“Tápese señora, ubíquese como lo que es, una mujer mayor”. El consejo dirigido nada menos que a Moria Casán se leyó por Twitter hace tres días. La emisora de las diez palabras fue Sole mari (@Solemali4") quien acompañó el mensaje con la foto de la artista con una foto robada cuando Casán vestía una bikini negra con transparencias en su corpiño y lentejuelas, en la playa Bristol de Mar del Plata.
El cruce no quedó allí. Fue tendencia en redes, porque la mujer, que chorreó prejuicio con cada palabra, acompañó la oración con emojis de asco y lejos de encontrar connivencia cosechó un sinnúmero de repudios. El primero fue el de la propia artista: "Me amo tapate vos imbéc k gastas una picture en mi" (SIC).
El episodio reanudó un rico debate sobre los cuerpos. ¿Hay edad para exhibirse? ¿hay cuerpos que deberían taparse? ¿cuáles? ¿por qué?
La Capital, sin ánimo de investigación sino solo de sondear usos y costumbres vernáculos les preguntó a algunas mujeres, referentes de la ciudad: ¿Las rosarinas se tapan en la playa o defienden el derecho a exhibirse a lo Moria Casán"?
La secretaria de Género y de Derechos Humanos del municipio, Mariana Caminotti; la guardavidas de la Florida y de las piletas del parque Alem, Raquel Finoquetto, la artista y diseñadora Marina Grisiuk y la concejal por Ciudad Futura y organizadora del Segundo Encuentro Plurinacional del Activismo Gordo Luz Ferrazas, compartieron sus análisis, opiniones y experiencia personal.
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La bikini como gesto político
Mariana Caminotti (50 años, secretaria de Género y Derechos Humanos del municipio): "El gesto político de Moria es interesante por lo que pone en debate, el trasfondo tiene que ver con estar inmersas en una cultura que valoriza ciertos tipos de cuerpos: jóvenes, hegemónicos y deseables y que se refuerzan por las publicidades, las redes y las notas que se hacen del verano y en la playa, que se apoyan en una industria redituable del fitness y en el bajar de peso y no con la salud. Los cuerpos no hegemónicos son los que socialmente se consideran gordos, con celulitis, los que muestran las marcas de la vida y del tiempo; el cuerpo con discapacidad, el queer (N.de la E. "extraño, que se relaciona con una identidad sexual o de género"), el que no responde a los estereotipos de la cultura dominante como bello y mostrable. Por eso la respuesta de Moria y su gesto, con su poder mediático, es muy interesante porque provoca malestar sobre estos mandatos naturalizados que provocan tantos daños físicos y psicológicos, particularmente en las mujeres y las personas de la diversidad sexual. Disfrutar del cuerpo es un derecho que habría que vivir en libertad, también en Rosario. En mi caso uso ambas mallas: bikini y entera, y también pareo, no por conflicto con mi cuerpo, sino para salir a caminar o a comer, depende del contexto".
Raquel Finoquetto (49 años, guardavidas de La Florida y Piletas de Parque Alem): "Hace 26 años que soy guardavidas y 24 que trabajo en La Florida, ¿si las rosarinas se tapan? Más las jóvencitas que las mujeres mayores de 60, te diría. Veo muchas mujeres mayores en bikini y no tienen las medidas 90-60-90 ni la piel de durazno, pero llevan su cuerpo con más holgura y me parece excelente, si tienen ganas, ¿por qué no?. En cambio, las adolescentes sobre la bikini se ponen una remera larga, o un short o salen del agua y automáticamente se tapan con una toalla o pareo. Creo que son las chicas que tienen como referentes a cuerpos como las de Tini Stoessel, que es un palito, no quieren ser pulposas como las norteamericanas o gorditas como las brasileñas, las bahianas especialmente, que se ponen la bikini sin problemas o los brasileños que usan sunga como si nada. Yo nadé toda mi vida desde pequeña y un varón con malla tipo slip en la playa no me llama la atención y tampoco los cuerpos femeninos no estilizados. El mío no es precisamente el de una chica Baywatch: tengo 7 kilos de más, pero mis piernas, brazos y espaldas denotan una vida de deportista. Uso bikini igual y como uniforme un short, pero no para taparme, sino porque es obligación, cuando no trabajo disfruto de mi cuerpo, como está, aunque tenga un poco de panza. Es más, creo que ya deberíamos aceptar el topples como en algunas playas del mundo, es increíble que se naturalice una malla con corpiño tapa pezón o hilo dental, pero sea un escándalo el torso desnudo femenino".
