En el marco de la campaña Santa Fe Vacuna, comenzaron a colocar la dosis de refuerzo contra el Covid a los mayores de 70 años. En la ex Rural estaba previsto inocular a 3 mil personas este martes y por eso la afluencia de público fue constante.
En el marco de la campaña Santa Fe Vacuna, comenzaron a colocar la dosis de refuerzo contra el Covid a los mayores de 70 años. En la ex Rural estaba previsto inocular a 3 mil personas este martes y por eso la afluencia de público fue constante.
En un momento de la mañana, el ritmo habitual del vacunatorio se vio "alterado" cuando Aradio Peruch, de 96 años, llegó en su monopatín eléctrico, y se convirtió en la atracción de la jornada, al punto que los presentes le pidieron que diera una vuelta en el predio con su particular vehículo.
"Anduve un rato nomás porque no quería que se me terminara la batería. A este lo cargo como a un celular", contó a este diario sobre su monopatín eléctrico.
Aradio tiene energía de sobra. Se mueve y habla como una persona mucho más joven. "Uso el monopatín y también salgo a caminar y a andar en bicicleta. Y manejo una moto", menciona, en relación a su rutina.
Cuando se refiere a sus vivencias durante el período más complejo de la pandemia de Covid, dice: "Con barbijo y manteniendo distancia, no me quedé quieto ni un solo día. No paré. Siempre hice mis cosas".
Se había colocado dos dosis de Sputnik y hace pocos días le llegó el turno para la tercera de refuerzo que se puso este martes (AstraZeneca). "Ahora me voy a almorzar y tengo mil cosas que hacer. La chica del vacunatorio quería ver cómo me sentía pero ya le expliqué que no me pasa nada, que no me va a pasar nada", dice convencido, el hombre que está cerca de los 100 años y todavía lee sin anteojos.
Aradio Peruch nació el 28 de enero de 1925. Su papá era de Pujato y su madre, rosarina. Por sus venas corre sangre española, italiana y francesa pero el asegura que es "bien argentino".
Siendo muy chico comenzó a trabajar para ayudar a sus padres. Cuando terminó el secundario decidió estudiar ciencias económicas (carrera que hizo "estudiando y laburando") pero después de 21 años de ejercer la profesión se retiró. "No me gustaba. No era lo mío. Renuncié a ser contador y no me arrepiento, aunque trabajé en empresas importantes", recuerda.
Desde entonces hizo de todo, trabajos de carpintería, de albañilería, vendió rifas. Hace algunos años quedó viudo. "Perdí al amor de mi vida", dice Aradio, y hace la primera larga pausa en su relato. "Siento que vivo día por día", agrega el hombre que tiene dos hijos y tres nietas.
Sebastián Torres, coordinador de Dispositivos Territoriales de Salud provincial cuenta que este martes por la mañana "estaba en la puerta mientras ingresaba la gente y de repente veo que llega un señor con su casco y su monopatín".
"Obviamente me llamó la atención, no es común ver alguien de su edad que se presente de esa manera. Mientras me mostraba el carnet nos pusimos a charlar. Hablamos de las vacunas, del país. Me contó algunas cosas de su historia".
El médico no pudo resistir sacarse una foto con el caballero y la subió a sus redes con la frase: "Aradio, 96 pirulos, en su monopatín se vino a vacunar. Esperanza y felicidad, de eso se trata".
Después de tener su tercera dosis colocada, Aradio, con sus impecables 96 años, volvió a su casa de zona oeste en su monopatín.