La confirmación de nueve casos entre los agentes del Servicio Penitenciario de Santa Fe obligó a aislar preventivamente a un centenar de trabajadores de establecimientos ubicados en toda la provincia. Tres de ellos se desempeñan en Rosario, y entre los infectados hay tres médicos y un enfermero.
De los que trabajan en la ciudad, uno lo hace en la cárcel de Mujeres de la Unidad Penitenciaria Nº 5, y dos en la Unidad 3 de Zeballos al 2900. En tanto, dos pertenecen a la Unidad 16, emplazada en la localidad de Pérez; dos son de la Unidad 11 de Piñero; y uno de la Unidad II de Las Flores, en la ciudad de Santa Fe. El último es un administrativo de la Dirección General del Servicio, ubicada también en la capital provincial.
Sin embargo, las autoridades descartaron que haya riesgo de circulación en los pabellones, que aún no registran positivos, porque ninguno de los agentes se contagió en situación de servicio, sino en reuniones familiares y contactos sociales fuera de los penales.
Todos ya se encuentran cumpliendo el aislamiento, al igual que los 102 que estuvieron en contacto con ellos y aguardan el resultado de un hisopado o que pasen los 14 días de cuarentena sin síntomas. Entre ellos, unos 20 que hoy vuelven a trabajar.
Además, hay 123 agentes inmunodeprimidos que no están cumpliendo tareas por ser grupo de riesgo. En total hay 240 bajas en un servicio que tiene 2.800 empleados de cuerpo, entre celadores, guardias, personal de garitas y traslados, sin contar a los 900 profesionales que se desempeñan en las cárceles: médicos, enfermeros, psicólogos, asistentes sociales, contadoras, abogados, arquitectos, profesores de educación física, docentes y terapistas.
Pequeño porcentaje
Los desafectados representan el 10 por ciento de personal de cuerpo, por lo que hay un gran esfuerzo del resto para cubrir con horas extra los huecos que se presentan. “Ya empezamos a sacar administrativos penitenciarios para cumplir con las funciones porque el personal quedo muy corto en relación a la cantidad de internos, que son 6.700 en toda la provincia”, señaló Héctor Acuña, subsecretario de Asuntos Penitenciarios de la provincia.
Por ejemplo, los empleados de Paraná que se desempeñan en Santa Fe no están yendo, al igual que los de Laguna Paiva, que están todos aislados. Los médicos que cumplen tareas en el servicio y además trabajan en el norte de la provincia de Buenos Aires tampoco están activos.
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Es que por día se trasladan 726 penitenciarios desde el centro norte al sur de la provincia, por lo que el riesgo que se corre es muy alto. “Eso habla a las claras de que si yo no hubiese respetado los protocolos y no cumpliera con las cuestiones de profilaxis, la realidad sería otra. Para nosotros tener 9 infectados en 150 días, con la circulación del virus que hay, y contagiados fuera del ámbito laboral, es un éxito”, manifestó el funcionario.
Acuña afirma que en cada unidad hay en promedio entre 4,5 y 5 por ciento de camas de aislamiento disponibles según la cantidad de presos, cifra que asegura está por encima de los parámetros que exige la Organización Mundial de la Salud. “No hay casos por ahora. Nadie garantiza que el virus no vaya a entrar, pero sí que el servicio está preparado. Y todos los días concientizamos a los internos”, advirtió.
“El promedio de atención de un interno nuestro es de 40 minutos, muy por arriba de lo que se exige. En cada unidad hay médicos y enfermeros, en algunos casos tres de cada uno por guardia. Hay instrumental médico de un nivel medio superior: oxímetros de pulso, tubos de oxígeno móviles y fijos, aspiradores, nebulizadores, máscaras de reservorio. Se ha hecho una inversión muy grande”, destacó el subsecretario de Asuntos Penales de la provincia.