Familia y amigos de Mauro Villamil, el joven que fue asesinado en una verdulería de Corrientes y Gutiérrez el último miércoles a la noche cuando había ido a comprar verduras para compartir un asado con sus compañeros de trabajo, hicieron bajo una intensa lluvia una marcha para exigir justicia por su muerte. "Nos están matando a todos", se quejó su cuñada, quien reclamó una y otra vez justicia por Mauro.
Ni la intensa lluvia paró el reclamo de los familiares y amigos de Mauro, quienes se congregaron en avenida San Martín y avenida Uriburu para participar de la marcha en la que pidieron de manera desesperada que alguien haga algo.
"Además de cuñada, soy amiga de Mauro, a quien conozco desde los 13 años. No puedo decir más nada, simplemente justicia, justicia por mi hermana y por los hijos que dejó, el no se merecía esto", fue el desgarrador testimonio de la cuñada de Mauro, hermana de Gisela, la esposa del playero asesinado, quien resaltó que "era una gran persona, mirá lo que mueve".
"Que hagan algo de una vez por todas. Iba a hacer un mandado, no puede ser que no podamos salir a la calle, estamos presos nosotros. ¿Qué más hay que esperar? nos están matando a todos, te da miedo salir a la calle y no es así. Hoy pagó otra víctima más, hoy nos tocó a nosotros, dejaron a una familia desamparada, que hagan algo es lo único que se pide. Para la Justicia va a ser un número más", describió al borde de las lágrimas.
Al ser consultado sobre cómo hacía para sostener a su hermana, la mujer de mauro, comentó: "¿Cómo la queres sostener? si hace un mes y medio que se casaron, que tiene tres chicos, nada le sirve de consuelo. Mirá toda la gente que tiene al lado, pero ella perdió a su marido y compañero de hace trece años y nada la va a consolar".
Mauro fue despedido con profundo dolor
Con profundo dolor, este viernes fueron despedidos los restos de Mauro Villamil, el joven asesinado mientras hacía las compras en una verdulería de Corrientes y Gutiérrez durante la noche del último miércoles. En paralelo, siguieron las repercusiones sobre el hecho que volvió a conmocionar a la ciudad en medio de una saga de crímenes que no para. Referentes sociales hicieron un enérgico pedido de Justicia y un urgente llamado a un pacto social.
Ya en la noche del jueves, la esquina de Corrientes y 27 de Febrero, donde está la estación de servicio donde Villamil trabajaba, había sido epicentro de una protesta.
El playero además hacía extras como taxista en el auto de su padre y por ello una caravana de coches de alquiler se concentró allí y luego marchó hasta la sala velatoria de Salta y Francia. En este último lugar se concentró la despedida que ayer era invadida por tristeza y silencio.
El dolor fue, en tanto, transformado en palabras en otros sitios de la ciudad. La comunidad educativa de la escuela San Antonio, donde asisten los tres hijos del hombre de 36 años que recibió un disparo fatal, y el párroco de la iglesia homónima de San Martín y Ayolas, reclamaron justicia por ese crimen y le pidieron a las autoridades de los tres niveles del Estado, la clase política y el Poder Judicial que se hagan cargo de la violencia que atraviesa a Rosario. “Mauro tiene que ser un ícono para nosotros y para que no tengamos que seguir contando nuevas muertes”, sentenció el sacerdote Juan Javier Chiappe, visiblemente conmovido.
Mientras tanto, la comunidad Rosario Sangra realizó una convocatoria prevista para este sábado, a las 17, en el Monumento a la Bandera donde se pedirá justicia por las víctimas de la violencia.
Padres de alumnos de distintos cursos se autoconvocaron al mediodía de este viernes en la puerta de la institución educativa ubicada en Maipú al 3300 y luego se trasladaron hacia las escalinatas de la parroquia.
Ante tanto malestar y necesidad de encontrar respuestas que no llegan ante una situación que ya no da para más, el párroco enfatizó: “Mauro tiene que ser el ícono para que no bajemos los brazos, para que no digamos uno más o a quién mataron ahora, con todo lo que eso implica. Por eso necesitamos que la Justicia, los gobiernos y el Estado se hagan cargo para que haya paz porque si no, nunca la alcanzaremos”.
En esa sintonía, reclamó: “Necesitamos que se sienten a dialogar en serio para que podamos extraer una síntesis y transformar en leyes; queremos tener las certezas de que todas las instituciones van a colaborar para construir cimientos que hacen a la sociedad porque la gente también está cansada de tantas promesas incumplidas”.
Asimismo, insistió: “Necesitamos comprometernos con eso para que nuestra participación ciudadana se pueda construir desde los valores, por eso pedimos a quienes tienen la capacidad de hacerlo y a quienes votamos, del primero al último, que se sienten a dialogar porque esto no va a terminar y vamos a recordar a Mauro, a la bailarina (Virginia Ferreyra), al arquitecto y a tantas otras víctimas que volverán a surgir”.