Pese a la existencia de una ley provincial de 2006 que establece taxativamente la prohibición del uso de celular y dispositivos en el ámbito escolar, el ministro de Educación santafesino, José Goity, admitió que se está evaluando emitir una circular que respalde la normativa. "Vamos a tener que reforzar la norma. Estamos pensando en ir por el camino de la prohibición con excepciones para el uso pedagógico. Pero en lo personal, me inclino por no permitir ningún uso de los celulares en el nivel primario y alguna flexibilidad en el secundario", indicó el titular de la cartera educativa para fundamentar: "Es muy intensa la presión de los chicos y chicas sobre el uso del celular y su utilización no siempre es positiva. Necesitamos más herramientas".
En marzo pasado, La Capital abordó esta problemática con varias instituciones educativas que le pusieron un cepo al uso de aparatos personales entre el alumnado. En algunas instituciones, los chicos y chicas del secundario lo dejan en un gabinete hasta el fin del horario de dictado de clases, en otras quedó completamente descartado. Claro que si un docente lo autoriza recién allí se toma como herramienta educativa.
Santa Fe tiene una ley (Nº 12.686) que establece la prohibición del uso de aparatos de telefonía celular o equipos similares para docentes, no docentes y alumnos durante los horarios de dictado de clases en la secundaria.
La norma se aprobó en noviembre de 2006, pero su acatamiento resultó muy dispar con el correr del tiempo y el avance de los dispositivos y la conectividad individual de cada alumno. El Ministerio recomienda su uso "con fines pedagógicos o académicos, acordes a cada ámbito escolar y bajo la supervisión de los adultos". Pero cada vez más, el uso de los aparatos genera un debate casi cotidiano entre las aulas.
La utilización de teléfonos móviles es un tema que trasciende los muros escolares. Modificó la escena familiar e involucra tanto a niños, adolescentes como a adultos. En lo que atañe a lo educativo sus riesgos van directamente ligados a los problemas de concentración, la dispersión en las aula. El exceso en su uso, interfiere en el desempeño escolar y el rendimiento escolar.
Esa problemática fue tema de intenso debate también cuando el público adolescente empezó a participar de apuestas on line en plataformas digitales, incluso dentro del ámbito escolar y hasta usando el wi-fi de la institución.
La opinión del ministro
"Tengo una posición y la he expresado. Conceptualmente, la escuela es un espacio normado, que se rige por reglas, y sin esto no puede funcionar. El celular está dentro de estas normas y por ende en la regulación que el propio establecimiento escolar estipula", señaló el ministro de Educación.
Sin embargo, apuntó, "por la pregnancia y la penetración que tienen los celulares hace que tengamos que reforzar la norma (que los deja fuera del ámbito educativo). En lo personal, y este tema está en evaluación y debate, probablemente iremos por el camino de la prohibición con excepciones para su uso pedagógico", se explayó Goity para remarcar: "Hay que hacer un esfuerzo adicional en sacar el uso del celular del aula porque claramente al final del día obtura o interviene el aprendizaje y produce un perjuicio en vez de un beneficio; hay que retirarlo. El camino de la prohibición con excepciones es el camino que vamos a transitar".
Amén de la vigencia de la ley, Goity admitió _en diálogo con LT8_ que este refuerzo iría por el lado de una disposición o circular "de acción más efectiva", pero se está evaluando cuál será la herramienta más eficaz para lograr que el uso de estos aparatos no interfiera con el proceso educativo. "En la práctica para que se pueda cumplir necesitamos más herramientas porque la presión en los chicos y chicas es muy intensa", advirtió.
¿Cómo se piensa en el secundario?
Si bien la prohibición será un tema que se centralice en el nivel primario, las autoridades del ministerio piensan en un nivel de flexibilidad para el uso educativo-pedagógico en el secundario. "Es una herramienta muy interesante de conectividad y no necesariamente la tenemos que excluir", señaló nuevamente el ministro para diferenciar a la primaria.
"Si un alumno del nivel primario se tiene que comunicar con sus padres, con edades que oscilan entre los 6 a 11 años, y están en la escuela; lo lógico es que lo puedan hacer a través de sus maestras y directivos. Los adolescentes del secundario cuentan con una autonomía relativa y parcial diferente. Pero en la primaria iría por una prohibición total", apuntó.
En su informe de marzo pasado, La Capital daba cuenta de diversas modalidades adoptadas por colegios secundarios a la hora de discutir el uso de estos dispositivos. El Colegio Misericordia limitó su uso dentro de la institución de Oroño al 900. El San Bartolomé usa un protocolo de prohibición del uso de los teléfonos en las clases, excepto que se requiera para alguna tarea especial informada por los docentes, previo aviso a la dirección.
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En el Colegio del Sol tampoco se permite el uso de celulares durante las clases. La norma forma parte de los acuerdos básicos de convivencia que firman los alumnos y sus familias al inicio del periodo escolar. Y hay otros establecimientos donde se empezó a discutir sobre la necesidad de reglamentar sobre este tema. En Ciudad de Buenos Aires se prohibió el uso en las clases del nivel primario y regulándolo en el secundario.
En la capital provincial, el Centro Educativo Jerárquicos restringió desde 2023 el uso de celulares y a través de una encuesta a docentes y alumnos percibió cambios positivos y significativos en el aula. Los directivos aseguraron que en esos dos años hubo mayor concentración del alumnado en clase.
Los adolescentes santafesinos llegan a la institución dejan los celulares en casilleros que están bajo llave y recién los recogen cuando se retiran. En el medio, se dictan clases, se llevan actividades pedagógicas alternativas y hasta se desarrollan los recreos, donde los jóvenes juegan, interactúan y tienen su momento de esparcimiento sin celulares cerca. Pero la norma no es rígida y se habilitan los aparatos para proyectos educativos.
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185 días de clases
En otro orden de cosas, el titular de la cartera educativa se refirió a los objetivos trazados en materia de calendario académico para el 2025. Goity afirmó que a este ritmo se cumplirán los 185 días de clases que se propusieron al iniciar el ciclo lectivo, "lo que nos ubica muy por encima de los últimos 6 años. Sabemos que días de clases no garantizan los aprendizajes, pero sino están los alumnos en las aulas difícilmente se cumplan".
El ministro resaltó que Santa Fe es la tercer provincia en el ranking nacional con mayor cantidad de horas de clase, al destacar el impacto positivo de la hora adicional que se agregó al horario de cursado y en la no suspensión de las actividades los días posteriores a las elecciones.