El secretario general de la Asociación Médica de Rosario (AMR), Dardo Dorato,, advirtió sobre las consecuencias que traerá el decreto de necesidad y urgencias (DNU) del presidente Javier Milei que autoriza a vender medicamentos en cualquier comercio que no sea una farmacia. Consideró que “se debe mantener el control sobre los remedios” y alertó sobre los mayores costos.
Dorato subrayó hoy que el mayor problema del DNU “es que genera una transformación en el sector farmacéutico porque libera la venta en lugares que no corresponde. En Argentina hay muchos medicamentos que son de venta libre y que en muchos países no lo son. De hecho, hay remedios que se venden sin recetas cuando están indicado solo bajo indicación de médico”.
“El DNU ahora autoriza a expender los remedios de venta libre en lugares que no son farmacias, ya sea kioscos o cualquier tipo de comercios”, remarcó Dorato.
En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, el titular de la AMR señaló que “hay que tener más control sobre los medicamentos. La aspirina se puede vender en cualquier lado, pero la aspirina puede causar hemorragia digestiva y hasta puede matar gente si se toma en exceso y sin cuidado. Ese es uno de los grandes problemas que presenta el DNU”.
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“La otra cuestión importante es el control de precios de los medicamentos. Hoy, dentro del sistema de salud, en cualquier obra social o prepaga, hace tres años, el presupuesto destinado a compra de remedios era el 16 por ciento de su propio presupuesto anual, y hoy está arriba del 34 y creciendo. Eso hace retraer recursos de otros sectores, entre ellos los honorarios médicos, que están en crisis”, subrayó Dorato.
El referente de AMR sentetizó: “El que paga los costos de todo es la mano de obra especializada, que es la de los médicos. Eso ocurre desde hace mucho. El nivel de arancelamiento está muy malo. El decreto de Milei desregula lo poco que quedaba desregulado en el sistema de salud. Desde 1993, el sistema de salud es uno de los sectores más desregulados de la economía. Ahora, las obras sociales compiten en forma directa con las prepagas”.
“El principal problema que tiene el sistema de salud es la atomización de las formas de financiamiento. Eso lo encarece y lo hace ineficiente, y todos pagamos los costos. El sistema no tiene que ser regulado, sino integrado, como sucede en todos los lugares donde funciona eficientemente. El único sistema que tiene una desregulación tan fuerte como ésta es el de Estados Unidos, pero es un país que tiene el 24 por ciento del PBI del planeta y donde los costos de la medicina son bochornosos", añadió.