No es tenis, ni squash, ni paddle, ni ping pong o tenis de mesa, ni pelota vasca y sus variedades ni frontenis, pero tiene un poco de todos ellos. Se llama simplemente pelota paleta y en Rosario a este deporte desde hace muy pocos años lo comenzaron a jugar las mujeres sin pedirles permiso a los varones. Ya hay siete clubes con equipos femeninos en competencia en los cuatro puntos cardinales de la ciudad. Son 60 mujeres fichadas y 43 federadas, de entre 20 y 65 años, y tienen su propia asociación, la primera de esta rama femenina del deporte en Santa Fe. Y hasta tienen figuras destacadas: Florencia Rodríguez, de 40 años y zaguera del club Fábrica Militar, y la promesa, Ana Laura Aguirre, de 43 años, del Club Río Negro.
Salvo en el tradicional Club Rosarino de Pelota, donde solo se les permite a las pelotaris mirar o hacer cursos de entrenadoras, todas estas entidades tienen desde hace tiempo la versión masculina de pelota paleta. "Es cuestión de tiempo: o se suben a la ola o la ola se los llevará puestos. Ojalá abran el club a las mujeres y podamos jugar allí", se ríe una jugadora que habló con La Capital. Y parece que no se equivoca: lentamente, pero ellas demuestran que se llega también con el derecho a jugar.
Hoy compiten entre sí, en las categorías A (avanzadas) y B (iniciales), las chicas de Remeros Alberdi, de Puccio 150, con camiseta azul con toque femenino en rosa. También están las vascas rojiverdes del Zaspirak Bat, en Entre Ríos 261. Las azul y oro de Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER), en Laprida 951. Las blanco y negro de Río Negro (Montevideo 6295), las verdeamarillo del oeste: Fábrica Militar, en Olegario Víctor Andrade 3350 y las celeste, blanco y rosa de Huracán, en el centro (Paraguay 451). Las últimas que se sumaron son las azulgrana de Central Córdoba (San Martín 3240).
Esteban Bonilla es un jugador y entrenador histórico de Rosario y entre los más actuales está el pelotaris Mario Basualdo, técnico también de las chicas de Gimnasia y Esgrima de Rosario (GER). Sin embargo, las muchachas vienen desplegando destreza, velocidad y entrenamiento. Y, demostrando que no tienen problema ninguno en mezclarse con el llamado "sexo opuesto", jugarán en octubre como parte del programa de integración, un torneo interno de 5ta categoría mixto.
¿Por qué de entre todas las variantes las mujeres deciden empezar a jugar de adultas a pelota paleta?
Las respuestas las dan a este diario varias pelotaris locales. Dicen algunas que heredaron el gusto de algún varón que lo jugó en su familia, que jugaron tenis o paddle en otro momento y ya cargan con varias lesiones y prefieren otra variante, unas pocas reconocen que las sedujo la actividad tras ver la serie "Las pelotaris 1926" (inspirada en la historia de las primeras deportistas profesionales en España), están las que reconocen que se acercaron "por curiosidad" o solo por querer "mover las tabas".
Las Pelotaris 1926 – Tráiler
Pero hay una anécdota que engrosa todos estos perfiles y la cuenta una de las cuatro árbitras de Rosario y pelotaris de Fábrica Militar, Maira Rosso, de 45 años.
"Éramos tres nenitas de unos 11 años en el barrio Plata, de zona sur: Florencia Rodríguez, Soledad Ferrara, quien ahora vive en Brasil y yo. Veíamos jugar a nuestros amigos en la primera escuelita de Rosario creada alrededor de 1990 por Ricardo Ahumada en el frontón de los trabajadores de Fábrica Militar, pero los chicos nos echaban por ser nenas", dice Rosso quien confesó que como ella y sus amigas eran rebeldes y tenían muchas ganas de probar en el frontón insistieron y algunas veces hasta llegaron a jugar torneos mixtos internos. "En esa escuelita llegamos a ser unas 30 entre mujeres y niñas, pero eran otros tiempos, bien machirulos, y no teníamos con quien competir", dijo Rosso.
"Crecimos -agregó- y hace unos quince años, pasamos un día y vimos la cancha abandonada, llena de yuyos y la recuperamos. Fuimos a buscar a los chicos del barrio, organizamos hasta matinés para ponerle baldosas a la cancha. Los chicos que nos habían echado abrieron la cabeza y nos apoyaron: hoy hay 50 pelotaris entre jugadores y jugadoras en el club", contó Raffo del club de zona sur.
