Un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) descubrió una nueva potencial amenaza en torno al mosquito que transmite las enfermedades dengue, zika y chikungunya. El Aedes aegypti puede ser agente transmisor, además, de los virus mayaro y oropouche, que tienen síntomas parecidos, aunque no descartan que puedan revestir una mayor gravedad.
“Nosotros descubrimos la amenaza. Estamos viendo los casos que han ocurrido en los últimos 30 años en América y vemos que se va extendiendo”, puntualizó a La Capital el director científico del Centro de Medicina Tropical y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, Antonio Montero.
Si bien aseguró que esto “no es para alarmar a la gente”, la situación busca prever acciones que no permitan la eventual expansión del virus: “Hay que ser prudente por varios motivos. Este es un virus que no ha hecho epidemias monstruosas”.
“En el Centro de Medicina Tropical hacemos investigación epimediológica. Estamos monitoreando las enfermedades que pueden ser una amenaza y con este virus hay que ser previsor”, indicó.
Montero explicó que hay dos motivos por los cuales la población no debe alarmarse: “La cantidad de virus que hay en la sangre del infectado es relativamente baja, lo que dificulta que el mosquito lo pique en el período de viremia; y el mismo período de viremia, que es corto y dura entre tres y cuatro días y se da cuando el mosquito tiene una pequeña oportunidad para pasar de una persona a otra el virus”.
Sin embargo, amplió que “el problema es que estas dos cosas dependen de que no ocurran mutaciones; es decir, que el virus no se adapte a su huésped. Por ejemplo, aumentando el nivel de viremia circulante o prolongando el período virémico (el período en el cual hay virus en la sangre)”.
El mayaro “es un virus que afecta a las comunidades rurales muy aisladas, por lo que las consecuencias que pueda tener a otro nivel son desconocidas. Nos referimos a otro nivel, a cómo un virus pueda ser capaz de producir embriopatías, fetopatías, producir abortos, malformaciones. Esto nos lleva a ser prudentes y tratar de detectarlo lo más rápido posible”.
“La enfermedad es relativamente leve. Es parecida a una chikungunya leve o a un dengue con dolores articulares. La enfermedad tiene un período de invasión que es la incubación desde que se infecta por una picadura hasta que aparecen los síntomas (que suelen ser fiebre, malestar, dolor de cabeza y dolores articulares), un período de estado y un período de resolución, en el cual puede pasar a la cronicidad y dejar dolores crónicos durante mucho tiempo igual que el chikungunya”, añadió.
Por su parte, Montero contó que también hay otro virus al que prestarle atención: “Se llama oropouche, es muy similar al mayaro y es transmitido por mosquitos. Son los responsables de la mayor parte de los síndromes febriles del Brasil amazónico tropical y se confuden con el dengue. Habitualmente, pasan como dengue. Hubo brotes urbanos importantes en ciudades pequeñas en los cuales, indudablemente, el Aedes aegypti es el que lo ha transmitido”.
Descubrimiento
El director del Centro de Medicina Tropical explicó que en 1950 aparecieron virus en Trinidad y Tobago y se fueron extendiendo por todo Brasil. Además, contó que en la actualidad se extendió, principalmente, por todo el sector tropical de Sudamérica, que contempla la frontera norte de Argentina.
“Siempre se supo que el virus es transmitido por un género de mosquitos que son habitualmente selváticos, los Haemagogus. Pero un grupo de norteamericanos halló, hace un tiempo, que el Aedes aegypti es capaz de transmitirlo también”, agregó.
El prestigioso grupo de investigación de la UNR ya detectó, en 2014, lo que sería después la pandemia del chikungunya gracias a una revisión del virus: “Nos adelantamos a la extensión del chikungunya por toda América. Habíamos visto que el virus dio la vuelta al mundo desde un brote en la isla de la Reunión (sobre el océano Indico, al este de Madagascar) en 2000, que se extendió por Asia, el Pacífico y había llegado a Estados Unidos con sus primeros casos en 2010. Y era transmitido por el Aedes”.
Con ese estudio, el equipo dirigido por Montero planteó que el chikungunya iba a ser una pandemia y que iba a llegar al país. “Hicimos una publicación que fue muy bien recibida en la revsita Medicina Clínica, de Barcelona. Después, se tradujo al inglés y lo publicaron en su edición internacional”, detalló en referencia a un antecedente parecido al estudio previsor que, por estos días, realizaron.
Al igual que el chikungunya, Montero aseguró que “es cuestión de tiempo que este virus aparezca por Argentina y se extienda” y remarcó que sobre todo, “como siempre, la lucha es contra el mosquito”.