Por Gustavo Orellano
Aunque hoy los trabajadores de la fábrica Marani retomarían sus actividades si la empresa cumple con su propuesta de cancelar la primera quincena de los haberes de noviembre ayer volvieron a parar los obreros de Industrias Agrícolas Rosario SA (Iarsa) por incumplimientos salariales y lo mismo sucedió en la empresa Gherardi SA.
El crítico panorama de la actividad metalmecánica en el sur santafesino sólo ofrece respiros de a ratos, pero sigue en terapia intensiva y con pronóstico reservado si es que vale como descripción la terminología que suele utilizarse para un paciente cuya vida está en riesgo.
Es que esa es la postal más clara que muestra el entramado productivo de un sector históricamente clave para la economía regional de la Pampa Gringa y que en estos tiempos de vacas flacas se ve seriamente golpeado y pone en jaque la estabilidad de decenas de trabajadores.
La retracción de las ventas y los altos costos fundamentalmente en materia de energía eléctrica sumados a la apertura de importaciones e inconvenientes financieros, entre otros factores, se convirtieron en escollos cada vez más difíciles de sortear.
Compromiso empresarial
En ese delicado contexto los obreros de la fábrica casildense Marani ayer encontraron cierto alivio ante el compromiso de la empresa en pagarle hoy la mitad de lo adeudado para que pongan fin a la medida de fuerza.
La oferta surgió en el marco de las negociaciones que se retomaron en la delegación local del Ministerio de Trabajo tras la promesa de la empresa de intentar mejorar, como lo hizo, la oferta de pago realizada la semana pasada y que había sido rechazada por "insuficiente".
"Esperemos que cumpla con lo acordado ya que hace tiempo que no cobramos un peso y la situación es muy complicada para hacer frente a nuestras necesidades", fue uno de los argumentos que brotó del grupo de obreros que se apostó frente las puertas del organismo laboral casildense con la expectativa de que surja una solución.
Y así será en cuestión de horas si la empresa honra el compromiso de pagar hoy la primera quincena de noviembre para que los trabajadores retomen sus actividades. Sin embargo, de ser así, el escenario que se presenta en lo inmediato no deja de ser preocupante ya que los obreros si bien volverán al trabajo también estarán pendientes de que la firma haga frente al pago de la segunda quincena del mes pasado que también venció.
"Si cumple con lo acordado mañana (por hoy) los muchachos levantan el paro pero ya este viernes la empresa tendrá que hacer una oferta convincente para pagar lo que resta de noviembre, por lo que de no ocurrir eso el lunes podrían retomarse las medidas gremiales".
Así lo sintetizó a este cronista al culminar la audiencia el tesorero de la seccional casildense de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Javier Morinigo.
Si bien Marani desde hace tiempo tiene como principal sostén la fabricación de productos para Gherardi "hoy no tiene absolutamente ningún trabajo para hacerle a esa empresa y su expectativa, al menos en esta coyuntura, está focalizada en la elaboración de una picadora de producción propia que le permitiría generar recursos para asumir obligaciones salariales", explicó el dirigente gremial.
Tanto en Marani como en Iarsa ya expiró el sábado el plazo acordado en el Ministerio de Trabajo de Rosario para reducir sus jornadas de trabajo a tres días por semana, lo que no sucede en Gherardi cuyo convenio vence a fin de año.
Si bien podrían ser renovados no será, en caso de ser solicitado, una tarea sencilla ya que los tres establecimientos incumplieron lo convenido en materia de pagos salariales, en tiempo y forma, como ya lo denunció el gremio ante el organismo laboral.
Paro y reclamo
Los trabajadores de Iarsa ayer iniciaron un nuevo plan de acción en reclamo al pago de la última quincena de noviembre al tiempo que también está paralizada por el mismo motivo la fábrica de sembradoras y herramientas manuales de ferreterías Gherardi.
El malestar es tal que los obreros de Gherardi tenían previsto realizar una movilización de protesta que quedó postergada al surgir reuniones entre representantes gremiales, de la empresa y funcionarios municipales, quienes se pusieron a disposición para intentar zanjar la situación aún irresuelta.
El intendente Juan José Sarasola, quien se apersonó en la planta fabril ubicada a la vera de la ruta nacional 33 acompañado del secretario de Gobierno, Pablo Tomat, se comprometió a realizar gestiones para facilitar que la firma pueda cambiar unos cheques para poder pagar la deuda.
La situación es complicada porque la firma tendría sus cuentas bancarias embargadas por una abultada deuda con el gremio metalúrgico en materia de obra social, cuota sindical y seguro de vida, entre otras obligaciones.
Por ello es que se apeló a la colaboración municipal que si bien no auxiliará financieramente a la empresa cambiándole valores como, según trascendió, pretendía sí hará "todo lo posible que esté al alcance para poder ayudar", dijo Sarasola al ser consultado por este medio.
Crítica situación
Por su parte el secretario general de la UOM Casilda, Juan Storlini, volvió a calificar como "critica" la situación de la industria metalmecánica a nivel local y zonal al punto que un importante porcentaje de las empresas se encuentra con reducciones horarias de trabajo y procedimiento preventivo de crisis aunque tales medidas tampoco lograron atenuar la problemática.
"Si bien hay responsabilidad empresaria esto es fundamentalmente fruto de las malas políticas económicas del país que desprotegen a las pymes y la industria nacional", apuntó Morinigo.
Paralizada. En la fábrica de sembradoras y herramientas manuales de la ferretería Gerardi SA no hubo actividad.
Por María Laura Cicerchia