Las docentes que accedieron ayer a hablar con La Capital describieron la difícil coyuntura que enfrentan a diario en los comedores escolares, donde cada vez asisten más chicos.
Las docentes que accedieron ayer a hablar con La Capital describieron la difícil coyuntura que enfrentan a diario en los comedores escolares, donde cada vez asisten más chicos.
"Nosotras vemos que vienen los chicos que durante el año están en la escuela, pero también se acercan los hermanitos, que si no comen acá es muy difícil que puedan hacerlo en otro lado", admitió una directora.
Para estos chicos, los fines de semana son muy complejos, porque el comedor cierra y deben buscar alimentos en otros lugares, como comedores comunitarios o parroquias.
Muchos, en tanto, pasan sábado y domingo sin comer.
Hace unos meses, una asistente escolar con largos años en el oficio le contó a este diario una historia que estremece. "Los lunes venía una nenita a la escuela y, cuando llegaba la hora de comer, siempre comía un montón y se descomponía. Eso nos llevó a ver qué pasaba, consultamos a médicos y descubrimos que la última vez que comía era el viernes, en la escuela, y después se pasaba todo el fin de semana sin probar nada. Entonces, cuando regresaba los lunes, estaba como desesperada".