La comunidad educativa de la Escuela Secundaria Carlos Fuentealba de barrio Santa Lucía vive horas de tristeza y bronca, tras la muerte de Ezequiel Curaba, quien falleció tras recibir una fuerte descarga de electricidad mientras intentaba robar cables de alta tensión en una zanja de la EPE el domingo pasado. El joven cursó hasta tercer año en la institución, donde lo recuerdan con cariño. La docente de Lengua y Literatura Melina Gigli fue su profesora en los primeros años y se animó a postear en redes sociales un emotivo texto donde pidió honrar su memoria y recordarlo como un chico trabajador que hacía lo que podía para sostener a su familia.
Este miércoles, Melina recordó en diálogo con La Capital: "Ezequiel tenía una sonrisa muy particular, como vergonzosa y siempre le brillaban los ojos". Amplió: "En general ,en clases de Lengua y Literatura leemos mucho. A Ezequiel no le gustaba leer, pero sí escuchar y mucho”. Agregó: "Todos los docentes de la escuela tenemos ese recuerdo, el de su sonrisa. Era un alumno que nunca levantó la voz”.
Ezequiel comenzó a cursar el tercer año de la secundaria “y después dejó" porque no pudo sostener ir a clases diariamente. "No sabemos si después ingresó a un Eempa", contó Melina. Cuando el muchacho abandonó la escuela “se hizo lo que se hace siempre en las escuelas públicas: tratar de que los alumnos vuelvan a estudiar, ya que la escuela es el lugar más seguro y de mayor contención", remarcó. Aclaró: "En este intento de hacer volver a Ezequiel no quiero dejar afuera a la directora, Valeria Ríos, y a todo un equipo de trabajo que está en el barrio y en la escuela secundaria que tienen un objetivo muy claro: que los chicos tienen que estar ahí, en la escuela”.
La docente también describió el contexto en el que viven todos los chicos y chicas que acuden a la escuela Fuentealba. "En el barrio Santa Lucía la gente labura, pero es un barrio en el que la pobreza abunda y todo se hace mucho más difícil y más cuesta arriba. Desde conseguir un lápiz y una carpeta para la escuela hasta comer, vestirse, cubrirse del frío o zafar del calor".
Tras conocerse el episodio en el que perdió la vida Ezequiel y las duras reacciones que hubo en las redes sociales, Gigli acudió a Facebook, donde posteó: “No quiero que lo recuerden así. Él era Eze, mi alumno, nuestro alumno. Él era muy dulce y andaba con un carro. Tuvimos muchas mañanas de mates y sonrisas”.
“Le gustaban los cuentos pero no leer. Estamos en deuda. Qué crueldad. Él tiraba de un carro, andaba cirujeando. El hambre no espera. Era tan dulce”, escribió.
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El secretario general de Amsafé Rosario, Juan Pablo Casiello, salió este miércoles al cruce de las opiniones agresivas que se exhibieron en las redes sociales ante la muerte de Ezequiel. “Comparto las expresiones de dolor de los maestros de Ezequiel en la escuela de Santa Lucía. Era un estudiante, que la pasaba muy mal y que en la escuela se defendía como tantos alumnos. Le interesaban los cuentos y era buen compañero. Y para sobrevivir, mientras iba a la escuela, cirujeaba, tiraba de un carro. Vivía en las condiciones más terribles que viven algunos niños y adolescentes no en la pobreza sino en la indigencia”.
“Ezequiel tuvo que dejar la escuela. Los docentes después se lo cruzaban tirando del carro. El chico se había mudado con su familia, pero cada tanto pasaba por la escuela. Que un chico muera mientras trataba de robar cables es un reflejo de una situación social extendida. Muchos pibes y pibas dejan la escuela porque no tienen para comer y a veces encuentran en el robo el camino para esto”, subrayó.
Casiello aclaró que “de ninguna manera” quería justificar un robo, pero “si hay que entender el contexto. Ayer había mucho enojo y tristeza en las docentes por los comentarios en las redes sociales, que fueron brutales, crueles, festejando la muerte de un pibe. Eso era algo que no podíamos dejar pasar. En los últimos tiempos tuvimos una serie de muertes de alumnos y alumnas que moneda corriente en Rosario por distintos motivos”.
“Lamentablemente, sigue habiendo un sector de la población que sigue esperando estas situaciones y celebra que este joven se haya muerto electrocutado. Quienes más padecen estos actos de robo o vandalismo son las escuelas. De ninguna manera justificamos delitos, los rechazamos, pero contextualizamos una situación que es dramática. No hay nada que festejar. Como sociedad tenemos que hacernos cargo. Qué mal estamos que para que un chico, para sobrevivir, roba un cable y se muere y hay un sector de la población que lo festeja”, destacó.