En el marco del conflicto que se viene arrastrando en la empresa Medicina Ambulatoria SA (Masa) gerenciadora del sanatorio Gomara de Villa Gobernador Gálvez, empleados y gremialistas se manifestaron ayer frente a la clínica de Urquiza al 1700, administrada por la misma firma.
La concentración convocó a empleados de ambos efectores, que se concentraron junto a dirigentes de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (Atsa) Rosario.
La movilización se hizo en reclamo del pago de sueldos, bonos y obra social, pero es sabido que en el caso del sanatorio de Villa Gobernador Gálvez, está en juego el futuro del mismo efector, que no funciona desde hace casi un mes y tiene a sus 66 trabajadores en vilo.
Ayer, durante la marcha, se exigió la aparición del dueño de la firma, Eduardo Paqués, quien por el momento "no ha dado ninguna respuesta y tampoco ha concurrido a las convocatorias desde el Ministerio de Trabajo", dijo Marcelo Liparelli, secretario adjunto de Atsa Rosario
El dirigente se quejó por la ausencia de representantes de la empresa en las audiencias desarrolladas días atrás y acusó a Paqués de "no dar la cara". No obstante, se mostró con expectativa de que pueda aparecer algún oferente "que tome las riendas y se haga cargo del sanatorio", en referencia al Gomara.
Tal cual lo publicó LaCapital en ediciones anteriores, Masa les debe a los trabajadores del efector villagalvense el sueldo de julio y los bonos acordados de diciembre y de marzo, pero además, ya no recibe pacientes, cerró las guardias médicas, y los pocos profesionales que hacen consultorios externos trabajan en otro lugar físico. Es decir que el sanatorio está literalmente inactivo, a la deriva.
La audiencia que debía realizarse el jueves en la sede del Ministerio de Trabajo de la provincia no prosperó por la ausencia, tal cual lo denunció el gremio, del titular del grupo.
El próximo lunes a las 11 está convocada la próxima audiencia, y desde Atsa esperan obtener soluciones.
Masa viene administrando el efector del Complejo Comunitario Ingeniero Enrique Gomara de Villa Gobernador Gálvez desde 2013. Pero este año comenzó con dificultades. Además de incumplir con el pago de bonos y salarios, comenzó un proceso de desactivación. Sus empleados aseguran que es el único efector con tercer nivel de atención en el sur del departamento Rosario, y que su cierre no sólo perjudica a los trabajadores, sino a toda la población.
concentrados. Los trabajadores protestaron frente a la clínica rosarina, propiedad del grupo.
La audiencia que debía realizarse el jueves en el Ministerio de Trabajo fracasó, y paso para el lunes próximo