Desde fines de junio los casos de fiebre hemorrágica argentina están aumentando en Buenos Aires y provincias cercanas, donde la enfermedad es endémica. Este incremento empezó a verse en Santa Fe, y particularmente en Rosario, donde ya se confirmaron siete casos desde que comenzó el año, lo que supera el promedio de años anteriores para la misma época.
La última paciente a la que se le detectó la enfermedad es una joven de 23 años, que vive en zona sur de la ciudad y que en estos momentos se encuentra internada en el Hospital Provincial de Rosario y su estado es “estable”.
En forma oportuna, los médicos que la asisten le transfundieron plasma de convalecientes, que es una de las medidas eficaces para intentar revertir el cuadro.
La fiebre hemorrágica es una enfermedad que se contrae por "respirar" los vapores de materia fecal, orina o saliva de ratones infectados pero también puede ingresar el virus por lastimaduras en la piel, por lo que se recomienda usar guantes y calzado adecuado si hay llagas o heridas, aunque sean mínimas.
El equipo de Epidemiología de la Municipalidad de Rosario ya inició la actividad territorial correspondiente donde vive la joven. Se trabaja con otras áreas para hacer relevamiento del lugar para detectar presencia de roedores y además se controla que no haya vecinos con síntomas. También se difunde información sobre prevención y señales de alarma.
Fiebre hemorrágica: síntomas y vacunas
La provincia de Santa Fe forma parte de la zona endémica de la fiebre hemorrágica argentina (también llamada "Mal de los Rastrojos") y es por eso que desde Epidemiología, tanto a nivel provincial como municipal, vienen solicitando a la población que tome los recaudos necesarios para evitar la infección y que los mayores de 15 años cumplan con la vacunación, que es gratuita y obligatoria a partir de esa edad.
Es muy importante que las personas conozcan los síntomas y los médicos sospechen la enfermedad porque no siempre existen antecedentes de viaje o el paciente necesariamente recuerda haber estado en sitios potencialmente más peligrosos como son los galpones, cunetas, campos donde el ratón puede deambular con facilidad.
La aparición de cuadros febriles inespecíficos acompañados de dolor de cabeza y decaimiento (a lo que suele sumarse lumbalgia, dolor detrás de los ojos, vómitos y mareos) deben ser tenidos en cuenta para una consulta médica inmediata.
La fiebre hemorrágica es una enfermedad viral aguda grave y puede ser letal en el 20% de los casos o dejar secuelas severas. El período de incubación oscila entre una y dos semanas desde que se estuvo en contacto con el virus.
Los contagios suelen producirse en zonas no urbanas donde el ratón (que es el vector) deambula con mayor facilidad. Los dos casos anteriores al de la joven actualmente internada en el Provincial, fueron rosarinos que habían estado visitando familiares en Pérez.
En Rosario, además, mucha gente tiene casa o pasea el fin de semana en Funes, Roldán, que son áreas donde suele haber más casos.
De allí que sea importante que no sólo las personas que habitan o trabajan en zonas rurales estén atentas, y es fundamental que todos se vacunen.
¿Quiénes deben vacunarse?
La vacuna contra el llamado Mal de los Rastrojos debe colocarse a todos los mayores de 15 años. "Pueden asistir a cualquier vacunatorio, porque tenemos las dosis. Es importante que se sepa que deben pasar cuatro semanas si se colocaron otras vacunas", confiaron desde Salud.
La aclaración es que la vacuna de la fiebre hemorrágica no puede ponerse con otras. "Y hay casos en los que las personas no se pueden vacunar (embarazo, enfermedades inmunológicas), por eso es fundamental consultar con los referentes en los vacunatorios", señalaron fuentes oficiales.
Ante la duda de si ya se vacunó o no (al igual que otros miembros de la familia) cada persona puede consultar en su centro de salud de referencia, ya que hay un registro provincial. Esta vacuna se coloca una vez en la vida y tiene una eficacia del 90%.