El hallazgo de restos humanos en una casa donde vivió Gustavo Cerati fueron reveladores para dar certezas a la desaparición, y muerte, de Diego Fernández Lima, un joven de 16 años que en julio de 1984 no regresó a su casa. El caso frenado por falta de pruebas, ahora avanza con un amigo de la víctima como principal acusado.
Obreros que trabajaban en una vivienda ubicada en Congreso al 3700, en el barrio de Coghlan, cuando el 31 de mayo descubrieron restos humanos y pertenencias. La noticia redobló la atención de todos porque en ese lugar habían vivido Gustavo Cerati, Hilda Lizarazu y la artista plástica Marina Olmi, hermana de Boy.
Ante el hallazgo, el equipo de forenses trabajó sobre los restos y determinó que se trataba de Diego Fernández Lima, un joven que el 26 de julio de 1984 había salido de su casa para visitar a un amigo, pero nunca llegó a destino y por el que su familia reclamó por más de cuatro décadas.
El cuerpo de Fernández Lima fue enterrado en una fosa pequeña situada en la medianera que divide ambos domicilios y el pozo medía 40 centímetros de profundidad, 60 de ancho y 1,20 metros de largo. Obreros que realizaban excavaciones para efectuar una demolición en el inmueble descubrieron los restos y fue la familia Graf la que alertó a la policía, a partir de allí, Cristian, compañero de Fernández Lima quedó como el principal sospechoso.
Rompió el silencio
“No sé cómo llegó el cuerpo de Diego ahí”, dijo Cristian en una entrevista a TN. Graf es el principal sospechoso del crimen de Fernández Lima.
El hombre, que hoy tiene 56 años, dijo poner las manos en el fuego por su familia y dejó entrever que el cadáver pudo haber llegado a ese lugar plantado por otra persona. “De una forma u otra está. Pobre muchacho, alguien lo enterró ahí y bueno, se dio a la luz ahora por la obra. Si no, nunca más te hubieses enterado de nada. Es terrible”, remarcó Graf.
“Yo tengo la conciencia limpia, mi familia tiene conciencia limpia y ya está”, aseguró el único sospechoso, que dijo no ser amigo de Fernández Lima, ni formar parte del círculo de amistades de Diego. “Nunca vino a mi casa. Jamás. Ni a hacer un trabajo, nada. Y tampoco conozco obviamente a las familias”, contó Graf.
Cristian Graf remarcó que su hermana insistió en llamar a la policía. Y lamentó que lo hayan ligado al crimen solo porque eran compañeros de colegio: “Dijeron, ah, ¿era del colegio? Listo, ya está, es él. Y lo dieron como caso cerrado. Es él. De mi lado es como que te da bronca porque al saber que no sos vos, es como que te acusan de algo que no es".
Por último, Graf lamentó ser parte de la investigación: “Cuando se sepa quién fue vamos a estar todos en paz, tanto a la familia Fernández como a nosotros. Igual va a quedar todo como manchado, pero bueno, por lo menos va a quedar aclarado".
Principal sospechoso
Si bien los restos fueron encontrados en la casa en la que vivió Cerati en los 90, el poso que se excavó para sacar todos los restos y pertenencias alcanzó a la vivienda lindera, perteneciente a Cristian Graf, un compañero de colegio de Fernández Lima.
Fue la propia hermana de Graf que se sorprendió con el hallazgo y llamó Policía cuando los obreros encontraron los huesos, que tiempo después se supo que era el joven desaparecido en 1984. En ese momento Graf se acercó a la vereda de la casa y ofreció varias hipótesis del origen de los huesos, según cuentan los obreros.
Primero dijo que había una iglesia en el lugar, luego que en el siglo XIX había un establo y que los huesos podían ser de un caballo. También indicó que durante la construcción de una pileta se niveló el terreno con tierra traída en camiones y que de allí podrían provenir los huesos.