Los afiliados al Pami que deben ser internados en los policlínicos I y II sufren por partida doble.
No sólo por la afección que los mantiene hospitalizados, sino por “el efecto
invernadero” que se respira en las habitaciones.
En algunos casos la temperatura es superior a la exterior y muchos
familiares deben llevarles ventiladores. Frente a ello, las autoridades nacionales de la obra
social se comprometieron a instalar acondicionadores de aire para, en un segundo paso, montar un
equipo central de refrigeración.
Así llegará el alivio para los jubilados que se atienden en los
policlínicos propios del Pami. Las autoridades locales y los representantes sindicales de los
efectores gestionaron a la administración central la entrega de equipos de aire acondicionado y
ventiladores hasta que se pueda licitar un sistema de aire central.
Un infierno. Las salas de internación que miran al oeste son verdaderas calderas. El calor
castiga con altas temperaturas en los pasillos y salones mientras que dentro de las habitaciones la
situación es aún peor.
Marcelo Sánchez, delegado de ATE en el Pami, indicó ayer que “ya
se realizó el contacto con los gerentes de Buenos Aires para comprar equipos de aire acondicionado
y ventiladores en espera de un sistema de aire central que requiere de un trámite mucho más largo y
la reparación de la infraestructura general”.
El gremialista agregó que los sectores más críticos son la internación y
los pisos dado que las áreas de terapia intensiva cuentan con sistema de refrigeración.
Además los colchones tienen nylons, lo que agrava aún más la situación.