Una atípica postal se registró este miércoles por la mañana en la peatonal Córdoba, que amaneció con una larga fila de personas a la espera de la apertura de un local de ropa. La promesa de una liquidación, anunciada en redes sociales y a través de una vidriera con maniquíes desnudos, enloqueció a cientos de rosarinos.
Muchas adolescentes, algunas con la complicidad de sus madres, y otras tantas chicas jóvenes, se enteraron en la tarde de este martes que "Polanola" remataría prendas a 3 mil pesos. Rápidamente, pusieron una alarma en sus teléfonos celulares y se prepararon para ir "a la guerra". Lograr entrar al local fue el primer desafío. Encontrar las prendas que buscaban y en su talle, fue el segundo.
La fila para ingresar al comercio, que abrió sus puertas a las 10 de la mañana, comenzó alrededor de las 6. Todavía era oscuro y el frío apretaba cuando decenas de personas se alistaban para una jornada que prometía ser larga. No hubo mates ni tampoco cafés, había que ir a la cita lo más liviana posible para poder comprar con comodidad y bucear entre los percheros con facilidad.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
El reconocido local de indumentaria femenina se encuentra en la peatonal Córdoba, entre San Martín y Sarmiento, y la fila llegó a dar la vuelta por calle Maipú. "Una locura. Tuvimos muy buena convocatoria", señalaron desde el negocio en diálogo con La Capital. No es la primera vez que realizan este tipo de acciones. Al menos una vez al año lanzan este tipo de promociones para que la gente pueda aprovechar y también porque les da publicidad.
"Todo por 3 mil pesos. Sólo efectivo. Sin cambio. No se puede medir". Esas eran las reglas del juego y el local de indumentaria femenina lo aclaró tanto en sus redes sociales como en varios carteles que había en el local. Aunque las personas que iban logrando entrar, en tandas de a 20 aproximadamente, estaban pensando en otra cosa.
Las prendas que más se vendieron
Algunos optaron por prendas de invierno, las más caras en el mercado, y otros apostaron por comprar básicos de verano para equiparse para la semana que viene. Eso sí: ningún cliente llevaba menos de 5 prendas. Teniendo en cuenta el precio actual de la ropa, muchos aprovecharon para comprar hasta donde diera el bolsillo.
Según detallaron desde Polanola, lo que más se vendió fueron jeans y las camperas de abrigo "puffer". Los empleados, que se prepararon mentalmente varios días antes para hacerle frente a una jornada extensa y agobiante, iban y venían de los depósitos reponiendo mercadería. Las más osadas interceptaban a los empleados ni bien los veían y no los dejaban llegar al perchero a reponer las prendas.
La mayoría de los que se acercaron esperaron, como mínimo, dos horas para poder entrar. Con un termómetro que marcaba temperaturas muy bajas, iba creciendo la impaciencia con el correr de las horas. Sin embargo, entrar era sólo el principio de una odisea mucho más complicada: hacerse paso entre las decenas de personas que estaban en el lugar y encontrar la prenda que querían y en su talle. Una misión que no es para cualquiera.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Chiara tiene 21 años y se acomodó los horarios en el trabajo para poder ir a la gran liquidación. En diálogo con este diario, y con más de seis prendas en su mano, contó que optó por comprarse sweaters y ropa de abrigo. "Se me fue todo el sueldo", bromeó la chica.
Mientras tanto, Denise y su mamá arrasaban los percheros de ropa de verano. Remeras, shorts, musculosas y todo lo que encontraran para vestirse en la próxima temporada. "Vinimos a las 9 y entramos a las 12", detalló la joven de 20 años y confió que en la cola se hicieron "amigas" de otras clientas.
Si algo no faltaron en la fila fueron charlas. De igual forma, pese a que la mañana transcurrió amena, en ciertos tramos de la cola el clima se puso espeso y circularon unas versiones de personas que buscaban generar disturbios para acelerar el ingreso al local, pero no pasó a mayores.
Caída en el consumo
La otra cara del delirio de los rosarinos por una liquidación de ropa es la economía. Si bien las ofertas son siempre bienvenidas, lo cierto es que con una inflación del 79,8% en el primer semestre, muchos aprovecharon esta oportunidad para darse un gusto y renovar un poco el placard.
Según datos del Indec, el rubro “Prendas de vestir y calzado” subió un 55,2% en los primeros seis meses del año. En detalle, la indumentaria registró un aumento del 53,4%, mientras que los calzados se encarecieron 51,1%.
El consumo de los hogares en Argentina tuvo en junio una caída del 9,8% respecto al mismo mes del año pasado, el peor retroceso desde la pandemia, y del 3,3% contra mayo, según el indicador que realiza la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). La pérdida del poder adquisitivo, que se profundizó con la devaluación de diciembre, implicó en que el primer semestre finalizara con un retroceso del 5,3% interanual.
La CAC estimó un ingreso nominal promedio por hogar de $1.188.000 en junio último. Ese ingreso implica una caída de 21% en su poder de compra respecto a los niveles del año pasado. Lo que obliga a las familias a recalcular sus gastos y ajustar el cinturón en todos los rubros, entre ellos la ropa. Con las tarifas de los servicios cada vez más altas y el costo de la comida que no logra estabilizarse, hay ciertos "lujos" que ya no son una opción para todos.