Marina Grysiuk (55 años, artista plástica y diseñadora): "Es importante que se hablen estas cosas. Moria es desde hace años una posibilitante de estos cuestionamientos, que incluyen temas como la vejez. ¿Qué pasa con los cuerpos viejos? ¿Por qué hay que taparlos? ¿Qué no queremos ver? Creo que esto pasa también en Rosario y es un aprendizaje de nuestra mirada y la de los demás. Vivimos más y tenemos una vida social y en contacto con los demás más larga que nuestras madres y nuestra abuelas, y eso implica deconstruir lo que consideramos bello o posible de mostrar. Justamente ayer estuve en el río y vi a mujeres de mi edad usando las mismas mallas que las chicas jóvenes y creo que allí hay una cierta apertura. No es fácil, tampoco para mí que me educaron para que el cuerpo se exhiba menos que hoy. Yo soy docente, estoy en vínculo con jóvenes y aprendo de ellos. El cuerpo comunica y dice cosas de acuerdo a cómo se muestra. Lo sorprendente en este caso es que quien interpela es una mujer, y por su foto de perfil veo que es joven. Estamos más habituadas a recibir en la calle esas críticas desde otro lugar, también hay otro componente en este episodio: las redes permiten que cualquiera diga cualquier cosa de otro, pero bienvenido el debate, ayuda a desestructurar esa idea de que se puede hablar y opinar del cuerpo de otro y viene bien para cuestionarnos a nosotras mismas".
María Luz Ferradas (39 años, concejala de Ciudad Futura) "Vi los Tweets y los comentarios del cruce de Moria. No me atrevo a caracterizar algo exclusivamente rosarino, creo que el sistema de opresión que opera sobre los cuerpos gordos no está limitado a nuestra ciudad, es algo cultural, mundial y de hace muchos años. El Tweet refleja este mandato, sobre todo en el verano, cuando hace calor y se va a la playa, donde hay cuerpos habilitados que no generan disrupción en el espacio público o colectivo y aparecen otros plantados para ser juzgados o se opine sobre ellos, como los cuerpos gordos o de personas más grandes. En el verano se reproducen esos mensajes de que hay que llegar al verano con determinado cuerpo, hay maneraw de habitar el mundo y el verano y quienes no tenemos esas corporalidades sufrimos juicio y discriminación. El activismo gordo tiene que convocar a todos y a todas y plantea justamente que la norma sea la diversidad, todos y todas tenemos el mismo derecho de transitar el espacio con el cuerpo que tengamos y disfrutar. Debemos seguir deconsruyendo lo que se considera bello y también saludable, porque hay una hipocresía allí de creer que el cuerpo gordo es siempre un cuerpo enfermo. Supuestamente el sistema de opresión opina sobre los cuerpos gordos en bien de la salud del otro, pero en realidad reproduce mandatos de discriminación. Es muy violento sentir que somos observados solo por el hecho de existir. ¿Cómo voy a la playa? No creo que sea indicio de esta discusión, voy como esté mi ánimo ese día. Puedo usa bikini o no, pero porque desarrollé herramientas personales en clave colectiva para no tener pudor, no todos ni todas tienen esa posibilidad".
¿Taparme a los 76?
Casán fue etrevistada este lunes por una radio porteña (AM750) en el programa que conduce Víctor Hugo y dijo: "Si bien no tengo el cuerpo que tenía a los 30, porque tengo 76 años, es una foto natural”, comentó la artista. "No sé por qué una mujer de 70 años se tiene que tapar. ¿Qué es esto?”, cuestionó antes de decir que ese cuerpo fotografìado está "aumentado con fotoshop en el abdomen y en las piernas".
“De cualquier manera, aumentado o no, ese es mi cuerpo. Y bueno, si fuera por mí yo hago nudismo. No puedo, porque las buenas costumbres no lo permiten”, añadió.
Moria aseguró que “no se siente atacada” por los comentarios en las redes sociales. “No me manejo por decretos ajenos. Nunca tuve presiones en mi cuerpo. No tuve que luchar contra nada. Siempre hice lo que se me cantó”, dijo Moria.
Finalmente, cerró con un mensaje vinculado a cómo vive su vida respecto a este tipo de prejuicio: “Elíjanse más allá de todo y la van a pasar bien en la vida. Si no, siempre estás obedeciendo a reglas que te meten presiones y te coartan la libertad. Creo que la libertad pasa por elegirse siempre. Tiene que ver con quererse y priorizarse, de eso se trata para seguir viviendo bien”, concluyó Moria.