Bajo los lemas “Rosario sangra”, “Rosario quiere paz” y “Rosario quiere vida”, familiares de personas víctimas de la inseguridad, que asola a la ciudad, convocaron a una nueva marcha que se realizó este miércoles en la explanada del Monumento.
Virginia Benedetto
Una multitud se dio cita en el Monumento.
Virginia Benedetto
Familiares víctimas de la violencia.
Bajo los lemas “Rosario sangra”, “Rosario quiere paz” y “Rosario quiere vida”, familiares de personas víctimas de la inseguridad, que asola a la ciudad, convocaron a una nueva marcha que se realizó este miércoles en la explanada del Monumento.
Vecinos de distintos barrios se dieron cita para apoyar a los familiares y para reclamar el fin de la violencia. “Tenemos una ciudad tan linda, pero es la más insegura del país”, se lamentó una mujer que llegó desde zona sur para participar del encuentro.
Con banderas argentinas, sin ninguna filiación política, y remeras con fotos de las víctimas, los rosarinos comenzaron el acto pacífico aplaudiendo durante varios minutos seguidos, mientras los autos que pasaban por el Monumento hacían sonar las bocinas.
Sobre el mástil mayor, familiares de quienes fallecieron en actos violentos, extendieron banderas y carteles con los nombres de las víctimas: Cande, Fabri, Sandra, Mauri, Rocío, Rodrigo y Aurialuz eran algunos de ellos.
Abrazados y con lágrimas, los familiares recordaron a hermanos, amigos o hijos que perdieron en balaceras perpetradas en los barrios rosarinos.
“¡Estamos hartos!” exclamó Guillermo Mengarelli, un médico pediatra y docente universitario que, solidarizado con las víctimas y los hechos delictivos, se sumó a las marchas y anoche fue el portavoz.
“¿Cuánto más vamos a permitir que esta ciudad sea tan insegura?”, se preguntó Mengarelli con el micrófono en la mano. “Sabemos que es desgastante participar de estas marchas, pero a la vez vemos que la ciudadanía tiene un gran poder para reclamar y denunciar los hechos de inseguridad”, proclamó el médico.
“Hay que apoyar”, expresó una mujer del centro que acudió a la marcha con su marido. “Veo a esta gente que sufre tanto y no me puedo quedar tranquila. Algo hay que hacer”, manifestó.
“¡No sirven!”, dijo otro ciudadano refiriéndose a los políticos a y los funcionarios a quienes consideró “cómplices” del estado de inseguridad que se vive en la ciudad.
“Tenemos una gran ciudad, con una gran universidad y no podemos salir tranquilos. ¡Rosario duele!” expresó Mengarelli seguido de un estruendoso aplauso por parte de la multitud que participó de la marcha.
Acto seguido, miembros de la Mesa Interreligiosa por el Bien Común de la Universidad Nacional de Rosario expresaron su apoyo a la lucha contra la inseguridad y la violencia, y ofrecieron una oración por la paz, rezada desde los distintos credos.
También tuvieron su momento los familiares que compartieron su dolor y la impotencia ante la muerte de sus seres queridos.
Seguramente la convocatoria volverá a repetirse. El objetivo es visibilizar la preocupación de los ciudadanos y el reclamo por políticas que ofrezcan soluciones concretas.
Acampe
Esta marcha se realizó ocho días después del acampe que los manifestantes efectuaron frente a la sede de la Gobernación.
Ante esa manifestación, las autoridades municipales y provinciales habían prometido citar nuevamente a los familiares, pero aún no lo hicieron. “Hasta ahora no fuimos convocados”, confirmó Ezequiel Lowden, portavoz de los familiares víctimas de la violencia.
“No hay respuestas de los funcionarios, no se persigue a los delincuentes, ni tampoco a los autos que hayan provocado balaceras o extorsiones, y los hechos violentos continúan”, se lamentó Lowden, quien cerró el acto presentando la organización Rosario Autoconvocada, que reúne a entidades y ciudadanos de la ciudad que luchan contra la inseguridad.