En un hecho histórico de rugby en la cárcel, el primer test match se inclinó en favor de los abogados que siguen ligados a la ovalada. El equipo de rugby Los Cuervos mantuvo el viernes pasado dentro de la Unidad Penitenciaria Nº 6 (Francia al 4800) un encuentro con detenidos que practican este deporte. Y el resultado fue 35 a 25 a favor de los "bogas". El inédito partido tuvo lugar tras las rejas del penal rosarino y amén del resultado, ganaron todos; en especial los presos que pudieron compartir un momento de distensión y dieron el ejemplo de utilizar esta disciplina como factor de reinserción social. La cita se coronó con sánguches, gaseosas, felicitaciones y abrazos, entre alambres de púa y guardiacárceles. Ahora, el entusiasmo hace pensar en la revancha deportiva, pero con la idea de expandir la experiencia con otros equipos.
De un lado Los Cuervos con camiseta roja y azul. Del otro, condenados de buena conducta vestidos de blanco. La cancha de fútbol se adaptó para aplicar las normas del Rugby Classic (que tiene algunas reglas modificadas al tradicional que se juega con 15 integrantes por lado) y así jugar cinco contra cinco.
Rugby en el penal
El resultado: 35 los abogados, 25 los presos. Pero fue lo de menos. La idea del partido motivó a muchos a sumarse, y a los organizadores a replicar la experiencia. El partido se desarrolló en cuatro tiempos de 10 minutos. Los "bogas" hicieron siete tries (anotación en el lado del oponente) y los detenidos, conco.
"Fue un juego muy parejo, sin ningún tipo de faltas", comentó Franco Galazzo, uno de los integrantes de Los Cuervos, para agregar que "dentro de la Unidad Penitenciaria todos fueron muy buenos anfitriones. Nos brindaron al finalizar un tercer tiempo que constaba de sándwiches, pizzas y gaseosas".
"Resultó muy bueno el partido porque no hubo mala fe de ninguno de los chicos, jugaron muy limpio. Entendieron lo que es la esencia del rugby, por suerte. Eso es lo importante", marcó el abogado jugador.
Por la revancha
Con esta gran jornada, quedó pendiente un nuevo partido. "Les vamos a dar la revancha para continuar con este vínculo con los chicos de Tercer Tiempo (organización de rugbiers que trabajan hace más de una década con la difusión del deporte en los penales). Estaría muy bueno que clubes de Rosario se acerquen a la Fundación Tercer Tiempo para ver si sus planteles superiores o sus grupos de Classic, de veteranos, vayan también a jugar con estos chicos para crear una verdadera conciencia o reinserción social", auguró Galazzo.
El partido intramuros fue fundacional, pero también quedó la idea de continuar con las salidas extramuros, para que los presos tengan un incentivo de salir. Todo fue tan relajado que muchos de los participantes se olvidaron de los guardias de seguridad, las armas del servicio penitenciario. Pareció un partido rugby común y corriente y se disfrutó de la misma forma. "Acá lo importante es que se entendieron los valores del rugby y que el deporte puede llegar a todos lados y crea segundas oportunidades", finalizó el letrado.
Desde la Fundación Tercer Tiempo, su coordinador Fernando Benítez consideró que lo positivo es "la sensación que genera el encuentro con personas que habitualmente no están en una unidad penitenciaria. Nosotros insistimos mucho en esto, de poder fomentarlo y foguearlo, porque es el primer paso para el afuera, esto de intentar recuperar la autoestima, que es algo que la cárcel por lo general destruye, y empezar a trabajar la subjetividad de las personas. Esto de fortalecer, de ver cómo lo potenciamos, porque en realidad es el primer paso para pensar el afuera, el enganche para poder continuar la tarea que los equipos inician en una unidad penitenciaria".
Autoestima
El objetivo estuvo cumplido: facilitar la recuperación de la autoestima, de presos en un espacio de encierro, y empezar a partir de ahí a trabajar con esas personas de que realmente son valiosas, de que pueden servir para una tarea en la sociedad. "No todo es un túnel oscuro sino algo positivo, de que dentro de esa oscuridad puede surgir algo valioso y positivo de parte de ellos", marcó Benítez.
De la actividad que tuvo lugar el viernes por la tarde en la Unidad Penitenciaria Nº 6 participaron también autoridades del Ministerio de Seguridad y de Igualdad y Desarrollo Humano. "Terminamos con un tercer tiempo hecho por el Servicio penitenciario y la cooperativa Esmeralda (la que la Fundación Tercer Tiempo tiene con quienes recuperaron la libertad y tienen servicio de catering).
Todos coincidieron que como experiencia ganaron los presos. La recepción por parte de los internos fue muy buena y los que no participaron nos pedían incorporarse al espacio. El Servicio Penitenciario estuvo muy predispuesto a colaborar, en definitiva, la intensa actividad física termina bajando la conflictividad en los pabellones.
Lo que viene
Ahora, se viene el segundo test-match. Será el viernes 5 de septiembre contra San Agustín (fundado en septiembre de 2019 por ex rugbiers cuyo proyecto fue concebido con la idea de enseñar rugby y sus valores a chicos con capacidades diferentes).