Ordenaron la detención del esposo de la mujer asesinada esta mañana en Venado Tuerto. Se trata de Gustavo Iván G. quien será imputado de femicido el lunes.
Un brusco giro dio el caso de la mujer asesinada en la mañana de este jueves frente a su casa ubicada en Cerrito y Chile de Venado Tuerto; en el corazón del populoso barrio Iturbide. Es que la primera hipótesis que circuló fue la de un asesinato en ocasión de robo pero con el correr de las horas y ante ciertas contradicciones en el relato del esposo de Stella Einder (37), Marcelo Iván G. (43), se produjo la detención del mismo y el fiscal, Iván Raposo, lo imputará por femicidio.
La crónica inicial de este jueves a la mañana indicaba que "una mujer de 37 años fue asesinada este jueves cuando se dirigía a trabajar al Hospital Provincial Dr. Alejandro Gutiérrez, en Venado Tuerto. El crimen se registró alrededor de las 6 en la intersección de Chile y Cerrito en barrio Iturbide y, según las primeras informaciones, ocurrió cuando a la víctima la abordaron para robarle la moto en la que iba a trabajar y la apuñalaron".
Los investigadores encontraron sospechoso el caso por varias razones. Una de ellas es que tanto la moto como la mochila de la mujer estaban intactas. Ninguna pertenencia de Stella había sido sustraída por lo que la hipótesis del robo iba cayéndose lentamente. Entre los investigadores estaba el propio fiscal general de la Tercera Circunscripción Judicial, Matías Merlo.
Otra de las dudas fue el hecho de que el crimen se cometiera justamente frente, o a pocos metros, del domicilio que la mujer compartía con su pareja y sus dos hijos y que existiera, en el lugar donde la mujer cae casi muerta, poca sangre. "Las manchas de sangre no eran abundantes. No parecía la de una mujer que había sido apuñalada varias veces", dijo Raposo.
No obstante aclaró que "los forenses explicaron que la ausencia de sangre en relación a las puñaladas recibidas, obedece a que fueron cortes muy profundos y eso hizo que la mujer padeciera hemorragias internas debido a la profundidad de los puntazos".
La detención ordenada por el funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA), Iván Raposo, se produjo esta tarde y luego de las contradicciones del esposo de la mujer asesinada. Además el hombre tenía cortes en un dedo y también emanó pequeñas gotas que se depositaron en los borceguíes que utiliza en su trabajo en una planta cerealera llamada Ricedal y que queda a pocas cuadras del domicilio.
Cerca de las 6 de la mañana la mujer fue atacada a pocos metros de su domicilio. Es allí cuándo grita desesperadamente por ayuda que es escuchada por uno de sus hijos que estaba durmiendo. Al levantarse y tras ir a auxiliar a su madre, el joven se percató que al llegar hasta Stella Eidner, ésta ya había fallecido.
Aparentemente lo que pudo observar el muchacho es a una persona que huía del lugar raudamente pero no más que eso. No pudo identificar al asesino que a la postre podría llegar a ser su propio padre. Al menos eso cree la fiscalía que ordenó su inmediata detención.
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Sin embargo y mediante canes, se comprobó que el arma utilizada para cometer el crimen estaba en la planta cerealera. Eso derivó en que el fiscal Raposo preguntara al encargado de la planta si el presunto asesino había ido a trabajar a la hora que estaba yendo y que era a las 5 de la mañana. El encargado dijo que no había ido a trabajar a esa hora pese a que luego de cometer el crimen si apareció por el lugar de trabajo.
La principal hipótesis es el hombre salió temprano a trabajar, tipo 5 horas, y espero agazapado la salida de su mujer para emboscarla y propinarle seis puñaladas que acabaron con su vida. Tras el asesinato cometido a las 5,40 minutos aproximadamente, el hombre se dirigió a la cerealera con la ropa ensangrentada que luego la cambió en su propio lugar de trabajo. Allí donde los canes encuentran la ropa ensangrentada y la vaina y el cuchillo con el que mató a su propia esposa.
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