La secretaria gremial de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), Sandra Maiorana, advirtió que en los centros de salud "se diluyeron" las medidas de prevención para que los profesionales puedan "trabajar seguros". A primera hora de ayer, una médica fue asaltada a unos 20 metros de la puerta de los consultorios de barrio Plata. El lugar cuenta con custodia policial, pero los uniformados ingresan recién a media mañana.
Más de la mitad de los 51 centros de salud del municipio tienen algún tipo de custodia. En 29 edificios hay personal de empresas de seguridad privada y otros cinco cuentan con vigilancia policial. El centro de salud Ariel Eduardo Morandi, de Lamadrid y Crespo, está en este último grupo. Desde hace unos seis años, un oficial de policía cumple adicionales en el edificio blanco inaugurado en 2010 donde se atienden unas 10 mil personas. Su turno empieza a las 10 y se extiende hasta las 18.
Sin embargo, los médicos, enfermeros y administrativos empiezan a trabajar tres horas antes y esa diferencia le jugó ayer una mala pasada a una de las generalistas que trabaja en el centro de salud. Según relató personal del centro, eran las siete de la mañana cuando la médica estacionaba su auto a apenas unos metros del ingreso al centro asistencial.
Mientras recorría esa distancia, fue interceptada por dos hombres que iban a bordo de una moto que, después de forcejear y tirarla al piso, lograron escapar con la cartera de la mujer. Mientras huían, uno de los ladrones exhibió un arma de fuego, en forma amenazante.
El episodio generó conmoción entre los vecinos, que hicieron la denuncia en el 911, y los trabajadores del centro asistencial decidieron trabajar a puertas cerradas hasta media mañana, cuando se normalizó la atención.
Sin denuncias Para la secretaria gremial de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), las situaciones de robo a los profesionales que trabajan en atención primaria de la salud son frecuentes. "Lo que pasa es que cuando son cosas menores, en general, el médico ni siquiera hace la denuncia porque tiene que seguir yendo al barrio y después tiene problemas", por lo tanto sostuvo que "cuando estas situaciones llegan al gremio, es porque se trata de casos graves".
Según analizó, estos episodios son parte de la conflictividad social que se vive en la mayoría de los barrios de la ciudad y que padecen tanto los profesionales como los vecinos. "Estas situaciones no paran, lo que se hizo fue ir poniendo seguridad en los barrios más álgidos pero, con el tiempo, esto se va diluyendo y pasan cosas como estas, que se pone una custodia a las diez, cuando el trabajador ingresa a las siete".
Y advirtió que los trabajadores "tienen que estar protegidos inclusive en todo el trayecto que hacen para llegar o salir del trabajo, para eso hemos acordado corredores seguros, que no se están cumpliendo".