Bronca. Indignación. La concentración anoche en reclamo por el asesinato de Sandro Procopio selló una jornada en que la administración de justicia y seguridad fue duramente interpelada. Y alumbró la primera ronda de familiares de víctimas de la inseguridad alrededor de los Tribunales provinciales en Rosario, que se planteó realizar todos los primeros miércoles de cada mes a partir de ahora.
A una semana del crimen del arquitecto que iba a trabajar a una obra en la esquina de Cerrito y Constitución, la escalinata de los Tribunales —por calle Balcarce— se colmó de "víctimas de la injusticia". Entre ellos, y rodeada de sus amigas, estuvo Vanina, la hermana Sandro, en silencio. Un silencio que rompió en aplausos a partir de las 20.02 durante 15 minutos, hasta que volvió el silencio. Un grito de "justicia" fue el puntapié para la entonación del himno.
Pablo, el otro hermano de Sandro y periodista La Capital, estuvo presente a través de la voz de una mujer que leyó la nota que escribió en el diario el último domingo para recordarlo.
Hubo familiares de más víctimas que junto con amigos, vecinos y organizaciones sociales, transformaron el dolor y bronca en "organización". Cada vez son más los grupos que marchan al edificio de Tribunales y anoche se hicieron presentes junto al recuerdo de todos los muertos por distintos tipo de violencias.
A los pedidos de renuncia del ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, los jueces, fiscales y hasta el Colegio de Abogados fueron duramente criticados. "¡Basta de corrupción!". "¡Hay que hacer cumplir la ley!". "¿Hasta cuándo nos van a puentear?". Las interpelaciones partieron desde las gargantas de la tribuna pública que durante todo el día fue Balcarce, entre Pellegrini y Montevideo.
"Es tiempo de mancomunarnos entre los que viven en el centro con los que vivimos en los barrios", dijo Eduardo Trasante, el papá de Jeremías, uno de los tres chicos asesinados en Villa Moreno, y que por ayer la mañana escuchó a la Cámara Penal decir que atenuó las penas a tres de los condenados en primera instancia y una inesperada absolución.
Casi en paralelo se conoció la imputación de patovicas y policías por la muerte de Gerardo Escobar. Y un poco después la renuncia de la subsecretaria de Asuntos Penales provincial, Débora Cotichini, por los yerros en la conmutación de penas (páginas 34 a 36).
Anoche, después que varios familiares de víctimas describieran la "impunidad" que sufren en sus "causas", todos coincidieron en el planteo de dar una ronda a los tribunales. Algunos hasta llegaron a proponer "ir a la casa de los jueces que lo miran por televisión". Pero primó rodear el edificio.
Como dijo durante una entrevista en febrero pasado a LaCapital el abogado y especialista en sistema judiciales, Alberto Binder, sobre la creciente demanda de justicia ante los tribunales, "la sociedad toma conciencia de que el Poder Judicial debe rendir cuentas".
Destacó, entonces, que estas nuevas formas de interpelación al Poder Judicial son "uno de los fenómenos más interesantes y positivos que están ocurriendo", dijo, producto de una "maduración democrática". Y entonces resaltó que la sociedad "descubrió dos cosas: que el espacio judicial tiene mucho que ver con su cotidianidad y que es un ámbito de lucha política".
Sin detenidos
A una semana del asesinato de Sandro Procopio hasta ayer no había novedades ni detenidos en la causa. La fiscal Marisol Fabbro está a cargo de la investigación. Hay una filmación en la que se observa a dos sujetos que agreden y roban al arquitecto. Uno de ellos después le disparó con un revólver calibre 22 en Cerrito y Constitución.