La policía encontró un revólver calibre 32 con seis proyectiles en la mochila de un alumno de 16 años que cursa el 1º año turno noche en el ex Colegio Nacional Nº 1 (9 de Julio y Necochea).
La policía encontró un revólver calibre 32 con seis proyectiles en la mochila de un alumno de 16 años que cursa el 1º año turno noche en el ex Colegio Nacional Nº 1 (9 de Julio y Necochea).
Hay dos versiones sobre el hecho: una sostiene que el chico habría llevado el arma para defenderse de grupos de distintos barrios que pelean a los alumnos de ese colegio en la puerta del establecimiento, y otra es la que dice que el chico mantenía desde hacía días una reyerta con un compañero de su curso, de 17 años. De hecho, ayer tras conocerse públicamente el hecho, hubo entredichos de adolescentes sobre el tema en la web.
Ambos jóvenes, con sus padres, deberán presentarse el martes en distintos horarios en la escuela, para ser entrevistados por un equipo de profesionales del Servicio Socioeducativo del Ministerio de Educación. La causa será investigada por el Juzgado de Menores de la 2ª Nominación, quien decidió que ayer el joven portador del arma se quedara en su domicilio con sus padres.
Estigma. El ex Nacional Nº 1, hoy denominada Escuela Secundaria Orientada Nº 430, siempre contó con el “estigma” de muchos, quienes la tildaron como “una escuela de repetidores”. Pero, para otros tantos, es una escuela “inclusiva, y que se hace cargo de sus alumnos y sus problemáticas”. Así lo sostuvo y defendió ayer la directora Gisela Loiza, quien se expresó consternada tras el hecho.
“El chico nunca alardeó con el arma ni amenazó a nadie. Pero se comentó que la tenía y llamamos a la policía. Estamos mal, porque trabajamos mucho con ellos en instancias de convivencia, con tutores y también con el gabinete psicopedagógico; la idea es que hablen de sus problemas y evitar todo tipo de violencia. Y así seguiremos: trabajando, el colegio es obligatorio para todos los chicos, y ellos, a pesar de ser repetidores, tienen derecho a seguir en la escuela”, dijo la docente a cargo del establecimiento que cuenta con tres vicedirectores, 1.300 alumnos y 250 docentes.
La supervisora ministerial, Leonor Capara, advirtió que ante estos casos hay un protocolo a seguir, a fin de evitar que se judicialicen los problemas con los alumnos.
“Pero en este caso, en que el arma existió, entendemos la situación de los educadores. Ahora, entre todos trabajaremos con el chico, sus compañeros y las familias. Trataremos de ver si hubo una o varias peleas dentro o fuera de la escuela y por qué se llegó a esto”, dijo la funcionaria.
Capara dijo que el chico no concurrió ayer a la escuela y no lo hará hasta el martes porque está demorado en su domicilio por orden del juez. Y agregó que el jovencito habría dicho que compró el arma en la calle.
“No sabemos por qué. Vamos a evaluar toda la situación con el servicio Socio Educativo. Podría o no volver a esta escuela, pero de ninguna manera va a quedar expulsado del sistema educativo. El joven tiene que estar escolarizado porque la escuela es el lugar donde se va a socializar y formar en sus valores”, subrayó la funcionaria de Educación.
No es la primera vez que sucede algo así. El año pasado, un alumno de 14 años que cursaba el segundo año de la Escuela de Enseñanza Media Nº 435 Luis María Drago, también fue a clases portando un arma de fuego de grueso calibre.