Las que quieran saber de qué va la cosa pueden ir a ver los partidos que se vienen próximamente: el martes 26, en el club Huracán juegan, a las 18, la pareja de Huracán B1 vs. GER B2.
Y el próximo jueves 28, a las 19, en Cancha de Remeros Alberdi se enfrentarán Huracán A1 vs. Fábrica Militar.
Por si alguien se acerca y no entiende nada del juego, Rosso explica algunos ABC. "El árbitro se pone adentro de la cancha, cerca de las rayas para saber si la pelota sale o entra. Puede haber árbitro y asistente, en ese caso uno se pone del lado del frontón y otro atrás. En un trinquete (cancha cerrada) uno se pone atrás para observar el saque que es en un lugar específico y no puede tocar las líneas superiores. ¿Las faltas más habituales? Una pelota media (un saque que no entra en el sector de la cancha donde tiene que entrar) o una vuelta (es el turno de golpear a la pelota y al tener al contrincante cerca se pide repetir el golpe)".
Un deporte para todas
Si bien ella juega tanto en cancha cerrada (trinquete) como abierta (frontón) y se prepara con una personal trainner, dice que para comenzar a jugar a la Pelota Paleta "no hace falta un cuerpo atléticamente hegemónico ni contar con mucho dinero: sí se necesita dinámica, velocidad y precisión, es un deporte donde se trabajan los músculos, pero también las destrezas cognitivas". Lo asegura la pelotaris Evangelina Chaves, de 37 años y del club Huracán.
Chaves es una de las dos vocales de la primera subcomisión de Santa Fe (el presidente es Fernando Sánchez, de Firmat, y la otra vocal es la pelotaris Florencia Rodríguez). Chaves también es técnica de Central Córdoba, con título habilitante. Se formó en el Rosarino de Pelota con Sergio Supan, nombrado por la Confederación Argentina de Pelota (CAP), para unificar criterios. "Eso me habilitó a ser la única mujer que jugó en ese club", se ríe la pelotaris, que hizo sus primeros pasos en el club Reyno Navarra de Funes.
Chaves explica que en las escuelitas se les presta paleta de madera a los chicos y chicas, o se puede comprar una a partir de los 15 mil pesos. También a los principiantes se les da la pelota de caucho y el protector para los ojos, un adminículo obligatorio (la pelota va a mucha velocidad y son posibles las tragedias oculares).
A medida que uno o una se va profesionalizando, puede acceder a paletas de carbono o fibra de vidrio, pero allí hay que pensar en invertir desde 25 mil pesos en adelante.
Las zapatillas son algo importante para este deporte: necesitan con suela "caramelo" que no se recalientan ni resbalan, pero para el inicio sirven las de vóley o handball a las que se les pone resina, en talco o en grageas.
Los partidos son de unos 20 minutos (en caso de iniciales) y de 45 a 60 minutos, en caso de avanzadas y las canchas pueden ser blancas, y en ese caso la pelota debe ser negra o azul y amarilla, opciones para pelota blanca. Pero actualmente se estila pintarlas verde para mejor televisación de los partidos. Las reglas del juego no son las mismas en trinquete que en frontón, en el primer caso la pelota rebota por todos lados y hay que ser más rápido, en el segundo el juego es más perpendicular a la pared.
Huracán ya tiene 30 jugadoras en su haber y espera sumar más si alguna quiere acercarse. Pero si la idea es llegarse a otro de los seis clubes allí dan toda la información como sede de Rosario.
Las lesiones habituales son de rodilla. "Porque es un juego de alto impacto, de carrera explosiva. Hay que fortalecer el cuádricep para prevenir o usar rodillera", dijo Chaves.
En Remeros Alberdi es la pelotaris Marisol Deccilli, de 48 años, quien preguntó mirando a su hijo jugar: "¿Por qué no jugamos las mujeres?". Eso fue en 2021. Arremetió con su pregunta por el club de la costa, juntó a cuatro amigas y ahora son 14 "firmes" en la escuela de mujeres, si bien ya probaron el juego unas 35.
Lo increíble en este club es que cuenta con una cancha de 105 años, que se anexó a la actual sede porque ya existía previo a Remeros, y que nunca había sido habilitada a ellas. Hoy entrenan con profesor, dos veces por semana y hasta practican en grupos mixtos profesionalizarse. Lento, pero se llega.