La crisis en materia de seguridad aérea en la provincia terminó por acentuarse. El panorama llegó a tal punto que en la actualidad ninguno de los dos helicópteros que tiene la policía se encuentra operativo. Durante la tarde del viernes, y en el marco del recital de la banda de rock La Renga en Casilda, uno de los dos motores de la única máquina que se encontraba en funcionamiento se "plantó". A bordo se vivieron momentos de suma tensión, fundamentalmente por parte de dos agentes que volaban por primera vez.
La situación se dio mientras tienen cada vez más vigencia los insistentes pedidos de seguridad que se replican en toda la provincia y específicamente en Rosario, desde que hace poco más de una semana una protesta masiva en la plaza San Martín puso a la temática como prioridad en la agenda y sacó a la luz la inexistencia de respuestas con resultados.
Pasadas las 17, mientras el piloto de la nave y su copiloto transportaban a efectivos de la Unidad Regional IV, comenzaron a encenderse luces rojas en el tablero y las alarmas auditivas no paraban. Uno de los motores sufrió un desperfecto y comenzó a perder potencia. Dada la antigüedad y la endeblez del aparato, iba a ser un riesgo seguir volando en esas condiciones, por lo que se decidió concluir el operativo y dejar el helióptero en el aeroclub de Casilda.
Se trata del Bolkow matrícula LQGBQ, una de las dos aeronaves compradas durante el gobierno de Antonio Bonfatti y en función de las cuales se vienen denunciando todo tipo de inconvenientes. El aparato era el único operable ya que su "compañero" aún espera la resolución de un desperfecto que generó enorme repercusión.
En efecto, no vuela desde mediados de abril pasado cuando en un plan de rutina para atender a las zonas afectadas por las inundaciones, terminó en una emergencia. Si bien los pilotos estuvieron a salvo y no llegó a ser una desgracia, se vivió un momento de zozobra y salió de servicio. Nunca lo arreglaron.
Las pericias determinaron que algo del exterior ingresó al aparato y afectó un motor. El episodio sucedió en el aeropuerto de Sauce Viejo (Santa Fe) cuando la máquina (Bolkow BO 105 CBS, matrícula LQZHO) ya había levantado una altura de 300 metros.
Luego, la Junta Nacional de Accidentes inició una inspección para determinar las causas del incidente y determinó que "no fue una falla (mecánica)", sino que se debió a "la ingesta de un trozo de género".
Viejos. Sin embargo, aquel episodio puso en evidencia un tema preocupante. Los dos últimos helicópteros que compró la provincia en la gestión Bonfatti fueron adquiridos con 12 mil horas de vuelo cada uno, a pesar de las advertencias hechas por personal aeronáutico para que no se sumaran unidades tan viejas. "La mitad del instrumental no anda", se denunció con vehemencia en aquella oportunidad.
El viernes, le tocó al restante en medio de un operativo a raíz del recital de La Renga que congregó a miles de personas en Casilda.
Antes de salir, como es de rutina, el piloto marcó las antenas de la zona y realizó los ejercicios de rigor para volar con tranquilidad y con las referencias al alcance de la mano. No obstante, era necesario incorporar personal del lugar para optimizar los rastrillajes a partir de su conocimiento del lugar.
Pero, todo quedó en las intenciones. Poco tiempo luego de partir, se produjo el problema con el motor, por lo que el helicóptero debió aterrizar y el operativo no pudo llevarse a cabo. Ahora se espera que el daño sea reperado al incio de la semana.
Este Bolkow venía de sufrir un problema el pasado 24 de julio cuando se lo utilizó para monitorear las adyacencias del parque Independencia en el marco del clásico Newell's-Central por la Copa Santa Fe. Ese día un motor registró un desperfecto y debió regresar del monitoreo sobre el Coloso del Parque. Después, se le realizó una inspección y la reparación de una pieza defectuosa para que volviera a volar. Así lo hizo por cinco horas hasta que se produjo la peligrosa situación de Casilda.