Como si se tratara de la leyenda de David y Goliat, los mosquitos parecen haberle ganado la batalla al ser humano. Al menos esa es la sensación que los rosarinos vienen teniendo en estas últimas dos semanas en las que estos molestos bichos están por todos lados. En el verde, pero también en el concreto. En las calles, las oficinas, las casas, los negocios, los colectivos. Incluso aparecen en los hogares más precavidos que tienen mosquiteros, donde antes no había. Los mosquitos se instalaron hace algún tiempo en la ciudad y no parecen apurados en irse.
La pregunta del millón es, precisamente: ¿cuándo se van? Según los expertos, lo único que podría paliar la invasión es el descenso de la temperatura y la escasez de lluvias. Por los próximos diez días, al menos, el termómetro seguiría bien arriba aunque -al menos- no vendrían tormentas. La clave está en controlarlos en su fase larval pero, al reproducirse de manera abundante, las tareas de control no alcanzan.
Especialistas en la materia sostienen que la proliferación en esta época del año es tan alta que estos insectos tan diminutos se tornan incontrolables pese a las tareas de desinfección y descacharrado que viene realizando el municipio. Por lo pronto, la especie predominante (Cúlex pipiens y Cúlex quinquefasciatus) no transmite enfermedades (como en el caso del Aedes aegypti, del dengue) pero como todo vector hematófago (se alimentan de sangre para proliferar la especie) no claudicará en su tarea de picar hasta conseguir su alimento vital.
“La gente se queda más tranquila cuando pasa una máquina, pero nadie se pregunta qué es el humo que estamos respirando”, reflexiona el entomólogo y Secretario General de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Guillermo Montero, a la hora de explicarle a La Capital que la única tarea efectiva contra el mosquito es evitar que se reproduzcan desde la fase larval. En ese sentido, sostiene que la fumigación “tranquiliza a la gente, pero la tasa de proliferación es tan alta que no hay forma que no haya mosquitos”.
“Lo ideal sería no tener zanjas y cunetas, que es donde se crían las larvas, pero sabemos que hoy por hoy eso es imposible. Tampoco alcanza con fumigar todas las semanas”, acota el especialista.
“Cuando viene un verano muy caluroso y lluvioso va a haber mosquitos, es una población instalada”, sintetiza Montero.
El perfil del mosquito
Un mosquito como los que abundan por estos días en la ciudad puede vivir entre 48 y 72 horas. Es por eso que “no siempre te pica el mismo mosquito, puesto que la población es tan grande que va variando”, aclara Montero.
El otro detalle apuntado es que las hembras son las únicas que pican y lo hacen porque requieren la sangre para poder desarrollar sus huevos y luego depositarlos en medios acuáticos como charcos, piletas o barro. Es decir, más mosquitos. Los machos presentan antenas plumosas, mientras que las hembras las tienen alisadas y pequeñas.
El mosquito tiene su fase larval y su metamorfosis completa hasta hacerse adulto. Una zanja puede albergar una gran cantidad de mosquitos en su fase larval. La población de mosquitos se compone en un 80 por ciento de larvas y un 20 de adultos. Por eso la importancia de comenzar a fumigar zanjas y sumideros previo a la primavera para evitar que proliferen cuando llega el calor.
“La termoniebla no es más efectiva que el tratamiento larvario y también tienen sus contras porque estás matando a los depredadores naturales de mosquitos como aguaciles y arañas, entre otras”, precisó Carlos Tasinato, de la dirección de Control de Vectores municipal.
Por su parte, Montero destaca que “la Municipalidad trata el tema con bastante seriedad, no espera para salir a combatirlo como la fumigación o el descacharrado, pero hay factores climáticos y estacionales que son determinantes”. De esa manera, no quedará otra que utilizar repelentes, mosquiteros y limpieza e higiene para evitar acumular basura y elementos que permitan la acumulación de agua.
Consejos para evitar la formación de larvas
►Mantener limpios y ordenados los espacios.
►Mantener los ambientes libres de mosquitos utilizando espirales, pastillas o insecticidas (siguiendo siempre las recomendaciones del fabricante) o sahumar con plantas secas encendidas (como romero, eucalipto, alcanfor o menta).
►Colocar, en la medida de lo posible, telas metálicas o tejidos mosquiteros en puertas y ventanas.
►Utilizar repelentes comerciales (de extra duración dado la menor frecuencia en que debe aplicarse), biorepelentes o repelentes caseros (se pueden utilizar siempre y cuando no haya un brote epidémico).
►Revisar elementos que acumulen agua como por ejemplos floreros. En este caso, se puede cambiar el agua por arena húmeda.
►Reutilizar, reciclar o reducir residuos sólidos que puedan convertirse en criaderos de mosquitos (por ejemplo: envases de alimentos y bebidas no retornables, etc.)
►En el patio o jardín, vaciar baldes y latas para que no se acumule agua en ellos.
►Tapar las botellas con o sin agua.
►Poner bajo techo las cubiertas de neumáticos.
►Mantener tapados los tanques de agua.
►Limpiar diariamente los bebederos de animales (vaciarlos, cepillarlos y volverlos a llenar).