La familia vivía en una casa humilde del barrio “El Mondongo” de La Plata. Curiosamente, el domicilio se encontraba a tan sólo una cuadra de donde se levantaba el Hospital Policlínico. No se sabe ese factor fue clave en su decisión o si fue la influencia de uno de sus tíos que era médico, pero con apenas cuatro años de edad Favaloro comenzó a manifestar su deseo de ser “doctor”.
René cursó la primaria y la secundaria en La Plata. Después de la escuela, pasaba las tardes en el taller de carpintería de su padre ebanista. Allí aprendió los trucos y secretos de aquél oficio, el cual hacía suyo cada verano, cuando se transformaba en un obrero más.
Años de entrenamiento y educación
Siguiendo su deseo de pequeño, Favaloro ingresó en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. En el tercer año comenzó las prácticas en el Hospital Policlínico y empezó a tomar contacto por primera vez con los pacientes. Excediendo lo exigido por el programa, volvía por las tardes para controlar la evolución de los pacientes y dialogar con ellos.
Como parte de su enorme compromiso en su formación, se tomaba el tiempo de observar a los alumnos de sexto año de Rodolfo Rossi o Egidio Mazzei, profesores titulares de Clínica Médica, y presenciaba las cirugías de José María Mainetti y Federico E. B. Christmann, quienes le enseñaron técnicas de simplificación y estandarización las cuales aplicó después en la cirugía cardiovascular, su contribución a las operaciones del corazón y las grandes arterias.
En el Hospital Policlínico René debía recibir los casos complicados de toda la provincia de Buenos Aires. Vivió en el hospital durante los dos años de residencia, hasta que se graduó en 1949. Casi inmediatamente se produjo una vacante para médico auxiliar y accedió en forma interina. Como no quería desaprovechar la experiencia, con frecuencia permanecía en actividad durante 48 o 72 horas seguidas.
También se le ofreció confirmar su puesto en el Policlínico pero debía cumplir con la condición de firmar un documento en donde aceptaba la doctrina peronista. Para Favaloro, eso significaría traicionar sus principios y todo lo que había defendido en los últimos años, motivo por el cual finalmente no aceptó.
Su paso por Jacinto Arauz
Por aquellos días, un tío le comentó a René que el médico de su pueblo, Jacinto Arauz, provincia de La Pampa, estaba gravemente enfermo y que debía viajar a Buenos Aires a hacerse un tratamiento. Por eso acudía a su sobrino, para suplir la ausencia durante un par de meses.
Aunque no fue una decisión fácil, René concluyó que un par de meses se pasarían rápido y sería un tiempo prudente en el que la situación política podía cambiar. Habiendo aceptado entonces la propuesta, Favaloro partió rumbo al pueblo de 3500 habitantes en una zona desértica de La Pampa. Llegó en mayo de 1950. Rápidamente entabló una buena relación con el doctor Rachou, cuya enfermedad resultó ser un cáncer de pulmón. Ese hombre falleció unos meses más tarde, y quedó entonces sólo René como médico del pueblo con el que ya se había compenetrado.
Al poco tiempo, llegó al pueblo su hermano Juan José, también médico. Juntos se establecieron allí durante 12 años, años en los que fundaron un centro asistencial, disminuyeron hasta casi desaparecer la mortalidad infantil de la zona, redujeron la desnutrición y la cantidad de infecciones en los partos, crearon un banco de sangre de personas vivas con donantes que se presentaban cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que enseñaban métodos para prevenir enfermedades.
De La Pampa a Cleveland
Después de 12 años, surgió la oportunidad de ampliar sus estudios en Estados Unidos. René sintió que en Jacinto Arauz, ya no quedaba más nada que lo hiciera crecer allí académica y profesionalmente. Así que con sus escasos recursos, tomó un vuelo y aterrizó en el año 1962 en Cleveland, Estados Unidos.
Aún teniendo limitaciones para hablar inglés, René se desempeñó primero como residente y luego en el equipo de cirugía en colaboración con médicos locales, el Cleveland Clinic, concentrando su trabajo en enfermedades valvulares y congénitas. Posteriormente se interesó en otros temas, como las cineangiocoronariografías y al estudio de la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco.
A comienzos del año 1967, Favaloro estudió la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria, y comenzó a practicar la técnica. La estandarización de esta técnica, llamada del baipás (del inglés bypass: derivación) o cirugía de revascularización miocárdica, fue el principal trabajo de su carrera, lo que le dio prestigio internacional, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
El primer bypass de la historia
Este 9 de mayo se cumple el 55° aniversario de la primera operación de bypass coronario, realizado por René Favaloro en Estados Unidos. Tras cinco años de investigación y práctica, el 9 de mayo de 1967 Favaloro hizo el primer bypass aortocoronario del mundo en una mujer de 51 años.
