Con Septiembre llegó la primavera, hubo cambios inesperados de temperatura y los parques se llenaron de flores, pero no se despedirá sin una novedad natural más: la Luna llena, que este viernes iluminará la noche de Rosario.
Con Septiembre llegó la primavera, hubo cambios inesperados de temperatura y los parques se llenaron de flores, pero no se despedirá sin una novedad natural más: la Luna llena, que este viernes iluminará la noche de Rosario.
Desde que el mundo es mundo, la luna llena marca con su presencia costumbres y celebraciones en la sociedad. Con su aparición en el cielo, las noches se vuelven más largas y, como si quisiera hacerle competencia al sol, genera una claridad que motivó rituales, mitos y leyendas.
El saber popular ha asociado a la luna llena con el insomnio y la demencia (de ahí derivó el término “lunático”). Pese a su mala fama, lo cierto es que no se han encontrado pruebas sólidas de que tenga efectos ciertos sobre el comportamiento humano.
Este viernes se hará presente la Luna de Cosecha, que es también la cuarta y última superluna del año, que cerrará la temporada de superlunas en 2023, el cual empezó con la Superluna de Ciervo del pasado 3 de julio.
Todas las fases lunares pueden contemplarse desde cualquier punto del país y sin necesidad de contar con alguna ayuda óptica como visores o telescopios, aunque sí es necesario que el cielo se encuentre despejado en el momento para poder apreciar el fenómeno correctamente.
Las fases de la Luna están directamente relacionadas a los movimientos del sol, la luna y la tierra, dado que dependen del reflejo del sol en ella. Cada ciclo cuenta con una duración aproximada de 28 días. La Luna llena llega en el momento en que nuestro planeta se encuentra situado entre el Sol y la Luna, casi alineados.
Los cuatro tipos de fase lunar reconocidos por tradición son: Cuarto Menguante, Luna Nueva, Cuarto Creciente y Luna Llena. No obstante, el satélite natural de la Tierra no solo pasa por las cuatro antes mencionadas durante su ciclo, sino que tiene varias fases intermedias que muestran distintas porciones de la luna pero no llevan un nombre característico.
Es por esto que los astrónomos se refieren a esas fases lunares son nombrar según sus porcentajes de iluminación, tomando como referencia que la luna nueva es 0 %, ambos cuartos son 50 % y la llena es 100 %.
A pesar de que culturalmente hay gran interés por la Luna llena, y que varias creencias populares sostienen que esta genera euforia y excesos, no existe un respaldo científico que lo ratifique.
Este fenómeno coincide en su duración, aunque no de manera exacta, con el promedio de tiempo del ciclo menstrual femenino, por lo que durante mucho tiempo se impulsó la falsa creencia de que el ciclo lunar y el femenino estaban sincronizados. A pesar de las numerosas investigaciones, la mayoría de los estudios realizados no han encontrado ningún tipo de conexión.
Otra creencia extendida a lo largo del tiempo asegura que la Luna llena afecta al sueño y a los niveles de energía de las personas. Antes de que se invente la iluminación artificial, la Luna llena era una fuente importante de luz nocturna que permitía seguir con los trabajos o participar en otras actividades durante la noche.
En este sentido, algunos estudios afirman esta teoría de que durante gran parte de la historia de la humanidad se realizaban más actividades durante las noches de Luna llena, lo que podría haber relacionado los niveles de energía con esta fase lunar. De esa manera, podría existir alguna evidencia que confirmara que la Luna llena mantiene a la gente despierta por más tiempo.
Un estudio del Medical News Today investigó los efectos del ciclo lunar en grupos que residen en entornos rurales, alejados de la electricidad y de las urbanizaciones.
A través de monitores de sueño, los investigadores descubrieron que el sueño comenzaba más tarde y que no se extendía durante tanto tiempo en las noches previas a la Luna llena. A pesar de que la iluminación en Luna llena es mucho más débil que la luz solar directa, este fenómeno es la fase lunar más brillante y refleja niveles de luz hacia la Tierra que podrían hacer que las personas se sientan más despiertas por la noche.
El 2023 contará con varios eventos astronómicos en lo que resta del año. Uno de ellos será el próximo 12 de octubre, cuando se podrá observar al cometa 103P Hartley 2, que orbita en torno al sol con un período de 6 años y fue visto pasando cerca de la Tierra por última vez el 20 de abril de 2017.
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Además, el 14 de octubre se espera un eclipse solar anular, fenómeno que sucede cuando la luna se encuentra en la mayor distancia que puede tener con la Tierra. Por esta razón, su diámetro queda más pequeño que el del sol y, al posicionarse en frente, se podrá ver un anillo luminoso alrededor de ella.