A partir de la explosión de calle Salta 2141, que dejó un saldo de 22 muertos y 62 heridos en 2013, oler a gas se convirtió en Rosario en un temor constante y una agonía para muchos usuarios que esperan semanas y hasta meses la reconexión de un servicio esencial. En tanto invierten tiempo en llamados y envíos de mails y, dinero en electrodomésticos eléctricos, se bañan en el club o en el gimnasio, piden duchas prestadas a los vecinos o apelan al lavado con balde o jarrito y pelean con empleados a los que ya denominan "cazafugas".
Es que el llamado por una sospecha de pérdida de gas se transforma inmediatamente en la visita de un operario de Litoral Gas que corta el suministro, sea en una residencia o en todo un edificio de departamentos y obliga a llamar a un gasista matriculado para que revise la instalación. En caso de anomalías o no adecuación de los protocolos para el servicio hay que invertir dinero y poner todo al día.
Además hay que pedir prestada o comprarse cocina, calefón y pava eléctrica y una estufa de cuarzo. Luego hay que armarse de paciencia para lograr que un inspector observe lo realizado y dé o no el "ok" de la reconexión: un trámite que puede tardar varias semanas o incluso meses. Y algunos damnificados y damnificadas aseguran que a veces la celeridad se "negocia" con dinero.
Uno de los usuarios que está padeciendo este derrotero es el docente y escritor Marcelo Britos quien vive en Ocampo 38. Le contó a La Capital que hace cuatro meses le robaron un "cañito del medidor del gas" cuando estaba trabajando.
"Cuando volví había una cuadrilla de Litoral Gas poniendo un cepo. Me dijeron que un gasista al otro día ya podía conectarlo. Tuve que hacer la readecuación y me gasté 200 mil pesos. Estoy hace cuatro meses sin gas y así pasé todo el invierno", aseguró.
Pero no todo terminó allí. "Cuando por fin me habilitaron la inspección, un inspector rechazó el pedido de conexión porque según él una de las rejillas de toma de aire de la pared estaba dos centímetros por debajo de la regla. Sí, dos centímetros. Esto sucedió hace quince días, volvió el frío y vuelta a usar un balde para bañarme, a comer de rotisería o fiambres y morirme de frío. Lo de Litoral Gas no solo es abuso de poder: es insensible", remarcó Britos quien acudió al Ente Regulador del Gas (Enargás) ante las idas y vueltas.
"Me dijeron que era el protocolo, que no podían hacer nada. Pregunto, ¿no hay una forma de readecuar sin cortar el servicio cuatro meses? La empresa tiene la obligación de garantizar un servicio que es esencial, no castigar a los usuarios".
Britos discutió esta semana con un empleado de Enargás, porque "los "técnicos insisten en que hay una pérdida y los gasistas dicen que no". Luego otro empleado, a fin de calmar los ánimos le pidió nuevamente sus datos y le prometió que se comunicaría con él alguien del área técnica. "Yo sigo sin gas y no llego con el tiempo y el dinero para cambiar más cosas que me exigen, estoy peleado con mi gasista, con los empleados, con los inspectores. Un infierno".
Desde Enargás le respondieron a este diario que los protocolos indican los cambios y ajustes de normas, que "lo importante es la seguridad del servicio" y que ni en 2021 ni en 2022 hubo gran densidad de denuncias de reclamos por "cortes improcedentes" o "demora en la rehabilitación del servicio".
Ambos rubros representan apenas un 0,3% de los reclamos, de un total de 12.940 en toda la provincia. Pero la queja de los usuarios sigue centrándose en la gran demora de reajuste de normas e inspecciones más que la cantidad de denuncias, ya que a veces el reclamo es de un vecino pero afecta a varias decenas en una misma torre.
"Es cierto que todo se agravó tras la tragedia de calle Salta. Es lógico pero no la demora, porque el costo de ese mayor control lo afronta el usuario y la empresa no pone nada, su margen de rentabilidad sigue intacto", dijo el responsable de la Oficina de Defensa del Consumidor municipal, Antonio Salinas, lugar donde llegan algunas denuncias ya que el ente regulador es el indicado para recepcionarlas.
