La semana pasada fue la Virgen Destanudos de Salto Grande que emanó un líquido similar a sangre y ahora es la imagen de la Rosa Mística de Centeno la que transita por un fenómeno similar.
La semana pasada fue la Virgen Destanudos de Salto Grande que emanó un líquido similar a sangre y ahora es la imagen de la Rosa Mística de Centeno la que transita por un fenómeno similar.
Así lo aseguró María José, una devota de la Virgen que relató lo sucedido el 8 de diciembre y en diálogo con el programa “El primero de la mañana” de La Ocho ensayó una explicación para el llanto de las imágenes religiosas. “Sus lágrimas son de dolor, son tiempos muy difíciles, en que la madre se manifiesta y es momento de acercarnos a ella y a su santo hijo”, dijo.
“Como todos sabemos el 8 es el día del corazón inmaculado, nosotros en el campo oratorio al mediodía teníamos la hora de oración y veneración a nuestra madre por ser su día”, contextualizó María José.
“Nos encontrábamos con algunas mujeres en la casita misionera de enfrente, le decía a las chicas sentí mucha angustia, asique me acercaron una silla, tomé agua, miramos una de las imágenes que estaban en el lugar y me dicen viste que tiene los ojos colorados como si estuviera por llorar, nos acercamos a verla y era así, tenía los ojos irritados”, contó María José sobre la primera impresión de lo que sucedió con la Virgen.
Fue en ese momento que según el relato de la mujer la imagen comenzó a lagrimear. “Nos quedamos un ratito más ahí, esperando, íbamos rotando y cuando nos levantamos para ponerle un jazmín nos encontramos con eso, empezaron a correr las lágrimas que se veían bien frescas,
una de las chcias se largó a llorar, el sacerdote se acercó y pudo ver lo que estaba sucediendo, las mil personas que estaban en el campito también pudieron verlo, decidimos ponerla en un lugar donde no la toquen”.
María José contó que esa imagen es la primera que se acercó al campo oratorio, estaba toda blanca con tres flores rojas, y después como estuvo mucho al sol se la mandó a restaurar.