Está previsto que la circulación se incremente en ambos sentidos por el retorno de mucha gente a su su cotidianidad.
El fin de las vacaciones de invierno en Entre Ríos y Santa Fe hicieron prever un incremento considerable en la circulación de las rutas regionales en general y de las conexiones interprovinciales en particular. En este marco, desde el túnel subfluvial Uranga – Sylvestre Begnis se informó que podrán ocasionarse demoras en ese enlace.
Desde la entidad biprovincial explicaron que “se conjugan dos factores que inciden en el funcionamiento del enlace: la finalización de las vacaciones de invierno y la realización de eventos sociales, deportivos y culturales en la región", lo que promueve "un intercambio turístico en ambos sentidos pudiendo ocasionar demoras en el viaducto”.
En tal sentido, se solicitó a los usuarios planificar el horario del cruce, teniendo en cuenta que la mayor carga vehicular podría ocurrir entre las 16 y las 21 del domingo. Asimismo, se solicita a los usuarios respetar los tiempos de las barreras del peaje y las velocidades de circulación establecidas.
Ante dicho escenario se debe comprender que, si bien el viaducto posee características constructivas de alto estándar, también "exhibe debilidades en función de un diseño concebido en los años 60: en su interior, bajo el río Paraná, no existen banquinas ni salidas de emergencia, lo que obliga a trabajar con mayores niveles de previsión y seguridad que los requeridos en otros lugares”, detallaron.
En ese sentido, desde el ente se especificó que las estaciones de peaje y sus respectivas barreras son herramientas esenciales de seguridad, dado que regulan el tránsito a partir de las indicaciones directas de un operador que, de manera permanente, monitorea el flujo en el interior del viaducto desde la sala de control.
Las barreras son un mecanismo perfectamente sincronizado que le permite al túnel absorber el tránsito de cuatro vías para canalizarlo a solo una por mano en su interior, manteniendo una distancia de 30 metros entre vehículos a partir de un régimen de velocidad mínima y máxima que oscila entre los 40 y 60 kilómetros por hora. Es por este motivo que las mismas no pueden ser levantadas para permitir el paso a discreción de vehículos, como si ocurre en rutas y autopistas del país.
“Resulta indispensable comprender que en el tiempo de espera se está ejecutando todo un mecanismo que posibilitará a cada usuario llegar a destino de la mejor forma y en el menor tiempo posible”, recordaron.
Desde su habilitación en diciembre de 1969, circularon por el viaducto alrededor de 140 millones de vehículos. Sin embargo, el emblemático enlace interprovincial figura entre los túneles bidireccionales con menor siniestralidad del mundo, según valores de admisibilidad del Comité Técnico de Explotación de Túneles de la Asociación Mundial de la Carretera (Piarc, por sus siglas en inglés).
Esto se debe a que el enlace ha adoptado un esquema de funcionamiento basado en normativas europeas, donde la seguridad se piensa desde diversos puntos de vista.
Con una demanda de tránsito actual que ronda los 12 mil vehículos diarios – y picos de 70 mil durante los fines de semana festivos-, el túnel subfluvial exige una importante capacidad de gestión, tanto de mantenimiento como de atención, a cualquier incidente que implique una problemática para la circulación.
De esta forma, se prioriza la seguridad vial y la continuidad en la circulación, posibilitando así que cada usuario llegue a destino de la mejor forma y en el menor tiempo posible. Por esta razón las barreras de acceso al túnel no se levantan.
Finalmente, desde el ente biprovincial se remarcó que “a los fines de contribuir al ordenamiento vial y aumentar la seguridad, se realizarán operativos de control de vehículos y conductores, en coordinación con la Agencia de Seguridad Vial de Santa Fe y la Policía Caminera de Entre Ríos, y el acompañamiento de Gendarmería Nacional”.