Al club Sol de Cuyo, del barrio Casiano Casas, literalmente lo desvalijaron. Hace 15 días ya le habían robado 35 pelotas, 25 conos y todos los enseres con que ofrecen la merienda a los cien chicos, la mayoría humildes, que juegan en la entidad. Lo increíble es que el domingo pasado manos insensibles fueron por más: esta vez se llevaron los techos de chapa de los baños, la secretaría y medio bufé, cuatro bancos largos, un carrito que usan para marcar la cancha y hasta un trofeo. La Subsecretaría de Deportes municipal prometió ayuda: hoy visitará el lugar el titular de Clubes, Emiliano Torno, quien llevará elementos deportivos para capear la coyuntura, pero a la vez evaluará con los directivos si conviene reponer chapas o simplemente acelerar la mudanza ya acordada del club a metros de su actual emplazamiento, previa obra a cargo de la Cristalería Sol de Cuyo, adelantó ayer el subsecretario de Recreación y Deportes, Adrián Ghiglione.
Los padres del centenar de pibes que juegan en la Liga de Fútbol Infantil de Rosario (Nafir) ayer estaban desolados. La vicepresidenta del club, Lorena Nicolosi, detalló cómo fueron los robos, ambos perpetrados gracias a que los delincuentes directamente abrieron dos boquetes en las paredes exteriores de la entidad, ubicada en Baigorria y Casiano Casas.
El primero arrasó con buena parte de los "bienes" muebles. Modestos, pero indispensables para atender las necesidades de los pibes: 35 pelotas, 25 conos, 35 tacitas de merienda, la pava, una bomba de agua y un horno eléctrico con el que solían prepararles "calentitos" después de los partidos o el entrenamiento.
Pero a los ladrones no les alcanzó con ese daño y el domingo —los mismos u otros, "vaya a saber", dijo Nicolosi— fueron por más. Posiblemente con una maza abrieron un segundo hueco en las paredes de bloque desde afuera y lograron entrar. Se tomaron cierto trabajo, eso sí, y se hicieron con los techos de chapa que cubrían buena parte de las instalaciones: de los baños, la secretaría y medio bufé, entre otras cosas
"Si llega a llover mañana (por hoy, como estaba pronosticado) se nos moja todo", se desesperó ayer al mediodía la directiva.
La preocupación se entendía: el club contiene a muchísimos chicos de los barrios Casiano Casas, Zona Cero, Nuevo Alberdi, Municipal y Cristalería, entre ellos algunos que padecen serias carencias. "Llega un nene sin botines y nosotros nos arreglamos para conseguírselos", contó Nicolosi.
Sabedores del rol social que desempeña el club (como tantos otros en Rosario), la Subsecretaría de Deportes del municipio prometió llegar hoy con ayuda para sortear la emergencia, por ejemplo llevando pelotas, pero a la vez aportar soluciones más de fondo.
Según el titular del área, hoy desembarcará el director de Clubes en el lugar para evaluar junto a los directivos y los padres de los chicos "qué conviene más".
La disyuntiva pasa por definir si les aportarán chapas ahora para cubrir las instalaciones que quedaron a la intemperie o harán de "intermediarios" para "acelerar los tiempos" de traslado definitivo del club.
Ocurre que el Sol de Cuyo funciona en terrenos de la cristalería homónima, que merced a la firma de un convenio cederá otro predio a unos pocos metros para liberar el actual. A cambio, también ofreció al club levantarle las instalaciones necesarias.
El director de Clubes
de la Municipalidad
desembarcará hoy
en la institución
afectada