En forma paulatina, los alumnos de la escuela ARA General Belgrano del barrio Las Flores empiezan a regresar a clases. Este jueves lo harán los más pequeños, los de primero, segundo y tercer grado, y luego se sumará el resto de sus compañeros. La vuelta a la actividad era esperada: hace trece días, el edificio escolar fue escenario de una pueblada encabezada por un grupo de padres del jardín de infantes Río Paraná, lindero al establecimiento, que acusó a un profesor de educación física de un supuesto abuso. Desde entonces, tanto en la escuela primaria como en el jardín las actividades estaban suspendidas.
"Insistimos en poner en valor la presencia irremplazable del equipo docente en la escuela y la vuelta de los chicos a clase", destacó el miércoles el delegado local del Ministerio de Educación de la provincia, Osvaldo Biaggiotti.
Por eso, explicó, se decidió que el retorno de las actividades sea progresivo, empezando por los alumnos y maestros del primer ciclo para continuar después con los de más edad.
El regreso del plantel de maestros y profesores también será paulatino. Hay docentes que aún no están en condiciones de volver a la actividad porque están afectados por la gravedad de la violencia desatada. En esos casos podrán acceder a licencias y serán reemplazados por otros maestros.
El mediodía del miércoles fue intenso en materia de reuniones entre supervisores y equipos escolares para acordar el protocolo que permita que tanto los niños como sus docentes puedan volver a aprender y a enseñar en un lugar seguro. Por lo mañana, en el edificio de Clavel al 7000 la jefa de supervisores de la regional, Carla Borgonovo, se reunió con la dirección de la escuela.
Allí acordaron el plan de regreso y las actividades que se desarrollarán en las primeras jornadas. Según explicaron desde la cartera educativa, se iba a convocar a los alumnos a través de los canales con que las maestras habitualmente se comunican con sus familias y se los iba a esperar con alguna actividad que permita poner palabras sobre lo sucedido hace dos semanas.
"No podemos hacer como que no pasó nada. Muchos chicos estaban aún en la escuela cuando los padres ingresaron tirando cosas y amenazando a los maestros", advirtieron los docentes. Funcionarios de la cartera educativa se comprometieron a estar presentes cuando se retomen las actividades.
Carta a la ministra
Mientras los supervisores acordaban las estrategias para el regreso de los chicos a las aulas, personal docente de la escuela se movilizó hasta la sede de la Regional VI del Ministerio de Educación en reclamo de "un protocolo seguro y adecuado" para recuperar los vínculos de la comunidad escolar.
Marisa Aybar, docente de la escuela y delegada de Amsafé Rosario, advirtió que el cuerpo de maestros no fue escuchado. "Solo hubo reuniones con los supervisores. El tema es que hoy el ministerio pretendía realizar una nueva reunión en la escuela y con los supervisores, que son el ala política del ministerio y no tienen poder de decisión. Nosotros pretendíamos juntarnos en otro ámbito", explicó.
"El discurso oficial que se puso en acción solo intentaba la vuelta a clase de cualquier modo, sin garantías y ni garantes, cuando estamos ante un verdadero quiebre en la relación con muestras de una amplia violencia explícita en medio de ello", advirtieron los maestros en una carta dirigida a la ministra Adriana Cantero.
Este jueves, los docentes serán recibidos por las autoridades de la Regional VI. La directora de nivel inicial de la provincia se reunirá también con los docentes del Jardín Río Paraná, que aún permanece con la actividad suspendida.
Las clases en la escuela ARA General Belgrano se suspendieron el pasado 10 de junio, debido a un incidente protagonizado por un grupo de padres de alumnos del jardín tras la denuncia contra un profesor por supuesto abuso a una nena.
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La acusación que disparó la violenta protesta corrió con rapidez entre padres y vecinos. En pocos minutos unas 400 personas rodearon el establecimiento y lograron ingresar con palos y piedras en busca del docente. El profesor debió ser retirado por la policía, tanto él como otros docentes sufrieron lesiones y demandaron asistencia médica.
Para los docentes, el episodio fue el epílogo de una "escalada de violencia inédita, inexplicable e inusitada", según la calificaron, que claramente los excede.