Los familiares de Liz Tiziana Torres, una nena de 9 años que en febrero ingresó al Hospital de Niños Zona Norte con un cuadro de gastroenteritis y murió por una infección generalizada reclaman Justicia y solicitan que el Instituto Médico Legal (IML) acelere la entrega de informes complementarios que necesita la Fiscalía para determinar si avanza o no sobre la hipótesis de una supuesta mala praxis médica. Ayer se cumplieron diez meses de su muerte.
“Queremos justicia, que los médicos que le arrebataron la vida a Liz no trabajen más, porque ya sabemos que no van a ir presos. Entró caminando, la trataron con suero como si fuera algo menor, pero no le hicieron ecografías ni repararon en valores de los estudios de laboratorio donde se advertía que tenía una infección”, dijo ayer la abuela de la nena.
La lucha de los familiares es doble, o triple. Porque además de soportar la pérdida y afrontar la situación como pueden, cada tanto organizan rifas solidarias para hacer frente al pago de honorarios de los profesionales que los asisten y apuntalar la causa judicial.
La investigación que busca determinar las responsabilidades penales en relación a la atención médica que recibió Liz el 2 de febrero pasado, cuando fue llevada con unas líneas de fiebre y vómitos por su papá Jonathan a la guardia del Hospital de Niños zona Norte, está en manos de la Fiscal de Homicidios Culposos Valeria Piazza Iglesias, quien ordenó el secuestro de la historia clínica, que se practique autopsia bajo protocolo de sospecha de mala praxis, y una junta médica, entre otras medidas.
Pero según denuncian los familiares de la víctima, el legajo se estancó. “En el IML hicieron la autopsia, pero el informe que elevaron a la Fiscalía es incompleto en relación a la mala praxis médica. Tenemos abogado y médico perito de parte. En la historia clínica y los informes está claro que la atendieron con suero y calmantes para algo que era más grave”, indicó a La Capital Natalia Gómez, abuela materna de Liz.
Para la mujer, a pesar de que “los resultados de los estudios de laboratorio le daban parámetros de infección con glóbulos blancos altos, no la asistieron adecuadamente ni le realizaron ecografías o estudios complementarios por algo más grave que no se trató a tiempo. Le arrebataron la vida a una nena que tenía todo por delante, era alegre, dulce, responsable, muy buena. Estaba por cumplir diez años el 19 de febrero”, señaló.
Gómez fue testigo de lo que ocurrió el 3 de febrero al mediodía en el hospital, porque ella llegó para cuidar a su nieta y reemplazar a su ex yerno, que se había quedado toda la noche con su hija. Abrupta e inesperadamente, mientras sólo aguardaban que le dieran el alta, la salud de Liz se empeoró.
“Mi consuegra salió llorando de la sala porque la nena se descompensó, se le fueron los ojitos para atrás y tuvieron que hacerle RCP, no entendíamos nada porque yo la había visto un rato antes y estaba bien. Nos dijeron que la iban a llevar a terapia intensiva. Pero ya no tenía signos vitales, nunca reaccionó, en realidad hicieron todo un circo”, recordó.
Después de 20 minutos, según la mujer, una médica les avisó que le iban a realizar una ecografía. “Eso lo tendrían que haber hecho antes por si cursaba una apendicitis, que puede derivar en una peritonitis. Nos dijeron que iban a compensarla, pero creemos ya había fallecido. Yo la toqué y tenía las manitos y los brazos fríos”.
Cerca de las 15.15 una médica jefa de la terapia salió junto con dos policías y les notificó que Liz había fallecido. “Dijo que se descompensó, que sufrió dos paros cardíacos y murió, que no pudieron hacer nada para salvarle la vida”, recordó Gómez.
Sin respuestas
“Pasaron 10 meses y no hay nada concreto. Nosotros tenemos fotocopias de que ella entró a la internación con informes de laboratorio donde se demuestra, a través de proteínas específicas, que los médicos tendrían que haber notado la infección, pero no la medicaron ni la trataron. Se lo dijimos que como médicos no podían dejar de notar que tenía los glóbulos blancos altos. No puede ser que le trataron una gastroenteritis con suero y calmantes. El error fue de los médicos, que no actuaron a tiempo. Queremos Justicia”, recalcó Gómez.
El derrotero de la causa y la investigación
La fiscal Valeria Piazza Iglesias encabeza la investigación judicial. Según indicó el Ministerio Público de la Acusación, al día de la muerte de la nena, el 2 de febrero, se ordenó el secuestro de la historia clínica y se abrió investigación por posible mala praxis.
El 7 de febrero se tomó declaración a familiares. Y tres días más tarde se realizó autopsia bajo el protocolo de mala praxis médica con la participación de representantes de todas las partes. El informe manifestó que la causa de fallecimiento fue shock séptico por infección invasiva por la bacteria streptococcus pyogenes.
La Fiscalía solicitó examen toxicológico e infectológico al Instituto Malbrán, que arrojó como resultado el fallecimiento por bacteria altamente infecciosa. Ese examen fue remitido a Fiscalía el 2 de junio de este año. Una semana después la fiscal ordenó junta médica para que se analizaran los resultados y se determinara si hubo posibilidad de mala praxis. Esa junta determinó que no hubo indicios de mala praxis. Entonces, Piazza Iglesias requirió otra junta médica ampliatoria para que profundizara los estudios en relación a puntos específicos. Se realizó el 12 de noviembre pasado. Según la Fiscalía, la querella en representación de la familia de Liz no se presentó, aunque podía hacerlo.
Ahora, Fiscalía está a la espera de los resultados de ese informe ampliatorio y de los puntos solicitados por la fiscal Piazza Iglesias.