El cementerio La Piedad, la necrópolis de Provincias Unidas al 2700, en la zona oeste de la ciudad, se convirtió en el sitio donde las tumbas ya no tienen las fotos de los difuntos. El vandalismo arrasó con todo a su paso ante la inacción de las autoridades. El tema no es nuevo, ya se volvió crítico y aumenta al mismo ritmo en que crecen los índices de pobreza y no son pocos los que ven en el robo de metales una salida para paliar la delicadísima situación económica.
Así, las tumbas son profanadas para llevarse el bronce de crucifijos, manijas y hasta los cuadros donde en algún tiempo hubo fotos. El panorama es desolador. Mariana, una rosarina que el viernes pasado se acercó al lugar para visitar la tumba de sus abuelos, no pudo ocultar su tristeza. "El cementerio está dinamitado. Las tumbas ya no tienen fotos, yo encontré algunas tiradas en el piso, fue todo muy desolador", aseguró.
Mariana recordó cómo era la necrópolis hace algunos años, cuando la recorría junto a algún familiar, y no puede creer el estado de abandono en el que se encuentra hoy. "Las tumbas ya no tienen ningún tipo de referencia. Es más, de algunas hasta salen árboles", graficó.
Pastos altos y descuidados, un cementerio sin agua porque se llevaron hasta las canillas, tumbas sin placas y rotas. "Esto es tierra de nadie. No se puede creer. Parece como si hubiese caído una bomba. Todo está destruido y abandonado, las tumbas abiertas", indicó.
Pero lo que más le llamó la atención fue el robo de los marcos de las fotos. "Vos querés buscar las tumbas de tus familiares y ya no tenés referencia, es un horror".
El cementerio La Piedad es la necrópolis más grande de Rosario. Ocupa una extensión cercana a las 24 hectáreas y cuenta con unas 40 mil sepulturas aproximadamente.
Fue inaugurado en 1886 con el nombre de Enterratorio Municipal, en terrenos que fueron donados por Antonio Torrigino y por la familia Aldao. La construcción del mismo finalizó en 1897 y recién en 1907 se le cambió el nombre por el actual.
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Lo cierto es que desde aquel año a la actualidad, el deterioro se fue incrementando hasta llegar a esta situación, donde el lugar está prácticamente abandonado y ha sido saqueado. "Los panteones no tienen puertas. Se robaron todo", graficó esta rosarina que no podía creer con lo que se encontró.
"El piso estaba lleno de fotos que fui levantando y dejé encima de las tumbas con la idea de que quien vaya a visitar a sus seres queridos, encuentre al menos esas fotografías. Es todo muy triste", remarcó.
El vandalismo en esta necrópolis de la zona oeste no es nuevo. En marzo de este año, los empleados del cementerio habían advertido sobre la ola de robos que venían sufriendo las tumbas. Es más, en ese mes específicamente aseguraron que habían sufrido el robo más grande de bronce en los últimos 20 años.
De acuerdo a un inventario realizado por los propios trabajadores, por esos días se llevaron alrededor de dos toneladas de bronce que estaban guardadas en bolsas dentro de un cuarto ante eventuales reclamos de quienes visitan los restos de sus familiares.
Es más, ya en octubre de 2022 el municipio tuvo que sus pender las vistas al cementerio en un intento por frenar el vandalismo y los destrozos. Hoy, un año después, la recrópolis está desmantelada.
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