Los gremios docentes no se plantaron ni a favor ni en contra de la propuesta del Ministerio de Educación de la Nación sobre extender la jornada escolar una hora diaria. Sin embargo, dejaron en claro que la medida debe ser parte de un debate más amplio en el marco de un escenario “de crisis y de un sistema educativo casi colapsado” en la pospandemia, señaló el titular de Amsafé Rosario, Gustavo Terés. Por su parte, el dirigente del sector privado, Martín Lucero, solo abrió una serie de interrogantes. “Pensar en una hora más de clase no está ni bien ni mal en sí mismo, lo que debemos tener en claro es para qué lo queremos, cómo lo vamos realizar y con qué recursos”, dijo el referente del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop).
La posibilidad de que la jornada escolar del nivel primario se extienda una hora fue planteada por el propio ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, y aunque aún la propuesta no es oficial, el funcionario adelantó que será elevada este viernes al Consejo Federal de Educación (CFE) que se llevará adelante en Tierra del Fuego.
La idea es que en todo el país la carga horaria por turno pasará de cuatro a cinco horas. En ese marco, Perczyk expresó que “es una mejora muy importante para la escuela”, y agregó que “sumar horas de clases es más conocimiento y mejor educación”.
Así, la propuesta es que los chicos que concurren al turno mañana tengan una jornada de 7 a 12, o de 7.30 a 12.30, y que los del turno tarde lo hagan de 13 a 18, o bien de 13.15 a 18.15.
En relación a las consideraciones que pueda hacer la ministra de Educación santafesina, Adriana Cantero, desde la Casa Gris señalaron que difícilmente se expida al respecto hasta que la propuesta no sea presentada oficialmente por el gobierno nacional en el CFE.
Algo más amplio
Intentando dejar de lado la controversia y sin plantarse “ni a favor ni en contra”, el dirigente de Amsafé Rosario enumeró una serie de preguntas y consideró que “el problema de la educación es muy amplio, todos los que pasamos por el sistema tenemos algo para decir, y es necesario empezar por el diagnóstico que muestra que tenemos una educación casi colapsada”.
Con ese escenario, Terés más que discutir una hora más de clase consideró necesario “abrir un debate en la comunidad que incluya a docentes, instituciones de formación docente, padres y universidades, para dar una discusión sobre cuáles son las medidas para mejorar esta crisis educativa que atravesamos”.
Además, en lo específico de la extensión horaria recordó que ya desde la gestión socialista en la provincia se viene implementando en Santa Fe, y fundamentalmente en Rosario y la capital, la modalidad de jornada extendida. Una alternativa pensada para los sectores más vulnerables y que se puso en marcha en 280 establecimientos.
“¿Qué pasa con eso? Lo que pasa es que se aplica en condiciones precarias, con estructuras de cargos que se hace con horas docentes, con pocos recursos y muchas dificultades. Con problemas espaciales e incluso puede llevarse adelante en establecimientos con baja matrícula porque la organización al interior de las escuelas numerosas se hace muy difícil”, explicó.
A ese escenario, Terés sumó las graves secuelas de la pandemia del coronavirus y no dejó de lado que cualquier cambio de estas características implica además “debatir la estructura del puesto de trabajo docente”.
En ese sentido, apuntó que “en muchos países con alta calidad educativa, el puesto docente implica más horas porque se pagan las horas de planificación por fuera del horario de trabajo, las horas de consulta con las familias y los estudiantes, y las horas de reflexión interna dentro de la institución”.
Así, no se negó a las reformas, pero dejó en claro que “deben darse en el marco de una planificación estratégica”.
Una propuesta inconsulta
Otro que sin oponerse dejó abiertas las preguntas, fue el titular de Sadop Rosario, que como muchos en la jornada de ayer pusieron como ejemplo el “caso Finlandia”, un país que tiene el sistema educativo con mejores resultados en las pruebas internacionales y que tiene una de las jornadas escolares más cortas.
Es más, recordó que el debate se dio poco antes de la pandemia en la propia Europa. En España, un estudiante de secundaria recibía para 2019 un total de 1.054 horas lectivas, 246 horas más que un finlandés que recibía 808; sin embargo, en las pruebas de destreza Pisa y de acuerdo al informe Panorama de la Educación de ese año de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) España aparecía a mitad de la tabla y Finlandia se mantenía como referente educativo internacional.
Pero además de eso, y sin dejar de decir que la propuesta fue “inconsulta”, Lucero recalcó que cualquier cambio de este tipo debe tener en claro “qué objetivo persigue, qué queremos potenciar, qué saberes queremos fortalecer, además de cómo se llevará adelante, y sobre todo con qué recursos, porque si no, de otro modo, parece más una frase al revoleo que una propuesta de política pública”.
Desde la Unión Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, señaló que lo que debería hacer el Estado es dialogar con lo gremios, porque en este nuevo esquema entra en juego el trabajo de los maestros, con el agregado de una hora más a la jornada laboral.
“Nunca estuvimos en contra de la extensión de la jornada en lo que se refiere a la parte pedagógica de las alumnas y los alumnos, pero me parece que acá el Ministro de Educación se está arrogando una representación que no le corresponde”, dijo Romero. “Si se habla del trabajo de los maestros y maestras, lo primero que debe hacer el Estado es dialogar en paritarias con los sindicatos. No reunirse primero con los empleadores en el Consejo Federal (de Educación) para decidir unilateralmente”, enfatizó.