El mural mide 5,35 por 3 metros, es una composición de colores fuertes con motivos litoraleños y elementos propios de la ribera del Paraná. La pintó el artista rosarino Julio Vanzo en 1954 en el lugar que actualmente ocupa el comedor del Sanatorio Británico. Sin embargo, desde la última remodelación del bar, la pintura quedó cubierta detrás de paneles de yeso y quienes transitan a diario por allí temen que se haya perdido para siempre. Ironía del destino: ahora sobre las paredes completamente blancas cuelgan dos cuadros con imágenes de canoas.
El bar comedor ocupa un sector de la planta baja del centro de salud de Paraguay y Wheelwright. En uno de sus laterales, Vanzo plasmó directamente sobre la pared la pintura de tonos azules, verdes, amarillos y rojos. Fue una de las acciones para conmemorar el 30ª aniversario de la creación del sanatorio, inaugurado en 1924. La pintura hacía referencia a los márgenes del río, quizás por la proximidad entre el sanatorio y la costa.
La creación acompañaba a quienes se acercaban al bar a tomar un descanso o una comida apurada. Al menos eso sucedía hasta hace unos dos años, cuando se refaccionó el comedor y se decidió tapar el mural detrás de placas de yeso de color blanco.
"Está ahí, pero no sabemos en qué condiciones habrá quedado", dice un empleado del lugar mientras señala uno de los laterales del fondo del comercio. En el bar se armaron dos espacios privados para los comensales, curiosamente se decoraron con dos cuadros con estampas de canoas.
El catálogo de una exposición de hace diez años de la Fundación Osde, llamada "Julio Vanzo y el arte nuevo. De las experiencias gráficas a los murales", curada por Lorena Mouguelar, bien puede leerse como un inventario de la obra pública del artista. Allí se recupera la imagen de la pintura de 5,35 x 3 metros que en ese momento exhibían los muros del sanatorio.
Cuando estaba produciendo la muestra, Mouguelar visitó el sanatorio para fotografiar la obra que, por entonces, se encontraba dañada. "El mural estaba bastante afectado por problemas de humedad. Ya habían cubierto un sector de la parte superior y habían hecho un intento por restaurarlo, pero era un trabajo realizado en malas condiciones", recordó y sumó que el deterioro era tan grande que no pudieron fotografiarlo.
La profesora e investigadora de la facultad de Bellas Artes lamentó la falta de atención brindada a la pintura. "Es una parte importante del patrimonio de la ciudad que se va perdiendo", apuntó.
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Patrimonio de todos
Vanzo nació en Rosario en 1901 y falleció en 1984. Desarrolló una obra de forma polifacética, innovadora y sumamente personal, que va desde la pintura al óleo hasta la ilustración, y las distintas técnicas de reproducción como xilografía, aguafuerte, litografía y serigrafía, pasando por el diseño de escenografías y vestuarios. También murales para instituciones, comercios y casas particulares.
Fue un autor prolífico que vivió un momento de expansión del modernismo, donde las producciones artísticas expandieron sus motivos desde los caballetes de pintura hasta los muros de construcciones públicas o privadas. Por eso, hay varios Vanzos en murales de instituciones, comercios y casas particulares de la ciudad.
Como destaca Mouguelar en el catálogo de la muestra, "la expansión del modernismo estético hacia la década del cincuenta propició el surgimiento de proyectos arquitectónicos en los que la amalgama de espacio, forma y color tuvieron un carácter programático. En este marco, los encargos que materializó Vanzo en una serie de edificios rosarinos fueron una prueba más de su consagración en el campo artístico local".
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Desgraciadamente, el del Sanatorio Británico no es el único mural perdido. En marzo de 2021, La Capital contó la suerte de la obra “Los músicos”, pintado en los años 50 en una de las paredes del primer local de la Galería Rosario que quedó cubierto por la decoración que le imprimió al local la apertura de una óptica.
Hay más casos. Unos meses antes, en noviembre de 2020, este diario había advertido sobre la falta de mantenimiento de los murales de la Galería Rosario. Sobre todo, el desaparecido "Los Músicos". Además, se hablaba del mural ubicado en la escalera central, uno realizado de mosaicos y nominado "El arado", que había sido intervenido torpemente con una cámara de seguridad en medio de la figura del sol, que justamente es el actual ícono de la galería.
También se extraña el mural realizado en la antigua perfumería Suárez. En ese local de Córdoba al 1100, Vanzo había plasmado una venus vertical de gran escala que ya no está. Y la misma suerte corrieron las pinturas de varios edificios particulares.
Por entonces, artistas, críticos e historiadores del arte habían advertido sobre la gran cantidad de obras valiosas que existen en la ciudad y pasan casi desapercibidas para los ciudadanos. Y habían señalado la necesidad de que el Estado difunda el patrimonio, porque no se cuida lo que no se conoce. El mensaje sigue siendo el mismo.