El principal asesor de Francisco en materia de abuso sexual criticó al pontífice porque éste calificó de "calumnias" los reclamos de las víctimas en Chile. Dijo que las palabras del Papa fueron "fuente de gran dolor para los sobrevivientes de abuso sexual".
El cardenal Sean O' Malley, arzobispo de Boston, dijo que no podía explicar por qué Francisco "escogió las palabras particulares que usó", poco antes de dar su última misa en Chile, y que tales expresiones tuvieron el efecto de abandonar a las víctimas y relegarlas al "desprestigiado exilio".
En un esfuerzo extraordinario por controlar daños, O'Malley recordó una declaración de Francisco en la que "reconoce plenamente los flagrantes fracasos de la Iglesia y su clero, que maltrataron a los niños y el impacto devastador que esos crímenes han tenido en los sobrevivientes y sus seres queridos".
Francisco desató la ira de muchos chilenos al culminar su gira por ese país cuando en Iquique acusó a las víctimas del peor sacerdote pedófilo de ese país de haber calumniado al obispo de Osorno, Juan Barros. Las víctimas dicen que Barros sabía del abuso cometido por el cura Fernando Karadima pero que lo encubrió activamente durante décadas." "El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, allí voy a hablar", dijo Francisco en Iquique. "No hay ni una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿está claro?", cerró el diálogo, visiblemente molesto, el Papa, antes de dar la espalda a los periodistas.
Estos comentarios sorprendieron a los chilenos, provocaron la reacción indignada inmediata de las víctimas y plantearon, una vez más, la pregunta de si el jesuita argentino de 81 años "entiende" lo que significa el abuso sexual. El escándalo de Karadima ha devastado la credibilidad de la Iglesia católica en Chile y los comentarios de Francisco podrían perseguirlo en el futuro. Y el de Karadima es sólo el peor caso de 80 descubiertos en Chile desde el año 2000.
La crítica de O' Malley fue notable, ya que es poco común que un cardenal critique públicamente al Papa. Sin embargo, los comentarios de Francisco eran tan potencialmente tóxicos para el esfuerzo de tantos años del Vaticano para cambiar la marea de abuso sexual y encubrimiento, que el estadounidense sintió que tenía que responder.
O' Malley encabezó el comité para la protección de menores hasta que expiró su cargo el mes pasado. El Papa no ha nombrado nuevos miembros, y el futuro del comité es incierto. "Es comprensible que las declaraciones del Papa Francisco fueron una fuente de gran dolor para los sobrevivientes de abuso sexual por parte del clero o cualquier otro perpetrador", dijo O' Malley. "Palabras que transmiten el mensaje 'si no pueden probar sus afirmaciones, entonces no se les creerá'".
O' Malley dijo que no podía abordar el caso Barros porque no conocía los detalles, pero insistió en que el Papa "lo entiende" y se compromete a una "tolerancia cero". "Acompañando al Santo Padre en numerosas reuniones con supervivientes, he sido testigo de su dolor por conocer la profundidad y amplitud de las heridas infligidas a los que fueron víctimas de abusos y de que el proceso de recuperación puede durar toda la vida", dijo. Las víctimas informaron en 2002 a las autoridades eclesiásticas que el cura los besaba y manoseaba. sólo en 2010 cuando las acusaciones se hicieron públicas, el Vaticano inició una investigación y removió a Karadima. Francisco reabrió heridas cuando nombró a Barros obispo de Osorno en 2015. Su nombramiento indignó a los chilenos y socavó aún más la credibilidad de la Iglesia en el país.