Construir muros o reforzarlos se convirtió en una estrategia que las instituciones educativas y deportivas están implementando para evitar que balas impacten en los chicos. Tres clubes de Las Flores, Empalme Graneros y Parque Casas reemplazaron alambrado por paredones y se ahora se sumó un pedido de la escuela de Ludueña jaqueada por los alarmantes índices de violencia que conmocionan el barrio. Las autoridades quieren fortificar y elevar la altura de la pared exterior.
El Concejo apoyó esta semana el reclamo de la escuela Luisa Mora de Olguín y solicitó que se agilice el trámite en el Ministerio de Educación de la provincia y se envíen los fondos para reforzar los muros de la institución de manera “urgente e inmediata”.
Es que las paredes de la escuela conocida como la “del Padre Montaldo”, ubicada en el corazón de Ludueña, tiene sus muros perimetrales debilitados no solo por los años, sino también por los impactos de bala que se incrustaron en los ladrillos huecos. Ahora, las autoridades solicitan a la cartera educativa que se reconstruyan esas paredes con ladrillos firmes que puedan preservar a los cerca de mil chicos que circulan por ahí diariamente y además que sean más altas.
A un mes del asesinato de Hugo
Esta semana se cumplió un mes del asesinato de Hugo Guantay, un chico de 18 años que era alumno de la escuela Olguín. A metros de la puerta de su colegio recibió un disparo que terminó con su joven vida. Directivos de las escuelas de la zona, de los centros comunitarios y organizaciones sociales y religiosas que trabajan en Ludueña elevaron un petitorio reclamando medidas de seguridad para el barrio.
“Escribimos una nota compartiendo nuestro dolor y nuestra preocupación porque lo de Huguito no fue un accidente, lo mataron”, expresó dolida la directora del primer ciclo de la escuela Olguín, Claudia De Gottardi, donde la primaria cuenta con 422 alumnos, la secundaria con 200 y el jardín con 160. Además, allí funciona un colegio nocturno con 180 chicos y la reconocida Escuela Orquesta Barrio Ludueña a la que asisten 150 pibes diariamente.
En ese escrito, que se difundió a través de las redes, también expresaron la necesidad de reforzar los muros que fueron construidos, hace más de 30 años, con bloques huecos y, ante el paso del tiempo y las balaceras, se fue cayendo dejando a los chicos a la intemperie, lo que en Ludueña puede suponer la muerte.
“Nos reunimos con el Ministerio de Educación y con funcionarios municipales, provinciales y concejales para explicarles la necesidad de levantar las paredes y refozarlas”, indicó la directiva en busca de preservarse de las balaceras y trabajar con un poco de paz.
Para ello, la escuela presentó formalmente la solicitud de asignación presupuestaria mediante el Fondo para la Atención de Necesidades Inmediatas (Fani) para reforzar las paredes exteriores del establecimiento educativo en pos de resguardar la seguridad. El Concejo esta semana avaló este pedido solicitando que se realice de forma inmediata y urgente.
Luminaria
Al pedido por muros más altos y firmes, también se sumó el reclamo para que se coloquen luminarias en las calles del barrio. “El Estado debería mejorar la iluminación, reparar los pozos de la calle y lograr que más líneas del transporte urbano ingresen al barrio”, expresaron desde las instituciones que trabajan en Ludueña.
Actualmente, son solo dos las líneas de colectivo que entran en Ludueña y eso también contribuye a la inseguridad porque las esperas son de 45 minutos en un lugar que no es seguro.
En el barrio se respira miedo. Los vecinos no quieren salir de sus casas, y no son pocos los que trabajan allí y presentan picos de estrés por las trágicas situaciones que diariamente se viven en el barrio.
Tanto directivos escolares como coordinadores, maestros y médicos de los centros de salud y centros Crecer tienen miedo. Los trabajadores pasan parte de enfermo porque sufren fuertes tensiones al desempeñarse diariamente en un contexto extremadamente peligroso y donde pierden la vida los mismos chicos que ellos atienden.
“Pedimos a todos los que vengan que ayuden a fortalecernos para que no tiremos la toalla”, confesó De Gottardi. “Si algo funciona hay que sostenerlo”, dijo la mujer que hace más de 30 años trabaja en la escuela fundada por el padre Edgardo Montaldo en Ludueña.
Ahora dirigentes barriales también están solicitando una reunión con el Ministerio de Seguridad de la provincia para que se tomen más medidas, como la presencia policial y la de Gendarmería.
Los clubes también se cubren con muros
El de la escuela Olguín de Ludueña no es el único caso ligado a la necesidad de reforzar muros laterales por las balaceras. Estos pedidos tienen historia. En 2016 los vecinos del club de fútbol infantil Defensores de América, de Casiano Casas y Washington, buscaron fondos para construir paredes después de que unos 40 nenes, de entre 6 y 9 años, quedaran en medio de una balacera entre bandas cuando practicaban en la canchita.
Una situación similar se vivió en el club Argentina 78 de Empalme Graneros. En 2018 los vecinos buscaban recursos para cercar el predio con paredones.
El club Deportivo Amistado, cuya sede se encuentra en Circunvalación y San Martín y a metros del Hospital Regional Sur, puso también manos a la obra para construir un muro luego de un tiroteo en la zona.
Se necesitan secundarias
En Ludueña solo hay tres escuelas públicas secundarias, una técnica en Gorriti y Felipe Moré y otras tres privadas. Sin embargo, no dan abasto para la cantidad de jóvenes que deberían estar cursando el segundo ciclo. Solo en la escuela Olguín tienen casi 60 pibes en lista de espera para hacer la secundaria. “Los chicos deberían estar en la escuela y no en la calle”, manifestó la directora de la primaria, Claudia De Gottardi, quien hace más de 30 años trabaja en la zona y le preocupa que los niños no puedan acceder a la educación.