La comunidad de Pueblo Andino está viendo cómo se recupera el histórico espacio social y cultural de lo que fuera el ex Club Celulosa. A la limpieza del predio se sumó la habilitación del área externa, la apertura de senderos para poder llegar al río, la remodelación de la cancha de fútbol y los primeros trabajos de acondicionamiento del espacio cerrado, que ya tiene la fachada totalmente reciclada y ahora se trabaja en recuperar el histórico cine.
La intención de las autoridades locales es llegar a fin de año con el lugar completamente refaccionado y poner celebrar allí el final del ciclo lectivo 2018, por tratarse de un lugar emblemático para el pueblo, que por décadas supo ser un espacio de encuentro insoslayable.
Para esto, se trabaja ahora en la remodelación interna del local, la colocación de los cielorrasos, la reconstrucción del escenario, la reinstalación del sistema eléctrico y los equipos de acústicas.
Por el momento, la fachada del edificio dejó de ser la de un esqueleto abandonado a un frontispicio remodelado y pintado, con un cartel identificatorio. Además, desmalezaron y pusieron a punto la cancha de fútbol, que antes ni se veía.
Festejo de primavera
Como un paso inicial y como forma de celebrar el logro de la primera etapa, el 21 de septiembre unas 600 personas celebraron juntas la llegada de la primavera, en un pic nic colectivo que para el pueblo resultó multitudinario, compitiendo incluso con eventos similares en localidades de mucha más envergadura.
"Hubo habitantes de 70 y 80 años que vivieron la época de oro del club y que se fueron emocionadas", dijo a LaCapital Gisella Signorelli desde la comisión comunal.
Para lo habitantes de Pueblo Andino, el predio, otrora perteneciente a la empresa Celulosa Argentina, fue siempre el "Club". Pero el amplio espacio techado es el "cine", porque como tal funcionaba, a punto de que la gente iba incluso a ver los noticieros en la pantalla grande. Después vinieron los bailes y los distintos encuentros sociales que se llevaron a cabo dentro del gran espacio techado, pero la identificación con la pantalla grande siempre perduró.
Apogeo y caída
Tal como lo publicó este diario el 15 de julio, la comuna local puso en marcha la recuperación del espacio que había quedado en total abandono hacía 15 años: el ex Club Celulosa, que se fundó en la década de 1950, fue escenario de actos públicos y albergó la pantalla del que fue el primer y único cine con el que contó la localidad.
Por el lugar pasaron Martín Karadagian y sus Titanes en el Ring, el circo de Carlitos Balá e innumerables artistas de otras épocas, pero fundamentalmente transitaron la mayoría de las familias del pueblo debido a que todo evento se realizaba allí: veladas artísticas, escolares, cenas de graduación, cumpleaños de 15, casamientos y reuniones en general.
Pero en el año 2000, la empresa cambió de manos y el predio de 1,5 hectárea fue cayendo en el abandono, al punto que antes de encarar la recuperación estaba prácticamente en ruinas: el frente derruido y obsoleto, el predio perimetral cubierto de pastizales, al igual que la cancha de fútbol, y el interior, vandalizado. Desaparecieron hasta las tablas del escenario, el telón, las instalaciones eléctricas.
La recuperación
Sin embargo, tanto el edificio del salón grande como una casa de estilo lindera seguían teniendo un enorme valor arquitectónico y podía recuperarse, no sin esfuerzo, para la comunidad. Y por eso se puso énfasis en su recuperación. El Día de la Primavera, el pueblo vio los primeros resultados, pero saben que quedan todavía cosas por hacer.
Lo hecho hasta ahora fue posible con lo recaudado en las fiestas patronales y en el picnic, en que hubo buffet para juntar dinero a fin de encarar la segunda etapa. Con el mismo propósito, el fin de semana largo de octubre se hará un asado con cuero.
Para Signorelli, "rescatar el valor material y simbólico de todo esto, cuando lo cultural y lo social no parecen tener significación, es hasta un acto de rebeldía. Este esfuerzo no es solamente económico, que lo es, significa también una apuesta a aquellos otros valores que se tienen que reflotar, y no es casual la emoción de las personas mayores que conocieron el esplendor del lugar".