Niño discapacitado y mujer de 94 años
Verónica vive con un hijo en un edificio de 20 departamentos en Montevideo al 3100 y le reconectaron el gas este martes, después de cuatro meses y una semana sin servicio. Pero este jueves ya no salía nada de las hornallas, otra vez.
"A más de un edificio cuando le reconectaron le empezaron a aparecer pérdidas, me pasó anoche (por el miércoles pasado), se supone que hoy pasa el gasista y me lo arregla. Parece una anécdota luego de todo lo que pasamos", dijo y luego contó que la historia comenzó así.
"Un vecino sintió olor a gas en la vereda, llamó a la empresa y nos cortaron el servicio a todos. Allí mismo empezaron los padecimientos, de todos pero más el de una mamá con dos hijos, uno de ellos con parálisis cerebral, de quien presentó un certificado de discapacidad para demostrar que la vida de su hijo y su familia así era un calvario y allí el Enargás nos ayudó", señaló Verónica.
La mujer aseguró que pagó 25 mil pesos como cada consorcista, solo para hacer el trámite, y les plantearon "mil y un requisitos en un edificio relativamente nuevo".
Además aseguró que pasaron tres inspecciones y siempre quedaba algo por resolver, entonces había que pedir un nuevo turno y esperar.
"A lo que pagamos para el trámite hay que sumarle el dinero invertido en rejillas y arreglos. Ni hablar de lo que gastamos en electrodomésticos, la incomodidad de la vida cotidiana y el frío".
Solo a modo de anécdota, porque ya se solucionó aunque no sin "sudor y lágrimas", cabe el caso de Alfonsina, una profesora universitaria jubilada e hija de una mujer de 94 años, que vivía en barrio Industrial.
Ambas padecieron la espera de la reconexión durante la pandemia. "Una pesadilla" que prefiere no recordar, dijo la mujer.
"En febrero hicimos toda la instalación de la casa como nos habían indicado. El 1º de abril teníamos fecha para la inspección: no vinieron. Llamé a Litoral Gas, nunca obtuve respuesta, luego me dirigí al Enargás. Les explicaba que mi madre era una anciana y tras insistir todos los días y mandar mails logré que vinieran a fin de mayo. Juro que lloré con ella cuando conseguimos la reconexión".
Mejor reír con un poema que llorar
Siempre está a disposición el teléfono de Emergencias para comunicarse con Litoral Gas a través de la página web de la empresa.
"En caso de una emergencia, olor a gas o inconvenientes en el suministro, por favor, comuníquese de inmediato al teléfono gratuito 0800 777 5427 (LGAS), de atención las 24 horas los 365 días del año".
Pero muchos usuarios han culpado al vecino o vecina que llamó a la empresa y dejó a todos sin servicio ni solución. Una manera de "matar al mensajero" y ¿cómo se evita? Llamando a un gasista amigo, incluso no matriculado, que luego no podrá pedir una inspección, lo que implica correr serios riesgos. O redactando un poema, tal como hizo irónicamente hace unos años el escritor Alejandro Chuca, en Buenos Aires.
Se lo dedicó por las redes de esta manera: "Poema para mi querido vecino que llamó a Metrogas y nos cortaron el gas a todos y ahora no vamos a tener gas por meses y meses mi querido vecino". Y en algunas de sus largas estrofas dice: "llamar a metrogas es como llamar/a metrogas/y ahora/acá mirá/¿vos tenés gas?/no tenés gas/¿yo tengo gas?/yo tampoco tengo gas/¿la piba del 14 C tiene gas?/la piba del 14 C tampoco tiene gas/nadie tiene gas/¿entendés?/ya no hay gas pasando por los caños/que lo juntás con el fuego del calefón/y hay agua caliente/¿no te parece hermoso/ser contemporáneos del gas?/pero no/vos vas/y lo cortás/¿cómo vas a llamar a Metrogas?".