El 4 de octubre de 2006 se sancionó la ley 26.150 que estableció el derecho a la Educación Sexual Integral. Mientras el candidato a presidente Javier Milei y referentes de su partido, La Libertad Avanza, pronuncian discursos falaces en su contra y pretenden "eliminarla", hace 17 años que miles de docentes se encargan de que la ESI llegue a los estudiantes de todo el país. Si bien no hay estadísticas concretas, hay un dato clave que ofrecen los implementadores de la ESI: muchos abusos fueron denunciados luego de que infancias y adolescencias participaran de estos espacios.
La docente y especialista en ESI Dolores Covacevich asegura que frente a los discursos de odio, la respuesta es "más ESI". "Los derechos ya garantizados no se plebiscitan", sentencia en diálogo con La Capital. Ante este escenario, prefiere "no hablar de defensa sino de militancia" y considera que es fundamental la vigilancia sostenida de todos los derechos vigentes.
En esa línea, rememora que el derecho a la ESI fue uno de los que más se militó y que tanto los feminismos como el movimiento estudiantil "se pusieron al hombro el reclamo" en más de una oportunidad. La Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados a las edades y etapas de desarrollo de las personas desde el nivel inicial hasta la formación docente.
"Es la herramienta que tenemos en el sistema educativo, en cualquiera de sus niveles y modalidades, para trabajar sobre la prevención de abusos, cuidados del cuerpo y salud, el respeto a la diversidad, el respeto hacia las otras corporalidades, el deseo, el poder vivir una vida libre de violencias, el poder vivir nuestra orientación sexual e identidad de género, el autoconocimiento", recuerda Covacevich y subraya que "promueve espacios de escucha e intercambio de la palabra".
Los resultados de su aplicación ya están a la vista en múltiples datos recolectados por especialistas de distintos ámbitos. Desde la reducción de los embarazos no intencionales y la comprensión de las vivencias de las infancias trans hasta la generación de espacios de reflexión sobre la valoración de la afectividad donde se debate sobre acoso entre pares.
Además, es una de las principales herramientas ante el abuso infantil. Son muchos los casos de menores que han relatado en espacios de ESI que han sufrido algún tipo de abuso sexual por parte de una persona adulta cercana, en su gran mayoría varones. Solo pudieron hacerlo una vez que lo reconocieron, gracias a la aplicación didáctica de conceptos vinculados con el reconocer y nombrar correctamente las partes íntimas y tomar noción de que nadie puede invadirlos.
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Foto: Silvina Salinas / La Capital
A 17 años de su sanción, la especialista en ESI considera que "el balance es positivo porque la sociedad se hizo carne y cuerpo de este derecho".
"No sé si hay una certeza de cuánto falta por recorrer, se va haciendo camino al andar. La ESI, como cualquier derecho, va avanzando según los reclamos y necesidades que van apareciendo", analiza y ejemplifica con el lenguaje no sexista o las infancias trans, "luchas que están en articulación y se fueron dando en la sociedad".
ESI en primera persona
María Laura López es profesora en Letras y trabaja como docente en varias instituciones educativas de la localidad de Calchaquí, en el departamento santafesino de Vera. En cada uno de sus lugares de trabajo aborda la ESI a través de distintos espacios.
"Considero que la implementación depende en gran medida de que los docentes y los equipos directivos conozcan su propuesta. Uno no puede amar ni elegir aquello que no conoce. La ESI es un camino de ida, un docente que conoce la ESI la va a demandar y la va a llevar a las aulas y un equipo directivo que la conoce la va a demandar y va a habilitar los espacios para ello", indica.
En contacto con este medio, rememora un caso en el que una alumna que cursaba en una escuela de Enseñanza Media para Adultos (Eempa) y "actuaba siempre a la defensiva y en forma agresiva, que vivía yendo a dirección". Esa chica "pudo contar en una clase sobre los abusos que había sufrido por parte de un familiar y directo, que eran los mismos que en ese momento estaba sufriendo su hermana menor de edad", remarca.
"Automáticamente, la docente intervino, intervino la dirección y seguimos el protocolo. Fue un antes y un después en la vida de ambas mujeres en todos los aspectos", resume. Es apenas un ejemplo de los muchos casos que se repiten en las aulas de toda la provincia y el país. Son muchas las personas que lograron denunciar abusos gracias a la ESI.
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Al ser consultada por los ataques reiterados que viene recibiendo la ESI por parte de ciertos sectores de la política, la docente advierte: "Como madre, como docente, como mujer, no quiero que nuestros estudiantes, nuestros hijos, nuestras hijas vivan experiencias que por ahí quienes somos más grandes hemos padecido y que hoy gracias a la visibilización de la ESI y a su perspectiva de derechos serían impensadas".
Aunque aclara: "Muchos docentes hemos optado no por contradecir esos discursos, sino por informar y reflexionar acerca de la historicidad de los derechos y de todo lo que costó conseguirlos y de todo lo que podríamos llegar a perder".
Qué pasa en Santa Fe
Ximena Frois, integrante del equipo provincial de Educación Sexual Integral, también cree que la ESI “tiene muchos motivos para festejar en sus 17 años”. Desde 2020 ocupa ese cargo y narra que, pandemia mediante, avanzó en la transversalización curricular. "No es lo mismo una ESI para nivel inicial, que para nivel primario o secundario", expone y detalla que también se tuvieron en cuenta las diversas modalidades que hay en la provincia de Santa Fe, como lo son la modalidad especial, jóvenes y adultos, técnica, educación física, contexto de privación de la libertad, artística, rural, hopitalia/domiciliaria y educación intercultural bilingüe.
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La formación continua es otra de las líneas de acción de la ESI. De esta manera, se preven distintas instancias de formación para potenciar el trabajo institucional de la misma. El desafío es poder llegar a cada aula. En Santa Fe hay 80.000 docentes y casi 5.000 establecimientos educativos y un millón de alumnos. Ante este escenario, diagraman distintas estrategias para alcanzar a la mayor cantidad de niños, niñas y adolescentes.
Por último, se le presta especial atención a la ESI Comunitaria. "Es una línea de acción súper potente y súper poderosa que tiene que ver con la participación estudiantil y lo que llamamos emergentes en clave de ESI, es decir situaciones que a veces irrumpen y uno no las esperaba. A veces tienen un sesgo de incomodidad, violencia o afectación de algún derecho y otras veces tienen que ver con la garantía de derechos", expresa Frois.
En ese sentido, ejemplifica: "Un emergente puede ser una situación de abuso sexual y otro el acompañamiento de un proceso de transición de niñeces o adolescescias trans o travestis. Son dos situaciones que, si bien podemos trabajarlas antes, cuando ocurren en una institución situada con determinadas protagonistas cobra dimensiones únicas y hay que acompañar".
Si bien a nivel provincial los avances son notorios y se han realizado capacitaciones a más de 5 mil docentes, aún falta mucho camino por recorrer. El equipo provincial de Educación Sexual Integral admite que necesita más recursos y que las 40 personas que trabajan en él a veces no dan a basto. "El desafío es ampliar la ESI y avanzar más en todo lo que nos falta", cierra.