AV-2720 Almorzando con Mirtha Legrand (incompleto)
Antes del bypass, los cardiólogos recurrían a una técnica que conectaba la arteria aorta y el músculo cardíaco utilizando la vena safena, sin embargo Favaloro decidió unir la vena safena con el extremo más distante de la arteria coronaria obstruida "saltando" el bloqueo. Con esta técnica obtuvo un enorme éxito.
El avance permitió salvar millones de vidas en todo el mundo hasta hoy en día, ya que se calcula que sólo en los Estados Unidos se realizan unos 700.000 bypass por año. Favaloro realizó 13.000 bypass hasta sus 69 años, cuando decidió dedicarse íntegramente a la enseñanza.
Fundación Favaloro: el sueño del médico
En 1971 su patria lo llamó de regreso, con el sueño de desarrollar un centro de excelencia similar al de la Cleveland Clinic. El médico buscaba combinar la atención médica, la investigación y la educación. Con ese objetivo en mente, en 1975 creó la Fundación Favaloro junto con otros colaboradores y afianzó la labor que venía desarrollando desde su regreso al país.
Con la Fundación, Favaloro logró uno de sus más grandes orgullos: el de formar a más de 450 residentes provenientes de todos los puntos de la Argentina y de América latina. Organizó innumerables cursos, seminarios y congresos, entre los que se destaca Cardiología para el Consultante, que tiene lugar cada dos años.
En 1980, Favaloro creó el Laboratorio de Investigación Básica, financiado con dinero propio durante un largo período. Luego pasó a ser el Instituto de Investigación en Ciencias Básicas del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, que, a su vez, dio lugar, en agosto de 1998, a la creación de la Universidad Favaloro.
Rene Favaloro habla del centro asistencial que ofrece la Fundacion 1991
En la actualidad la universidad consta de una Facultad de Ciencias Médicas, donde se cursan dos carreras de grado: Medicina (iniciada en 1993) y Kinesiología y Fisiatría (iniciada en 2000). También tiene una Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas y Naturales, donde se cursan tres carreras de ingeniería (iniciadas en 1999). Por su parte, la Secretaría de Posgrado desarrolló cursos, maestrías y carreras de especialización.
En 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, entidad sin fines de lucro que brinda servicios altamente especializados en cardiología, cirugía cardiovascular y trasplante cardíaco, pulmonar, cardiopulmonar, hepático, renal y de médula ósea, además de otras áreas.
Un adiós prematuro
Hacia el año 2000, Argentina estaba sumergida en una crisis económica y política que afectó profundamente la situación de la Fundación Favaloro, que se encontraba con enormes deudas, gran parte de ellas debido a las deudas que tenían las obras sociales con su Fundación.
Endeudado en unos 18 millones de dólares, Favaloro pidió ayuda al gobierno argentino pero no recibió respuesta oficial. El médico afirmó: “Estoy pasando uno de los momentos más difíciles de mi vida, la fundación tiene graves problemas financieros. En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir”.
RENE FAVALORO EN TIEMPO NUEVO 1989
El 29 de julio de 2000, luego de haber pasado toda la mañana como si fuera otro día más, Favaloro almorzó con su pareja hasta que ella se retiró del domicilio. René le dijo que tenía pensado viajar a La Plata por la tarde, y eso fue lo último que le escuchó decir. Favaloro se encerró en el baño de su casa y se disparó un tiro en el corazón.
Tras el desenlace fatal, se conoció que Favaloro había dejado en su departamento siete cartas cuyo contenido se reveló parcialmente. En una de ellas, dirigida a las "autoridades competentes", dejaba en claro que había decidido quitarse la vida como consecuencia de la crisis económica que atravesaba su Fundación, crisis que lo deprimió mucho.
Los amores de Favaloro
Al momento de su suicidio, René se encontraba en pareja con Diana Truden, pero ella no había sido su primera mujer. Favaloro tuvo una novia durante la secundaria llamada María Antonia Delgado, y fue esa con esa novia con quien se casó en 1951. Pero todo terminó cuando María Antonia falleció en 1998.
Entonces, tras un periodo de duelo, René comenzó a interesarse en otra mujer que trabajaba en su Fundación. Ella era Diana Truden, quien llevaba ya seis años allí. "Como yo cursaba Traductorado de Inglés en el Lenguas Vivas, me quedaba estudiando en la oficina hasta las nueve de la noche, y charlaba con él. En una de esas charlas, me dijo: ‘Me siento atraído por vos…’”, confesó Truden.
Ambos comenzaron a tener una relación formal pero a escondidas. Solían juntarse sin que nadie los viera en un campo que el cardiocirujano tenía en Arditi, una localidad cercana a Magdalena. Poco tiempo antes de su suicidio, habían decidido dejar de esconderse, y llevando la relación un paso más adelante, se comprometieron. Pero no llegó a suceder la boda pues un mes antes René se quitó la vida. Entre ellos había 46 años de diferencia.