Nació como una variante solidaria y sustentable en el inicio de la pandemia de coronavirus, pero la crisis se está llevando por delante cuatro años de trabajo. El proyecto “De la huerta a la olla” (DHO) ve cómo disminuyen las donaciones monetarias que recibe para comprar alimentos agroecológicos y entregarlos a 22 comedores, es por eso que la iniciativa, completamente voluntaria, comienza a crujir y busca ayuda.
DHO nació para vincular a productores agroecológicos con comedores que veían una demanda creciente durante el primer confinamiento por la pandemia de Covid-19. Las compras a los productores se hacen con donaciones voluntarias, tanto de personas como de premios y fondos, funcionarios políticos o legisladores, entre otros.
Desde el 2020, el proyecto, que es parte de la ONG rosarina STS, intenta reunir unos 50 kilos de arroz, legumbres, harina y verduras agroecológicas a comedores que, en su mayoría, iniciaron también durante la pandemia por necesidad.
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Los productos agroecológicos son una buena variante ante el incremento de precios en supermercados.
Foto: Silvina Salinas / La Capital
Los costos para armar esos combos fueron aumentando. En agosto del 2023 era de 32 mil pesos, hoy llega a los 120 mil pesos. Aunque para al menos intentar no quedarse tan atrás, los voluntarios tuvieron que disminuir las cantidades de las donaciones: pasaron de 50 a 35 kilos.
Ayuda a comedores y a productores
“En los últimos meses, la situación se ha vuelto muy compleja. Disminuyó significativamente la entrada de donaciones de dinero, lo que nos llevó a reducir la frecuencia de entregas, y aumentó exponencialmente la demanda de los comedores, muchos de los cuales dejaron de recibir ayudas provenientes de otras organizaciones o del Estado”, explicó a La Capital Delfina Eckart, voluntaria de DHO.
La esencia del proyecto fue no sólo asistir a comedores necesitados durante la incertidumbre del inicio de la pandemia, sino también colaborar con productores agroecológicos de la zona que vieron una merma en sus ventas producto del aislamiento social obligatorio.
comedores agroecologia
Veintidós comedores populares se valen, en buena parte, de lo que les provee el proyecto De la huerta a la olla.
Foto: STS
Hoy en día, se presenta una encrucijada: “Los productores vienen golpeados por las condiciones climáticas extremas (sequía y heladas) y los comedores, desde el año pasado, nos dicen que tienen muchas más personas que se acercan para pedir un plato de comida o un bolsón y que, además, se les está complicando sostenerlos porque dejaron de recibir donaciones de organizaciones o del Estado. Y nos dicen que nosotros somos uno de los pocos o la única vía para recibir insumos para poder hacer su actividad”.
Donaciones
Las contribuciones que recibe el proyecto provienen de donantes voluntarios, organizaciones, funcionarios, diputados y concejales. También, gracias a postulaciones a fondos y premios nacionales e internacionales. Pero este año, Delfina contó que “todo se volvió muy complejo por diferentes cuestiones”.
“En el último año y medio aumentó el costo de los productos, a pesar de que los productores agroecológicos no siempre aumentaron a la par de la inflación o de los productos que se venden en supermercados, y de la nafta, con lo que el costo de la logística se incrementó muchísimo. A su vez, bajaron las donaciones de personas por la crisis”, detalló. Y sumó que desde las elecciones dejaron de recibir fondos por parte de funcionarios y legisladores.
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En principio, lo ideal es llegar a juntar entre 80 mil y 100 mil pesos por comedor. Cada uno de ellos dan raciones de comida o bolsones a entre 150 y 300 personas, por lo que juntar menos dinero por cada comedor “no alcanzaría porque es muy poco”.
Para sobreponerse al contexto, Eckart manifestó que manejan la posibilidad de empezar a conseguir donaciones privadas y de ofrecer una suscripción mensual para la comunidad ligada a DHO para que, a través de sus aportes, puedan acceder a beneficios y descuentos.
Es por eso que invitan a comercios y emprendimientos “que quieran ofrecer sus servicios a la comunidad” a contactarse con la ONG a través de sus redes sociales.