Por Silvia Carafa
La intendenta Mónica Fein, el gobernador Miguel Lisfchiz, sus padres y hermanos, descubrieron la placa que lleva su nombre en el gimnasio del centro deportivo, colmado para la ocasión. También se descubrió un cartel con tonos celestes, que nomina el edificio en la vereda. Además, se anunció que la familia apadrinará el lugar.
Al acto asistieron compañeros y autoridades del Instituto General San Martín, de los colegios San Patricio y Parque de España, del Club Argentino Sirio y la Escuela de Taekwondo. Cada uno de estos espacios fue un mojón en la trayectoria de Emilio y sus portavoces coincidieron en la semblanza: compromiso, sencillez, compañerismo y responsabilidad.
Un líder positivo que a los 12 años fue capitán de su colegio por sus aptitudes, elegido mejor compañero en varias ocasiones y capaz de incluir en sus sueños a los otros. "Le mando un abrazo de corazón a mi hermano Emilio", dijo su mejor amigo, en uno de los momentos más sentidos de quienes expusieron. Hubo algo en lo que todos coincidieron, en que los estaba "acompañando".
En varios de los tramos, los expositores destacaron que Emilio encarnaba los cinco preceptos del taekwondo que amó desde pequeño, a instancias de su padre, y podrían sintetizarse en integridad, perseverancia y respeto. "Tengo la sensación de que los encarnaba antes de practicarlo, él era así, en solidaridad y honradez intelectual, estaban moldeados mutuamente con el deporte", dijo a La Capital, su papá, Alberto Lotuf.
"Tenía una vocación plena, a punto tal que él sabía que tenía un problema cardíaco y, sin embargo, arriesgó todo y siguió practicándolo. Nos dejó muchas cosas, donde pasó dejó huellas muy profundas. Un día como el de hoy es de mucha emoción porque, a pedido de quienes lo conocieron, su nombre ahora queda marcando esas huellas", comentó Lotuf.
Y la intendenta Mónica Fein sumó: "Cuando una institución no tiene nombre propio, nada mejor que pensar en un nombre propio que represente los valores de Emilio: pasión, compromiso y capacidad de vínculos. Eso les van a explicar a quienes pregunten por él al ver su nombre en esta placa y les contarán que nada en la vida puede detener los sueños, como contaron sus compañeros" .
Lifschitz también lo definió: "El que es apasionado asume riesgos, vive al límite y creo que Emilio fue uno de esos. En este lugar de risas, de chicos, de esfuerzos, deportes y sueños, él será una inspiración. A veces hay personas que en una vida corta dan felicidad y dejan un legado, Emilio lo hizo".