- ¿Para qué es esta cola?

Por Laura Vilche
Foto: Celina Mutti Lovera /La Capital
En el local donde en 1901 había abierto Al Elegante, ahora hay una regalería china donde la gente hace cola a toda hora.
Foto: Celina Mutti Lovera /La Capital
Foto: Archivo/La Capital
Córdoba entre Mitre y Entre Ríos en 1938.
Foto: Celina Mutti Lovera /La Capital
Foto: Celina Mutti Lovera /La Capital
- ¿Para qué es esta cola?
- Para ver qué hay en este negocio.
- ¿Y qué venden?
- No sé, parece que de todo, seguro que algo me voy a llevar.
"Algo", como suelen decir los chicos cuando lloran y piden que les compren "algo", sin saber demasiado qué ni para qué, pero se hace cola igual, y desde antes que abra el local ubicado en Córdoba 1256, tanto como sucede con sus clones en otros lugares del país (en el centro de Córdoba, también en Morón, provincia de Buenos Aires, y Caballito, Caba).
La Capital recorrió la regalería rosarina de inversores chinos de Buenos Aires, y habló con quienes la visitan, previa espera en la vereda. ¿Una advertencia? Se trata de un comercio no recomendable para compradores compulsivos o con debilidad por lo barato: precios y productos hipnotizan irresistiblemente.
El presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) y secretario general de Came (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) Ricardo Diab aplaudió el éxito comercial. "En este país hay libertad comercial así que, si todo está en regla y la competencia es leal, hay que ponerse contento por este fenómeno", sostuvo. De todos modos, lo analizó como "llamativo" en un momento en que el gobierno nacional cuida las reservas del Banco Central reglamentando las autorizaciones para que las empresas accedan a los dólares para importar insumos o productos para su actividad comercial.
"Cuesta entender que entren tantos productos que no son de primera necesidad al país, cuando hay empresas de tecnología o maquinarias que están a punto de cerrar porque no pueden importar un tornillo. No hablo de nada oscuro ni ilegal, solo apunto distorsiones en el mercado", advirtió.
Desde mayo de 2021, cuando se fue Falabella de Rosario, que no se veían colas en un negocio del microcentro. En plena crisis, el fenómeno se replica cada día, a toda hora y hasta las 20 (hora de cierre), en el inmenso local de Córdoba 1256 donde supo estar la tradicional tienda de indumentaria para hombres Al Elegante. Había abierto en esta ciudad en 1901, mucho antes de que calle Córdoba fuera peatonal, tal como se ve en la foto en blanco y negro de 1938.
Allí, desde el 8 de junio pasado las vidrieras ya no exhiben pantalones, ni sacos, ni corbatas, sino "de todo". Es decir, objetos made in china de 40 rubros distintos para toda la familia. Desde uñas postizas decoradas, de todos los largos y colores, hasta juguetes, masajeadores de glúteos, limpiadores de oídos, repuestos para celulares y herramientas, entre otras cosas.
Además de las largas colas, lo curioso de "DD2 regalos" es que ya se transformó en un paseo para rosarinos y visitantes de la región que llegan con datos del "boca en boca", sobre la variedad de la mercadería y los buenos precios que se prestan para revender los productos en otras localidades. Y parece que este gigante chino no será el único.
La firma Ma&CS inauguró, entre globos y luces, hoy a las 9 uno más, "Mini shopping- Ventas por mayor y menor". El local supera los mil metros cuadrados, en Pellegrini 1455, donde funcionó el tenedor libre Las Tinajas. Allí también el rubro a comercializar es básicamente regalería y hoy hubo cola de curiososo y compradores.
"Están todas las billeteras que te imagines, pero la que yo busco tipo monederito, no", le dice una jovencita a su mamá, frente a una de las cuatro hileras de góndolas que cruzan el inmenso local de mil metros cuadrados, de sur a norte. Y eso no es todo: en las paredes laterales hay más mercadería, de piso a pared. Una paleta multicromática, pluriforma y de todo tipo de tamaños, donde se avalanchan los curiosos, de todas edad y sexo.
En realidad, este tipo de negocios no son nuevos ni muy diferentes a los de otras décadas. Basta recordar los comercios de "Todo por dos pesos" de fines de los 90 durante la convertibilidad. Vendían a precio de ganga todo tipo de productos importados básicamente de bazar, decoración y regalería, donde China se posiciona como el proveedor por excelencia, con variedad inagotable, calidad discutible y precios muy bajos.
