada fallecido registrado, otras tres personas resultan con alguna secuela grave o moderada.
En números
De acuerdo al informe de la APSV, en el año 2021 (último dato disponible), hubo 456 personas fallecidas en siniestros viales. Ese mismo año, los lesionados fueron 13.335. La tasa de mortabilidad (la proporción de personas que fallecen por siniestros viales respecto al total de la población) fue de de 12,8 personas cada 100 mil habitantes en 2021. En tanto, la morbilidad (que mide los lesionados) trepa a 374,2 cada 100 mil santafesinos.
El trabajo advierte además que el grupo etario de 15 a 34 años presenta la mayor morbilidad, acumulando el 50,2 % de los lesionados por accidentes de tránsito de la provincia. El pico más alto, al igual que los fallecidos, se encuentra entre los 20 y 24 años, con un 15,6 % de lesionados.
De acuerdo con estas cifras, el informe advierte sobre la necesidad de tomar el tema como un problema de salud publica y producir información sobre cuáles son las secuelas más frecuentes de las lesiones en siniestros viales.
"Si bien aún no existe un registro fehaciente de las personas que quedan con algún tipo de discapacidad tras haber sufrido traumatismos resultantes del tránsito, y dada la importancia que reviste la morbilidad por siniestros viales, se considera necesario profundizar en el conocimiento de qué lesiones producen los hechos de tránsito en cada individuo, realizando estudios en efectores de salud a partir del seguimiento de las historias clínicas de pacientes hospitalizados por lesiones en el tránsito", destaca.
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El choque entre moto y camioneta sucedió en Entre Ríos y Gálvez.
Foto: Francisco Guillén / La Capital.
En este sentido, cita un trabajo realizado hace dos años en un hospital público de Rosario sobre los pacientes que ingresaban con lesiones originadas en siniestros viales. De acuerdo a ese registro, el 74% circulaba en moto, el 14 % en auto y camioneta, 5,6% peatones, 5,8% bicicletas y 0,6 % transporte de pasajeros o de carga.
Con respecto a las lesiones presentadas por los motociclistas se encontró que el 53% presentó traumatismos en miembros superiores e inferiores, el 23% TEC (traumatismos encéfalos craneanos); el 13% fracturas de miembros, el 8% Traumatismos de tórax y abdomen; y el 3% traumatismos faciales.
Un problema de las ciudades
En los últimos diez años, el mapa de la siniestralidad vial cambió. Según resaltó Kelman, tradicionalmente los siniestros de tránsito con heridos se desataban en rutas, ahora tienen lugar en las ciudades. "Pensamos que está relacionado con el uso de la moto en los ejidos urbanos, ya que este vehículo lidera todo tipo de siniestros", apuntó.
La moto es un vehículo económico y accesible, "pero, contrariamente a lo que se piensa, exige habilidad en el manejo, conocimiento en el uso de los frenos, la postura del cuerpo y el uso de elementos de seguridad", enumeró.
Cualquiera que transita las ciudades de la provincia sabe que estos requisitos no siempre se cumplen. Por eso, desde la APSV están desarrollando un plan junto a municipios y comunas sobre el uso seguro de las motos.
Desde la APSV se define a la siniestralidad vial como una problemática compleja que debe se encarada desde distintas disciplinas y acciones con la prevención como principal objetivo. En base a ese concepto, destacó Kelman, se desarrollan las líneas de acción con el objetivo de evitar la ocurrencia de siniestros y sus consecuencias, tales como los operativos de fiscalización sistemáticos en rutas a cargo de la Policía Vial o las instancias de formación, capacitación, concientización y en el fortalecimiento de los procedimientos para la obtención de la licencia de conducir y la revisión técnica vehicular, entre otras cosas.