El gobierno italiano alojó en un centro de acogida temporal a 46 migrantes que desembarcaron ayer el puerto sureño de Lampedusa, al tiempo que incautó provisoriamente el velero Alex, que los rescató y llevó a ese país europeo.
La llegada de más migrantes a Italia, motivo de polémica en la Unión Europea, el vicecanciller Manlio Di Stefano, hizo un irónico comentario sobre el viceprimer ministro y titular de la cartera de Interior, Matteo Salvini, uno de los líderes de la derecha europea y promotor de la política de "puertos cerrados".
"Salvini se siente (Diego) Maradona pero es como (Gonzalo) Higuaín fuera de forma", sentenció Di Stefano, del Movimiento Cinco Estrellas, en referencia a los dos futbolistas argentinos que jugaron en Italia.
Los 46 inmigrantes desembarcaron ayer a las 1.30 en Lampedusa e inmediatamente fueron conducidos a un centro de primera acogida, luego que el capitán del Alex decidiera que por el "estado de necesidad" debían llegar al puerto italiano pese a la negativa de Roma, informó el diario Corriere della Sera.
"El centro de acogida, con capacidad para 97 personas, alberga ahora a más de 200 inmigrantes llegados en las últimas horas", agregó.
El diario Repubblica, señaló que el velero fue secuestrado de forma provisoria y las autoridades le aplicaron una multa de 16 mil euros, la mínima prevista por la ley.
El velero Alex pertenece a la ONG Mediterránea, que lo utiliza para rescatar a migrantes y refugiados entre las costas del norte de Africa y el sur de Europa.
El capitán del velero, Tommaso Stella, fue acusado de "favorecimiento de la inmigración ilegal" y violación del código de navegación por no haber respetado la orden de "pare" emitida por una nave de guerra italiana que custodiaba el puerto.
Tanto el secuestro preventivo del barco como la acusación al capitán del Alex quedaron a consideración de la Fiscalía de Agrigento, en Sicilia, donde Stella deberá prestar declaración esta mañana, apuntó Repubblica.
La llegada de los 46 inmigrantes, una semana después del arribo de otros 40 náufragos rescatados por la ONG alemana Sea Watch, volvió a poner en discusión la política de "puertos cerrados" que reclama el vicepremier Salvini.
Según la interpretación que defiende Salvini, las ONG que rescatan migrantes a la deriva en el mar Mediterráneo favorecen a los traficantes de personas.