Un radiador complicado y la predisposición de la gente que paseaba ayer por Oroño y Salta, además de los profesionales que llegaron al lugar, confluyeron en que Julieta Ambrozio diera a luz al pequeño Valentín en esa esquina durante la mañana de sábado. En plena vía pública. El peculiar hecho sucedió alrededor de las 10.20 y, a pesar de algunas complicaciones iniciales, el recién nacido, que pesó 3,760 kilos, se encuentra en perfecto estado.
Alrededor de las 7.30, Julieta, que cursaba la semana 42 de embarazo, comenzó el día con algunos dolores. A las 8.30, ella y su esposo, Ever Palermo, salieron desde Granadero Baigorria para la guardia del Hospital Italiano. Pero en el camino, el auto (específicamente, el radiador) les jugó dos malas pasadas con poco más de diez cuadras de diferencia.
Ever contó que el auto estaba próximo al cambio de radiador y que "se calentaba y lo tenía que apagar porque, si no, no llegábamos".
"Tuve que parar a ponerle agua al auto dos veces; primero, en el Cruce Alberdi. Cuando volví a parar en Salta y Oroño, ella no daba más y rompió bolsa", relató Ever, aún con un poco de perplejidad y con Valentín dormido en sus brazos.
Los gritos de Julieta ("fue todo muy rápido: rompí bolsa, empujé dos veces y salió Valentín", narró) alertaron a una familia con mellizos, como describió el matrimonio, que inmediatamente llamó al Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies). "A esa familia le agradecemos mucho la colaboración", manifestaron ambos.
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Ever contó que "inmediatamente" llegó el enfermero Mario Escudero, que se encontraba patrullando la zona con una moto del Sies: "Actuó muy bien. También se acercó la policía, una ambulancia de Ecco y otra del Sies. La gente, también".
Inicialmente, Julieta se asustó por las circunstancias y porque Valentín nació con el cordón enrollado al cuello y con un fragmento de placenta que le tapaba la cara y no le permitía respirar.
"Estábamos un poco asustados porque no lloraba. Después de que el enfermero ayudó a sacarle el cordón y la placenta, empezó a llorar y nos relajamos", rememoró quien fue mamá de su cuarto hijo quien, a su vez, compartirá cumpleaños con una de sus hermanas que también nació el 10 de noviembre y ayer cumplió 6 años.
Julieta contó: "Al principio sentí desesperación, todos los sustos se me vinieron encima. Pero cuando se empezó a acercar la gente, a ayudarme y a tranquilizarme, se hizo todo más fácil. El enfermero del Sies que llegó primero me puso a Valentín en el pecho para que me tranquilizara. Eso me ayudó a relajarme".
"Mi marido y él (por el bebé) se fueron en una ambulancia aparte. Los enfermeros que me llevaron a mí me tranquilizaron y me cuidaron en todo momento. Después se quedaron a conocer a Valentín mejor, digamos", afirmó, entre risas.
En el imprevisto operativo, contaron Ever y Julieta, colaboró mucha gente . Por eso, ambos no dudaron un segundo en agradecer a todos aquellos quienes les dieron una mano en lo que fue una mañana inusual en una de las esquinas más emblemáticas de la ciudad.
"Queremos agradecer a toda la gente que estuvo ahí. Lo bueno de esto es ver cómo la gente colabora, cómo se acercaron todos y se preocuparon para que no nos pasara nada al bebé ni a mí. Ahí está la parte humana que tenemos todos", agradeció Julieta.
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Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
>> "No se tiene un parto en la vía pública todos los días"
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Emocionado. Mario Escudero, el enfermero que ayudó a Julieta.
Una mañana de patrullaje agitada tuvo Mario Escudero, el enfermero del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) que ayer ayudó a dar a luz a una mujer en Salta y Oroño.
Emocionado por la experiencia, contó: "Estaba patrullando con la moto del Sies y salió un alerta rojo de una mujer en trabajo de parto en Oroño y Salta".
"Llegué y encontré a la señora en trabajo de parto. Cuando recibí al bebé e hizo el llanto, nos tranquilizamos", narró el enfermero, a lo que sumó: "Es la primera vez que me pasa algo así en el servicio de motos. Cuando estaba en ambulancias tuve trabajos de parto en domicilio, que son más fáciles y tranquilos".
El enfermero dijo que tras el parto pasó por el lugar una ambulancia privada que colaboró "hasta que llegaron los móviles del Sies. La mamá estaba muy ansiosa, dolorida. La idea era tranquilizarla. Yo también estaba un poco asustado. No se tiene un parto en vía pública todos los días".Escudero remarcó que "la gente que estaba en el lugar también colaboró en todo momento. Me dejaron trabajar sin problemas. Terminamos todos contentos: los papás del nene, todos. Hasta la policía que nos asistió con el corte de tránsito".