En el marco del ensayo del desfile aéreo que se realizará el domingo en el cielo rosarino, un avión Hércules C-130, sobrevoló la ciudad, junto con otras 15 aeronaves. Pasó de los 2.100 metros de altura, a un vuelo rasante por el Monumento a la Bandera para regresar a Fisherton.
Ante la imposibilidad de realizar el tradicional desfile por el Día de la Bandera, el cielo se convertirá el domingo en el escenario, para que las familias puedan contemplar la exhibición desde los domicilios.
Por este motivo, un grupo de periodistas, a bordo de un avión Hércules, sobrevoló Rosario en uno de los trayectos que formará parte del desfile.
77679622.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
El Hércules C-130 es un avión de carga que se utiliza para realizar el apoyo logístico a la Antártida, a donde traslada mercadería, medicamentos y alimentos, entre otras tareas. Desde que empezó la pandemia, estas naves distribuyen vacunas, insumos médicos y respiradores entre las provincias. No se trata de una aeronave convencional, aunque puede trasladar gente. Por ejemplo, el año pasado se utilizó para repatriar argentinos que estaban en Perú y en Brasil.
Esta aeronave, apostada en Palomar, Buenos Aires, llegó a Rosario para formar parte del desfile oficial. Y una de las pruebas la realizó este mediodía desde el aeropuerto de Fisherton rumbo al Monumento a la Bandera. El traslado duró casi una hora y media, y el avión llegó a los 2.100 metros de altura sobre el Paraná, acercándose al centro de la ciudad, zona en la que descendió y realizó un paso rasante que permitió una visión panorámica de Rosario desde el aire.
En la cabina, tres pilotos manejaban la nave sobre el aire, en coordinación el con resto de la tripulación y las otras 15 aeronaves. Concentrados, dirigían el avión que varias veces atravesó las nubes, lo que provocó varias turbulencias.
77679633.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
En el interior de la nave se acomodaron los 20 periodistas, algunas autoridades municipales y personal del aeropuerto, además de la tripulación. Estos aviones no tienen butacas como los que trasladan pasajeros. Solo cuentan con sillas plegables de tela, todas con cinturón de seguridad.
El vuelo fue muy distinto de los tradicionales. El Hércules tiene pocas ventanillas redondas y pequeñas, por lo que hay poca luz en el interior. Pero lo que termina perturbando, para quien no está acostumbrado, es el ruido ensordecedor de los motores que en ningún momento disminuye. De hecho, la tripulación viajó con protectores auriculares, que también permite que se comuniquen entre ellos.
El avión cuenta con una rampa trasera por la que ingresaron los periodistas. A las 13.55 empezó a carretear por la pista para despegar. Al principio reinó el temor a lo desconocido, pero luego, cuando el avión ya volaba alto, varios se pararon para intentar ver algo por las ventanillas, pero solo se advertía la presencia de las nubes.
77679783.jpeg
Celina Mutti Lovera / La Capital
Pasada media hora, los pilotos permitieron que los periodistas se asomaran unos minutos a la cabina. Desde allí se pudo ver la enorme extensión de la ciudad y el despliegue magnífico del río marrón a su vera.
Los pilotos mostraron su destreza con algunos giros, y con distintas velocidades de vuelo. Pasadas las 15.25 el avión tocó tierra nuevamente en el aeropuerto de Fisherton.
Durante el trayecto, se pudo comprobar la eficiencia del trabajo en equipo de la tripulación, las destrezas aéreas de los pilotos y la precisión en el manejo de los tiempo para lograr la perfección que podrán ver los rosarinos el día del desfile.