El contexto de violencia urbana y narcocriminalidad que atraviesa Santa Fe -y particularmente Rosario- tiene a las mujeres como sus principales víctimas y eso se vio en los últimos meses en cada homicidio. A junio de este año, en la ciudad fueron asesinadas más mujeres que lo largo de todo 2021 y, gran parte de los hechos sucedieron en escenarios de disputas narco. Ahora, en el marco del Día Internacional al de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el informe del Observatorio de Violencias y Desigualdades del Ministerio de Igualdad y Género de la provincia lo ratifica: solo en un año la cantidad de femicidios en contextos de narcocriminalidad pasó de 5 a 18 casos, casi se cuadruplicó. Un fenómeno que también viene mirando de cerca la Secretaría de Género y Derechos Humanos del municipio que señala que "estas mujeres, en general, no solo no habían presentado denuncias previas por violencia, sino que además mayoritariamente estaban muy alejadas de los circuitos de asistencia del Estado".
Con matices e incluso diferencias de criterios, las estadísticas, tanto de organismos del Estado como de organizaciones feministas, dan cuenta de una misma tendencia. El recuento que, a través de los medios de comunicación, lleva adelante la organización Mumalá mostró hasta noviembre que de las 67 muertes violentas de mujeres, 45 habían sido homicidios vinculados a las economías delictivas, en tanto se habían registrado 15 femicidios directos y 2 transtravesticidios.
La concejala justicialista Norma López, volvió en las últimas horas a hacer públicos los datos relevados, también a través de la prensa, donde no solo Santa Fe aparece a nivel nacional como la provincia con más femicidios cada 100 mil habitantes y más femicidas prófugos, sino que además de los 68 femicidios en la provincia, 51 fueron en contexto de criminalidad y, de esos, 49 ocurrieron en el departamento Rosario. En tanto, 13 fueron femicidios íntimos, 2 inducidos y se registra un transtravesticidio.
En subida y en bajada
Antes de poner los números sobre la mesa, la ministra de Igualdad y Género de Santa Fe, Florencia Marinaro, no deja de aclarar que el informe "es un registro dinámico que tiene modificaciones de acuerdo a cómo avanzan las investigaciones penales" de cada caso. Sin embargo, remarca dos tendencias en los últimos años: el descenso de la cantidad de femicidios íntimos y el aumento de las muertes de mujeres en contextos delictivos.
La funcionaria señala que, de acuerdo a los datos del Observatorio de Seguridad Pública, desde 2014 en adelante, el "pico más alto en cantidad de femicidios se registró en 2017, cuando hubo 29 casos en la provincia"; una cifra que se mantuvo en 2018 (24) y 2029 (25), y que mostró una caída en 2021 a 19 hechos.
Este año, de un total de 66 muertes violentas, el registro oficial habla de 22 femicidios, con un primer pico en enero con 5 casos y otro en octubre con igual número, y con una concentración clara de los hechos en Rosario y Santa Fe, donde se registran 13 de los 22 hechos totales.
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"A partir de 2021 y 2022 podemos ver una baja que alcanza al 65 por ciento en este tipo de femicidios, un número que evaluamos considerable y que nos da una tendencia de que están en descenso", indicó Marinaro.
Sin embargo, la contracara de esa baja es el brutal incremento de las muertes de mujeres en contextos de violencias urbanas y redes delictivas que este año sumaron 44 en toda la provincia, algunas de las cuales son efectivamente investigadas como femicidios en la Justicia provincial.
Los números muestran que en 2019 y 2020 -año particular de la pandemia- la provincia registró en cada período dos femicidios en contextos narcos, ya en 2021 esa cifra se incrementó a 5 hechos y este año el registro casi se cuadruplicó alcanzando los 18 crímenes, aún sin contabilizar algo más de 30 días que restan por delante del 2022.
"Cuando hablamos de femicidios en contextos de narcocriminalidad, desde el ministerio hacemos ese registro de acuerdo al protocolo de investigación de muertes violentas del Ministerio Público Fiscal (Ufem), así como también de los protocolos de Naciones Unidas", indicó la funcionaria.
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Territorio de derechos vulner. ados
Para Marinaro, este "es un fenómeno reciente y hace apenas dos años que estamos pudiendo mirar estos homicidios con perspectiva de género", lo que obliga a trabajar multiagencialmente, es decir junto a ministerios de Seguridad, Desarrollo Social y Gobierno, además del Ministerio Público de la Acusación (MPA) y municipios y comunas.
"Cuando hablamos de femicidios en estos contextos, hablamos del homicidio de una mujer en base a los prejuicios y estereotipos de género y la particularidad de que las mujeres participan de las organizaciones criminales como subalternas y subordinadas, soldaditas que es el mismo rol que se les otorga a los varones jóvenes en condiciones de vulnerabilidad económica y que son los eslabones más frágiles de la cadena", explica.
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Así, las mujeres son muertas por venganzas entre varones, frente a sus hijos e incluso embarazadas. "En los hechos, vemos, además, ciertos elementos de alevosía que se dan igual entre los varones: los tiros en la cara, desechar los cuerpos, formas que son mucho más violentas", agrega la ministra.
Sin dudas, se suma al análisis las condiciones de pobreza de las víctimas, que además mayoritariamente tiene hijos a cargo. Para la funcionaria, "hay una estrecha relación con la feminización de la pobreza y la búsqueda de una salida laboral en las organizaciones criminales, en barrios además son acceso a un montón de derechos".
En ese punto, la secretaria de Género y Derechos Humanos del municipio, Mariana Caminotti, suma la mirada local y señala que ante cada muerte violenta y la intervención de los organismos de la ciudad en la búsqueda del un vínculo con esas víctimas, señala que "no solo ninguna de ellas tiene denuncias previas de violencia, sino que además casi no tienen relación previa con el Estado: concurren poco a centros de salud y no están en los circuitos de atención de los territorios".