Diab aclara que hace un análisis genérico basado en los negocios de importaciones en general, sean chinos o no. "Desde Came y la UIA (Unión Industrial Argentina) reclamamos al gobierno para que autorice a empresas a obtener insumos y productos para seguir adelante. Eso se demora y luego en varias plataformas uno encuentra los productos. ¿Cómo es la cosa? Alguien los tiene, entonces o los almacenó en otro momento. Otro problema es que se autorizan las divisas en un momento que el Banco Central no las tiene y esto pone a muchas empresas al borde de la paralización", sostiene.
Al ingresar hay que dejar la cartera o la mochila en unas bolsas rosas cerradas con precinto. Recién allí se puede recorrer el local y, si se va a comprar, hay canastos rosa para llevar en la mano.
Dos mujeres los llevaban a tope. "Somos de Gálvez, nos llevamos un poco de todo para vender allá: los precios son buenos", aseguró una de ellas.
"Vengo de Armstrong porque me dijeron que es un lugar interesante, bueno, el famoso bolucompra, para llevarte lo que te sirve y no pensabas y lo que nunca usarás", ironiza una mujer, quien usó la palabra que se repitió en dos oportunidades más como si fuera un modelo de negocio.
Cerca de la juguetería se escucha: "¿Qué es esto?". Es la pregunta de una señora a su hijita. "No sé, pero me gusta, parece un Tiny Shop" (una latita con objetos de escritorio).
Y una familia de Chañar Ladeado que caminaba con una chiquita en coche confesó: "Vinimos ayer, había cola afuera y no nos quedamos, por eso hoy regresamos más temprano. Acá hay de todo". A su lado, dos varones adolescentes se hicieron eco de la charla y agregaron: "Hay mil cosas y poco tienen que ver entre sí, eso es lo copado. Querés mirar y tocar todo", dijo uno de ellos, si bien cartelitos se le sugiere a la gente preguntar a las empleadas antes de sacar los objetos de las cajas. Hay unas 20 muchachas atendiendo en el local y siete más en las cajas donde se cobra en efectivo, con tarjetas o transferencia.
Sobre ellas, en lo alto de una pared, se ven paquetes con trenzas de nylon de colores para hacer rastas, también medias de bebés, velas, almohadas y almohadones, floreros con flores de plástico, carteras, artículos escolares donde resaltan los colores de una goma Eva con brillantina, portarretratos de todos los tamaños, sábanas, cortinas para baño, relojes, espejos, objetos para mimar y malcriar a perros y gatos y maquillajes, pestañas y uñas postizas por toneladas: para infancias y adultos. Y para quién no sabe cómo colocarse esos adminículos en el rostro, cómo limpiarse los oídos con un aparato que se expone para la venta o cómo aspirar las hendijas de una ventana con otro aparato para ese efecto, hay televisores que lo explican todo, para quienes vuelven a hacer cola, pero ahora para pagar.
Un lugar no recomendable para compradores compulsivos, ya que el nivel de precios, la disposición de los productos, y la forma de comunicar los precios resultan casi irresistibles para quienes tienen debilidad por las gangas.
En el sector derecho del local hay un ascensor y delante de él se amontonaban este jueves por la mañana decenas de cajas y bultos con las fajas de "Frágil", repletas de mercadería. En algunos se veían obleas escritas en chino.
Más de un economista asegura que el swap (acuerdo de intercambio financiero) que se renovó en junio pasado con el Banco Central de China por 18.000 millones de dólares por un plazo de tres años fue conveniente para este tipo de negocios, más competitivos que los súper del mismo origen, y que van desplazando a países como Brasil.
La dinámica sería así: China presta yuanes al Banco Central Argentino, que tiene dólares escasos, y los importadores los usan para comprar productos del país oriental.
"Dirigentes y amigos de calle San Luis ven este éxito de los comercios chinos como de primer nivel por precios y surtido", dice el presidente honorario de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME) y empresario textil Elías Soso. Y fiel al área donde siempre explotó su rubro, agregó con cierta ironía: "De todos modos, quiero dejar en claro que los precios en calle San Luis son muy similares y competitivos, así que no es necesario hacer cola allí, pueden venir tranquilamente a nuestros negocios. ¡Si hay que competir somos los campeones!".
Es que antes que se acordara este último swap ya había comercios, medianos y grandes y no de origen chino, con este modelo de negocios, que vendían todo importado, por la peatonal San Martín, calle San Luis y también en otros centros comerciales barriales.
Por último, para quien llegó hasta acá en esta nota y pueda preguntar dónde están los precios de los artículos del local, tendrán que ir a buscar la respuesta con parsimonia china, previa cola en la peatonal. También se puede consultar en la página web o Instagram del comercio.



Por Gonzalo Santamaría
