Rosario sonó en el Anfiteatro. Con más de 130 músicos, las tres orquestas infanto juveniles y los organismos municipales se apropiaron después de casi dos años del escenario para reencontrarse, ponerle música a la tarde del domingo y hacer mover al público a través de un repertorio que varió desde la música clásica y el folclore hasta canciones de Charly García y otros clásicos del rock nacional, internacional y música de películas.
La propuesta no podía ser más acorde para el atardecer ya casi de verano y los mismos sonidos fueron convocando a los que ya habían agendado la cita y también a los que estaban de paseo en el parque.
Pero sin dudas los más entusiasmados eran los músicos y sobre todo los más jóvenes, algunos incluso debutantes en las orquestas que ensayan en los barrios de Rosario y que a lo largo de la pandemia dieron batalla por subsistir.
Junto a ellos, los profesionales, esos que llevaron experiencia y tranquilidad a los más chicos, incluso para algunos su último concierto.
Así sonaron desde pasadas las 19 los músicos de las tres orquestas infanto juveniles de Rosario, la de Ludueña, la de Villa Hortensia y la del Distrito Sur junto a los quintetos municipales de cuerdas y de vientos, la Orquesta de Cámara y el Ensamble de Vientos.
Un reencuentro
Además de ser un evento convocante y una oportunidad para volver a mostrar ese trabajo hormiga de profesores y chicos a través de la experiencia de la música, desde el anuncio del concierto todos coincidieron además en que “Rosario ciudad sonora” era un reencuentro; una forma de recuperar el ánimo tras los meses de pandemia.
En ese punto, la coordinadora de las tres orquestas infantiles, Mariángeles Carmona, señaló que quienes peor la pasaron fueron los chicos, que estuvieron casi dos años sin poder justamente hacer de la música un espacio de encuentro.
Por falta de conectividad o de dispositivos, muchos quedaron en el camino, contó Carmona en la última semana, durante los ensayos en los que los chicos fueron retomando la experiencia del escenario.
Por eso, recalcó la importancia de este concierto, donde volvieron a encontrarse e hicieron música para reponerse. “La idea es poder darnos ánimo y revitalizarnos a todo este tiempo en el que no pudimos vincularnos, o tuvimos que hacerlo de un modo diferente que ciertamente nos dejó menos unidos”, había dicho la joven coordinadora.
Y así lo hicieron entre ellos en el escenario del Anfiteatro cuando empezó a caer la tarde, pero también con el público en ese repertorio que les permitió en más de un momento cantar entre todos. Y allí reencontrarse.